LA TÍA PINKY

La fiesta fue un éxito. Y, como te habrán dicho muchas veces, te lo mereces Pinky. Felicidades.

Nos congregas a todas como si de una reunión de amigas se tratase. Y en cierto sentido lo es, pero también mucho más.

Resulta que cumples una cifra muy redonda y, como bien te habrán enseñado los años, las cosas no se viven dos veces, así que has decidido celebrarlo como se merece. Y no sabes lo bien que me parece.

Me gusta que lo hayas hecho así. Primero nosotras. Porque así te puedo decir de tú a tú y rodeada de todas las féminas que te quieren, que hace tiempo que vengo dándome cuenta de lo importantes, de lo importantísimas que sois todas y cada una de las mujeres que llenáis mi vida. Y tú, en esa categoría, tienes un puesto privilegiado.

Porque eres mi tía Pinky. Divertida, lercha, atenta, testaruda, generosa y cariñosa como ninguna. La que todo lo sabe y todo lo discute. La que vive rodeada de Barreras en una casa donde tiene un rincón para ella sagrado. La hermana, la tía, la madre, la hija y la amiga. Eres todo a la vez. Desde pequeña supe que contigo no había que andarse con chiquitas, pero a medida que crezco caigo en la cuenta de que es la forma de hacer las cosas. Y no sabes cómo disfruto hablando y discutiendo contigo sobre lo que me pasa. Porque me enseñas que a veces hay que plantarse y decir "aquí estoy yo"...aunque sólo sea un caparazón que te pones y resulta que en el fondo eres de mantequilla. Que te fijas en todo y en todos y nos cuidas y defiendes como nadie. Porque a la gente que quieres, que no te la toquen que a mala leche y a "garciasenrismo" creo que tampoco te gana nadie. Aunque por otro lado, contigo la risa está asegurada.

Que ya sé que tienes a tus dos chavales con los que se te cae la baba...y admitámoslo...a más de una por aquí también...pero que no te preocupes porque de hermanas y sobrinas vas más que sobrada y creo que hablo en nombre de todas cuando te digo que te queremos mucho, Pinky. Pero mucho, mucho.

Porque eres especial y única. Porque nadie más en el mundo tiene una tía, una hermana, una madre ni una amiga Pinky.

Porque Pinky sólo hay una.

POR ELLAS

"Ella hace todo. Y todo lo hace bien" Fueron las palabras de Mario Vargas Llosa a su mujer, Patricia.


Esta frase resonó en mi cabeza durante días. Y es que la aplicaría a tantas mujeres. Ellas trabajan, cuidan, evitan desastres, apagan fuegos, reinan en lo cotidiano, líderes en lo inesperado, con tiempo para todos, menos para ellas...abuelas, tías, madres. Mujeres, mujeres, MUJERES.

Siempre he pensado que si hiciera algo digno de dedicatoria, lo haría a las mujeres de mi vida. A esas dos abuelas, a esas hijas de Manolo e hijas de Florencio que me han enseñado lo que soy. Por su puesto a la señora que calceta, la primera en la línea de fuego, la que todo lo sabe y todo lo encuentra. Y también a mi tía María Teresa. Ella me vio la primera. Ella supo que ya siempre sería "la niña". Ella llamó e informó al señor de gafas oscuras. Ella, la profesora, la rebelde, la culta, la rojeras, la conversadora, la que hablaba cargada de razón, la que luchó. Y luchó. Hasta el final.

Todas me han acompañado en mi evolución. Las he escuchado hablar, charlar, criticar y discutir desde las cosas más importantes en la vida, hasta los puntos del revés de un patuco o el ingrediente secreto de un asado. Algunas veces a hurtadillas, otras con un "hay ropa tendida" por el medio. Yo atendía. En silencio. Y aprendía.

Ellas son una piña. Trabajan juntas. Con sus más y sus menos, que tenemos grandes personalidades por aquí, pero con sentido del humor y sobre todo con el sentido que es menos común de lo que su nombre indica.

Se habla. Se discute. Se ríe. Se comparte. Se ayuda.

Las Navidades se acercan y de nuevo la maquinaria se pone en marcha: pela, corta, friega, trae, lleva, compra, sirve, hornea, recoge...todo funciona gracias a ellas.

Mis abuelas primero, mi madre y mis tías después. Ellas son las que han hecho y hacen girar el mundo. Mi mundo.

Sin desmerecer a todos los hombres, muchos de ellos geniales, que pueblan mi vida, ellas mandan. Ellas me enseñan el día a día.

Ser mujer es difícil. No es victimismo. Es un reto que aceptamos encantadas. Y que, por suerte, las que me rodean, superan con creces. Qué señoras. De todo tipo y condición. Cojo una pizca de cada una y sólo espero estar a la altura. Porque, sin querer, me han enseñado lo que significa estar ahí y ser la pieza más importante del puzzle, sin que se note.

Puede que nos deslumbren las grandes personalidades, los personajes incomprendidos. Pero con los años, una se da cuenta que el verdadero encanto está en otros. En esos papeles que mantienen y dan ritmo a la obra. Destacar dentro de una coral es difícil. Ellas lo consiguen. Sólo hay que ver un poquito más allá.

Ellas hacen todo. Y todo lo hacen bien.

Graciñas.

UNA HISTORIA DE IMPOTENCIA

Con la llegada del otoño las muertes de paraguas se disparan. Después de luchar contra viento y....lluvia, como soldados que caen en el campo de batalla, los cuerpos son abandonados a su suerte.

Sus esqueletos parecen esculturas. Soy fan de los paraguas mutilados.  

Son incómodos, pero quién no ha cantado bajo la lluvia mientras lo giraba? quién no ha tenido uno propio de pequeño adecuado a su tamaño? en qué casa no hay uno negro y masculino para padres? o uno de propaganda? o uno de esos pequeños y terribles? de cuadros? rojo? transparente? Quién no lo ha usado como arma? o se lo ha olvidado? o ha robado uno? Y qué me decís de los automáticos? y lo que duele pillarse los dedos cuando lo bajas? y dónde están cuando los necesitas inesperadamente?

Mi madre siempre tiene uno en el coche...hasta que deja de tenerlo. Entonces..."no hay un paraguas por ahí?" pues no, no hay. Y sin el paraguasdelcoche el automóvil está incompleto. Debería ser obligatorio, como los triángulos o un lector de CDs que funcione correctamente. Si no, multa. No se puede ir en coche sin música. (Hombre, por favor) El paraguasdelcoche ha tenido todo tipo de formas, tamaños y colores. Rueda por el suelo hasta que alguien, en pleno julio decide relegarlo al maletero. Luego viene octubre y volvemos al "Pero no había un paraguas por ahí?"

Yo tengo una obsesión con un paraguas rojo. No sé ni cómo ni por qué empezó, pero ahí está: en mi autorretrato paintiano, en el cuadro que decora el salón de la tía Guada, en el dibujo de fondo de pantalla...me persigue. Me protege.

Y ya sin más dilación, paso a contar una anécdota del señor de gafas oscuras.

Hace muuuuchos, muuuuchos años, cuando yo ni hablaba, ni escribía, ni padecía, alguien tuvo la brillante idea de hacer una excursión multitudinaria a Santiago de Compostela. Allí nos fuimos la Gonzalada al completo a abrazar al Apóstol y a preguntarle qué tal le iba. Cuando digo al completo, digo abuela, tia abuela, padres, tíos, tías, primos, primas, hermanos, sillitas, meriendas, niños vestidos iguales, fanados, preguntones y pequeños. Vamos, comodísimo.

"Santiago sin lluvia no es Santiago". Ya, amigos, no lo es...pero aquello, según cuentan los más viejos del lugar...(mi madre), era un vendaval, torrencial...lo que llamaríamos hoy una ciclogénesis explosiva. 

Y ahí estaba él. Escuchando discutir a las señoras qué hacer con los niños mientras un paraguas negro, de los plegables, (error) hacía de escudo.

Todo sucedió muy deprisa (vale, esto me lo voy a inventar porque yo no me acuerdo pero la historia me la han contado muchas veces)...el hombre y el paraguas luchando contra los elementos. Situación extrema. El endeble paraguas finalmente vence. El hombre se transforma en bestia. Al tiempo que el agua le sacude en la cara, el señor de gafas oscuras completamente jamado, empieza a golpear el paraguas (ya muerto) contra las piedras centenarias de la ciudad compostelana, bajo la atenta mirada de muchos niños inocentes boquiabiertos y una señora que decidió cruzar de acera (esto es totalmente verídico). 

De aquello hace ya más de 20 años...pero aún pueden encontrar en su mano una cicatriz (que le duele en los días de lluvia, como a Harry Potter) recuerdo de aquella batalla perdida. 

El hombre, la lluvia y el paraguas: una historia de impotencia.

APLAUSO Y MEDIO

Según Wikipedia (que es como ese amigo adelantadillo que a tu madre no le gusta un pelo y te dice que no te fíes pero tú bien sea por llevar la contraria o porque te fascina, haces caso omiso a la advertencia) el aplauso es "principalmente la expresión de aprobación mediante palmadas, para crear ruido".

Es un gesto simple pero poderoso. Algo por lo que matan los artistas. El reconocimiento a un trabajo bien hecho.

Investigando más en profundidad (un doble click) el fenómeno aplausístico, encuentro que el más largo de la historia lo recibió Luciano Pavarotti, ese hombre al que sólo por su versión de Nessun Dorma, hay que querer. Fue en 1988 en la Ópera de Berlín y estuvieron 1 hora y 7 minutos ovacionándole. Y es aquí donde surgen una serie de preguntas: Y si tenías reserva para cenar? Y si te entran ganas de ir al excusado? Se hacen turnos? "tranquilo, yo sigo" Qué se te pasa por la mente cuando llevas 37 minutos aplaudiendo? Había algún tipo de ritmo? Hubo algún momento en el que pareció decaer, pero sólo fue un espejismo? No se iba vaciando el recinto? No entraron los porteros del teatro a echar a esos tarados "por favor, señor, ¡deje de aplaudir!"? Tan bien lo hizo? y, sobre todo...Quién dio la ultima palmada?

Yo no recuerdo haber conseguido nunca un aplauso al margen de las obras de teatro del colegio, o los premios de pintura, o el discurso de final de curso. Quiero decir que nunca he recibido uno de los grandes. De los de película. Después del speech, después de una gran frase, seguida de una gran sentencia y de una gran moraleja, allí al fondo, una persona de entre el público se levanta y asintiendo, con gesto de "me has abierto los ojos" empieza a aplaudir espaciando cada palmada. Y todo el mundo se gira. Pero de pronto otro se levanta también y hace lo propio. Y otros dos más con algún "sí señor" acompañando el aplauso. Y la cámara enfoca al autor del discurso que parece haberse ido creciendo y con un gesto de orgullo pero que denota humildad (sí, este gesto es posible en Hollywood) se sienta, mientras un público entregado lo ovaciona.

De estos, no he tenido ninguno.

Sin embargo soy muy dada al aplauso irónico. Un arma afilada si se emplea en el lugar y tiempo oportuno que se torna en tu contra y ridiculiza al ridiculizador si se abusa de ella.

He recibido muchos de estos. Por qué? Pues porque soy (y me ha costado mucho tiempo asumirlo) TORPE y descoordinada, manazas y sparring a tiempo completo de pomos, esquinas de mesa y marcos de puerta. Podría considerarme una gran actriz, si no fuera porque el papel que desempeño es el de "migo misma". Después de estas actuaciones consigo arrancar de mi público todo tipo de reacciones: risotada, empatía, absoluta indiferencia o cabreo (en esto la exclusiva la tienen el jefe y mi hermano). Este último también es muy dado al "Bien, Carmen" plas, plas, plas (genial onomatopeya, he de decir) después de alguna de mis preguntas/comentarios/coñas absurdas. Ese aplauso irónico es el que más duele y el que más ansío devolver.

Todo esto viene porque el otro día mi abuela me pidió que dijese unas palabras por estar todos reunidos. Yo, ante un encargo de tal categoría de la Jefa me lancé al vacío...y cuando no supe cómo terminar, pedí un apláuso para esa señora de 93 años de la que germinamos. Recibí críticas sobre lo fácil del recurso...pero qué quieren...un aplauso siempre es un buen final.

Ovación y palmas

P.D. Nunca he sabido silbar como se hace en medio de un aplauso multitudinario, pero sí que se me escapa algún comentario del estilo: "eres grande" "te queremos" o "me inspiras".

Lo siento profundamente.

 

MI NOMBRE ES CARMEN

Así aparece en mi partida de nacimiento. Carmen. Pero pocas son las personas que me llaman así. Todas las variantes son posibles: Carmiña, Carmele, Carmenchu, Menchu, Mench, Car, Carmencita, Cars...Sin olvidarnos de los motes: Piraña, Pira, Piri, Piroño, Pirañoak...

No es que me moleste. Sé que todos son con cariño, pero mi nombre es Carmen. (Cochehombres según el traductor de Google)

Hola, me llamo Carmen González García y soy una Anónima Anónima (hola Carmen). Cuánta envidia me dan los apellidos peculiares. No sé la cantidad de personas que pueden tener mis apellidos y mi nombre pero creo que se podría fundar una ciudad con gente con mi idéntica identidad. Ya que los tengo populares, pongo los dos cuando tengo ocasión. Hasta para firmar los cuadros...que no se diga que me olvido de ninguna de las familias.

En la parte González precisamente, mi abuela nos regala siempre por los santos y no por los cumpleaños. Así que tal día como hoy desde que tengo uso de razón recibo presentes que me alegran el verano. El primer flik flak con correa roja, el coche teledirigido que llegó por Seur a Jaca...no tengo ningún mérito, fueron mis padres los que me pusieron este bendito nombrepero tampoco lo tiene el nacer un día u otro.

El problema de una familia grande es que los nombres se repiten. El problema de una familia grande y poco original es que nos pasamos 15 días felicitando santos: Cármenes, Cristinas, Martas, Santiagos, Celsos, Anas...la operación bikini se va al traste con tanta invitación a pastelitos.

Yo de santa tengo más bien poco. Pero la Virgen que me ha tocado me gusta mucho. Es la patrona de los marineros y en una villa costera como es Vigo, es un día muy celebrado. Los barcos salen en procesión y se canta la Salve Marinera que mi madre se empeña en entonar cual sirena de los mares.

La idea que tengo de esta señora Carmen, es la de la talla que hay en la Iglesia de Baiona. He de decir que las caras de los marineros medio ahogados a sus pies me daba bastante miedo. Creo que hay un poco de sadismo en estas imágenes...pero bueno...es la Virgen...se le perdona todo no? Aunque de pequeña no podía evitar pensar..."Por qué no los salvas mujer...que te lo están pidiendo!!" Luego te das cuenta de que la cosa no funciona así. Pero mi abuela le sigue rezando por nosotros (que nos debe ver algo perdidos la mujer) y yo se lo agradezco enormemente. La ayuda divina nunca está de más.

Como ya dije mi nombre no es gran cosa. No es de esos que marcan. La señora que calceta siempre me consuela con el mismo ejemplo "mira Felipe González, el nombre lo hace la persona" Yo creo que un apellido poco común tiene sus ventajas. En el colegio, por ejemplo, todos se llamaban por él, y aunque sólo éramos 4 niñas en clase, había un profesor empeñado en llamarme "González" Varias veces tenía que repetirlo hasta que me daba cuenta que se dirigía a mi.

Puede que el nombre no sea tan importante como creo. Al final contesto a todo. Hasta a todas esas personas empeñadas en llamarme María. Que no!! que noooo!! que soy Carmen "a secas" (y ahí viene el chiste, "ah! hola Carmen a Seacas") Maricarmen es la señora que calceta, mal que le pese. Se empeñó en usurparme el nombre y a mi me colocaron el correspondiente Carmencita...pero como ya dije, me da igual. Contesto a los "rata" o "zorrupia" de mi hermano, no voy a hacerlo a eso. Soy una "nameless"...pero hay cosas peores.

En fin. Que mi nombre es Carmen González, tú mataste a mi padre, prepárate a morir.

LA CASA DE TODOS

Me di una vuelta por el 52 de García Barbón donde al llamar por el telefonillo tienes que identificarte con apellido. Estaba casi vacía y en semipenumbra pero al mirar hacia el cuarto azul tuve que entornar los ojos pues la ventana estaba abierta y dejaba pasar la luz hasta el pasillo, campo de fútbol y circuito de carreras donde tantas medias rompí, donde cabíamos hasta 6 jugando y parecía no tener fin. Con todos esos armarios alrededor que guardan tesoros y reliquias. Desde platos y manteles hasta vestidos que hoy son retro y que primas, tías y cuñadas lucieron alguna vez. Y allí están todas esas fotos pegadas como si de taquillas de instituto se tratase, con las que un día exclamé "Este es mi padre?" al ver a un niño con pelo disparado y traje de baño apretado "Era la última moda" me espetó alguna de mis tías. Pero no hay defensa para esos moños, lo siento, ni esos vestidos, ni algún que otro retrato navideño cual familia Adams. Abrimos otra puerta y llega el color, las hombreras, los peinados, embarazos, muchos niños que yo no conocí, el abuelo, que tampoco, bocatas en la playa, partidas de cartas, primeros de año, ahora primas, luego primos, venga los políticos, ni arrugas, ni canas...

Llego a la mesa del pasillo, que me enseñó a jugar al Rammy y presidiéndola encuentro un cuadro de mis 16 años y allí arriba otro de mis 12. Las manzanas eran lo mío. El teléfono! cuántas felicitaciones de políticos a sus familias, a hijos, hermanos y primos en la distancia. De novias a novios, de mí misma a mi amiga Marta en Fin de año. Ah! y el cuadro de "la Habanera de Pita" regalo de nietos a una abuela octogenaria en el 97 que no puedo evitar volver a leer con gran énfasis en el "Nietos e hijos hinchan el pecho, van presumiendo de ser Brandón" ...y pensar que lo hicieron mi hermano y primas mayores cuando estudiaban los primeros años en Santiago.

Me asomo por la cocina. A la izquierda el cuarto donde 2 coruñesas y 2 santanderinas en pijama se ponían al día sobre odios y amores adolescentes. A la derecha, Aja! ahí están. Los pasteles que no falten. Huele rico. Hay consomé que te reconstruye aunque estés a pedazos de la noche anterior. Viva! Y mis tías pululando, de un lado a otro: corta, limpia, prepara, lleva...Son 3 pero parecen 10. Me voy, luego, cuando recojamos, seremos 10 que abultaremos como 20.

El hall acoge cada año el árbol con bolas rojas que poco a poco va ganando regalos hasta el día 31, cuando se convierte en testigo del amigo invisible, de los cánticos, los tooongos, los "Qué será, será", los "Lo puedes cambiar" y más de una vespa que también ha pasado por ahí.

Paso a los salones donde cuelgan los cuadros de unos señores que debieron ser el germen de lo que hoy pasa por delante de sus ojos pero que yo no conozco de nada y, aún diré más, me dan bastante miedo. Se me hace raro ver esas estancias tan vacías. Lo normal es que haya varios grupos con tertulias en marcha y tú decidas quedarte en la que más te convenga. Hasta que aparece un melenudo con su guitarra a animar el cotarro. De pronto reparo en la mesa donde están ellas. No pueden faltar en ninguna casa de abuela que se precie: las fotos de primera comunión. Qué monos, qué cariñas, qué engaño. Y más fotos...que si un licenciado, una viajera, uno en la mili, bodas con patillas, con gafas de sol, con edades próximas a la mía...

"Carmeeeen nos vamos" me giro y ahí está el cuadro que me inquieta y encanta desde pequeña. Es una niña con un turbante y una mirada penetrante. Me lo pedí en herencia hace años pero no veo mucho movimiento al respecto. Me tropiezo con la alfombra a la que tantas veces me relegaron por ser la pequeña. Una simple mirada o un "Carmen, al suelo" bastaba para dejar el comodísimo sofá orejero a un ser superior. Al jefe o a otro de tantos. En la cadena de mando no estoy muy bien situada.

Que el tiempo pasa ya lo sé yo, pero esta casa parece recordármelo en cada rincón. Ya en el salón la mesa principal tan necesaria y tan llena de comida y de gente siempre, el carrito del café en el que sólo reparo en Navidad pues es el lugar de postres y turrones. Los sofás donde todos hemos echado una cabezada pero donde lo de roncar hasta hacerse oír por encima de gritos y televisión es un lujo reservado para muy pocos. La mesa con la colección de pisapapeles que parece increíble que haya sobrevivido a los juegos de niños de 3 generaciones...y esa estantería con...más fotos!! Fotos sin coherencia, de todos, de ninguno, actuales y de antes, de los nuevos con los que nos babamos...Van poblando el mueble porque alguien las deja un día y ahí se quedan. También hay papeles antiguos, con letras antiguas y nombres antiguos, libros de texto con anotaciones que al mostrárselas al propietario, se quita las gafas, lee y sonríe. Y un rincón para orígenes de nuevas familias. Retratos, ya en color, de las nuevas bodas. Aquí soy yo la que sonrío pensando en lo bien que lo pasé en cada una de ellas y en lo bien que se han escogido las nuevas adquisiciones.

"Carmeeen vaaamos!!" "Vooooy" Nos vamos a tomar el aperitivo que es una costumbre muy sana. Salimos por la puerta 4. Volveremos a comer 19. Ya sabía yo que verla tan vacía no iba a durar mucho.

LAS AUTORIDADES SANITARIAS ADVIERTEN QUE:

Las Navidades perjudican seriamente la salud.

El primer síntoma aparece cuando resulta que unas inocentes cañas-reencuentro-un-martes se transforman en unas no-tan-inocentes-copas a unas todavía-menos-inocentes-horas. Será el espíritu navideño que nos empuja a las calles para compartir con el resto de las gentes la felicidá, (á, á, á á) del regreso al hogar? Será que mis amigas tienen cuerpo de J? Qué será, será? La cuestión es que estaba en casa.

A continuación descubres que la señora que calceta ya no es tu madre, sino que es tu madre-navideña. Esto supone estrés. Mucho estrés. Porque resulta que en la comida del día 25 "somos 30, y yo el 24 trabajo, y no llega con dos solomillos, y hay que ir a buscar los centollos, y no cabemos!!!, y hay que mover los sofás, y si pongo a 18 en la mesa grande?y dónde coloco a los niños? y, claro, compré bandejas de tirar que son más cómodas y después cada uno se sirve su café"...preparar, elucubrar y conspirar para que servidora llegue tranquilamente a casa el día 23 a las 20:00 horas y se encuentre la mesa de Navidad ya puesta. meu deus!!

Y si resulta que esta noche es Noche Buena, saca la bota María que me voy a emborrachar. Pero si empezamos a las 2 de la tarde, malo. Cañismo, Ostrismo y felicitaciones. Ahí estábamos familiares y parientes varios compartiendo moluscos bívalvos. Alguno pidió una docena de ostras y le dieron 10, el mismo que ante mi preocupación por las toxinas me respondió: "ya que estás tómate 15, no pruebes una y vaya a ser la mala!" En fin, que en 4 horas había una cena y no se daba un duro porque ninguno llegase en condiciones.

Pero lo conseguimos. Y aunque venía la abuela, no hubo temor de Dios. Y los de siempre, los de antes, los del fondo norte comenzamos con los vítores, los brindis, los "oé, oé, oé", las servilletas por el aire y los cánticos varios que contagiaron al fondo sur de la mesa (ese en el que se sientan los señores importantes con sus respectivas Garcías Senra). Espantada general para beber un estupendo vaso de agua aderezado con un Neobrufén 600 y ya estamos listos para más. "por favor, solo os pido que mañana estéis decentes que tenemos comida en casa" "hombre jefe!! cuándo hemos fallado?" (silencio)

Noche Buena-Buena Noche. Se cambia la letra de sonrisas y lágrimas, se juega a password, se comentan las cenas, se advierte al hermano mayor que debe irse a casa pronto (caso omiso) y se nota que cae en jueves y que si el 25 es viernes y el 26 en Sábado...no hay más que decir....TRI-PLE-TE....que somos una ciudad de pecadores donde no se respeta ni el naciemiento del niño Jesús.

Navidad, resacosa Navidad...Había tráfico en mi salón. Y camina mirando al suelo no vayas a pisar a alguno de los pequeños seres que corretean por ahí. Mucha gente. Tanta gente. Mucha comida. Tanta comida. Y mucho niño. Tanto niño. Regalos, juguetes y el hermano del medio tiene la brillante idea que abrirles el Tragabolas que no hace nada de ruido...PUG LAMUG DE DIÉ!!!

Pero qué bonito...noto que me hago mayor viéndolos a ellos, a la siguiente generación, que qué riquiños que son!! Navidad es un día al año y aunque agotador, son los vídeos que hago este día los que me emocionan cuando estoy sola y lejos. Tengo una gran familia y da gusto.

Luego toca la parte materialista de las fiestas. Qué me gusta a mi abrir regalos eh? La señora que calceta ya no espera a que vengan los tres tipos de Oriente. Poca magia queda ya en el 112 de García Barbón. Pero estoy más contenta que un niño con zapatos nuevos (y es que cayeron varios pares) además de trapitos varios. Sin embargo uno de los presentes que más estoy utilizando vino de rebote. A la tía Toya le indignó que se lo diese su señor marido, pues a éste se lo habían regalado a su vez. Parece que es una de esos que van de mano en mano y nadie quiere hasta que llego yo y digo "pero si es la bomba". A ver, es una de esas mesas para portátiles con cojín por debajo (y con asa y todo), que a mi me viene estupendamente para no quemarme las rodillas. Estoy encantada con mi regalo de rebote. GRACIAS TÍO JACOBO!!

Cuánto llevo escribiendo?? pero qué día es??para tanto han dado ya estas fiestas??pero si queda muchísimo!!!

En fin. En próximas entregas veremos si la que escribe llega al 2010 (porque me temo que a este ritmo no voy a durar mucho), si los apuntes empiezan a subrayarse solos y si mi padre me deshereda por "maricona playera".

Vivan las vacaciones!!!. Viva Vigo, su noche y sus gentes!! Viva la Navidad!

VISITA AL HOGAR, COMER Y COMPRAR ES TODO EMPEZAR.

Sugerencias para la señora que calceta: empanada, cocido, merluza, pisto, y demás platos "de madre", incursiones pre-navideñas que no cuentan como regalos y chocolate en la despensa.

Sugerencias para el dueño y señor del mando a distancia: procure reducir el número de gruñidos al mínimo así como financiar alguna que otra cena en ese sitio al que no va nunca...Room se llamaba no? sí, ése.

Sugenrencias para esos tipos que, por nacer niños, provocaron cierta decepción: copas-noche-cobráis-yo-no. he dicho.

Atención pregunta (léase con voz de Saber y Ganar): por qué son tan grandes las pastillas de Augmentine? los efectos de una muela extraída un jueves perduran el viernes por la noche? se considera la ginebra un anestésico?

En otro orden de cosas, este puente descubrí que "Turismo rural" es un eufemismo de: buen comer-buen beber-buen dormir y alguna foto en verdes parajes, que "les vaques asturienes" tienen garras para no despeñarse mientras pastan y que había que tener mucha moral para viajar en los tiempos pre-autoestopísticos, porque si te toca camión delante ya puedes jurar en arameo que no por ello vas a ir más rápido.

Un brindis por el agroturismo, el verde que te quiero verde asturiano, la buena compañía y por las "Aes", esos tentáculos que comunican mi casa con el lugar donde se cruzan los caminos pero al llegar agosto no hay playa. (vaya, vaya)...