LA TORPEZA

Hace unos días hablábamos de quién había sido mala de pequeña. Quién era de las se metía con otras y quiénes eran pringadas. El mundo se divide en estos dos grupos de los 6 a los 16 años. Los que nos conocieron de mayores alucinaban porque en la vida habrían dicho que esas eran las que manejaban el cotarro a esa tierna(?) edad en la que nada tienes muy claro, el mundo parece pasar ante tus ojos y tú sin entender demasiado. En el caso del Presi yo creo que como era la más alta pues imponía bastante. Claro que luego se quedó de ese tamaño y ahora no impone un carallo (aunque sigue teniendo bastante mala leche) Las otras malas se reformaron también y ahora solo dicen maldades por chats comunes.

Yo era de las pringadas. Y torpe. Lo segundo lo sigo siendo. Lo primero muchas veces pienso que también. Sobre todo cuando viajo en Ryanair o veo sueldos de otra gente. Tenían hasta una muletilla en clase que decían a coro cada vez que se me caía el estuche, un diccionario o la tapa del pupitre "Tenía que ser Carmen" (con mucho énfasis en la E y la I)

Esto no era nuevo para mí. La tiña Pinky, que me quiere mucho y yo a ella, lleva diciéndome desde que tengo uso de razón que soy "Tooooorpe, coño, torpe!" 

De un tiempo a esta parte mi fijación es con los vasos de agua. Casi tiro el agua de la mesa de al lado en un polaco, tiré definitivamente todo un vaso de agua en un italiano (y al camarero no le sentó nada bien) el otro día en casa, encima del teclado y hoy volví a hacerlo en el trabajo.

Be water my friend.

Cuando acabé de limpiar el agua quise rematar mi hazaña encestando con el vaso de cartón de té que había encima de mi mesa y que creía vacío, en la papelera. Pero qué ocurrió? Pues que fallé. En mi defensa diré que tocó aro. Pero fue casi peor porque se abrió y mojó la silla de mi compañero Santi.

Ese mismo té me lo había subido él el día anterior. 

Santi es un hombre con paciencia infinita. Yo aun no sonseguí agotársela a pesar de que le pongo mis listas de canciones todo el rato. Incluso la de "fuiste joven". Él de ríe desde su silla tan inclinada que casi podría decirse que trabaja tumbado. Santi me da trucos de diseñador experimentado y alucina con que no conozca algunas de las herramientas más básicas. Dice que me complico mucho pero yo creo que es que al final siempre vuelvo a lo que conzco mejor que es el lápiz y el papel. 

Santi ha decidido que ya está harto de que decirme canciones para que ponga, así que hemos hecho una lista colaborativa. Le puse el nombre de la empresa pero podía dar lugar a error así que él me dijo que la llamase de otra forma y así se quedó. "De otra forma": La lista donde Santi mete su música guay. Porque Santi es Dj a tiempo parcial además. Lo tiene todo, chico!

Santi me da sustos y se parte de risa. Me pregunta por los trabajos que hago y me ayuda cuando me atasco. Pero nunca impone. Y siempre está todo bien. Luego pasa por sus manos y todo está mucho mejor. Yo le planteo mis dudas existenciales en alto como "No crees en que hay que dejar de engañarse, que ser diseñador consiste el 70% del tiempo en hacer selecciones y el otro 30% en agrandar logos" Y él me contesta que "Seeeh" 

Trabajar así está bien. Santi nunca se enfada. Ni si quiera cuando le mojo la silla o le doy más chollo del que le quito. A cambio yo canto en alto y le cuento historias.

Creo que es un buen trato.

UN MOMENTO TRÁGICO

Henry todavía está en mi cuarto. Prometí que lo devolvería pero aquí sigue. (Henry es un pájaro? es un avión? No! es un aspirador!!). Inglaterra es ese país donde debido a la cerda costumbre de enmoquetar hasta el baño, se le acaba cogiendo cariño a este electrodoméstico. Entonces se le pintan ojos de forma que la nariz sea el tubo que aspira (qué agudos oiga!) y se le pone nombre: Henry.

Pues bien el susodicho aquí sigue porque tocaba limpiar mi capa de mugre. Papelitos que se van quedando, imperdibles que se pierden, roña variada...Vamos que mi estrato de suciedad se ha reducido. Y digo mi estrato, porque me imagino que habrá varios. Uno por cada estudiante que vivió en esta habitación antes que yo. Me lo imagino como algo así:

En fin...no creo que ninguno de mis compañeros eche de menos a Henry.

Ahora paso a relatar el momento trágico que viví en esta, ahora limpia, habitación, hace un par de días. (aunque el saco de la ropa sucia empieza a desbordar)

Estando servidora cepillándose los dientes escucha el burbujeo del Skype. Oh, una llamada! aclarado bucal y rauda y veloz me dirijo a la salida del baño-cubículo-todo es ducha. El primer impulso fue bien, hasta que la fuerza de mi pierna (ojo que remo), hizo que la rótula impactase contra el marco de la puerta. Omítanse los "pero cómo se puede ser tan burra!" aún me duele y yo también lo pienso. La rodilla en todo su esplendor, en un perfecto ángulo de unos 30º chocó produciendo un sonido hueco.

Parálisis.

Estremecimiento de dolor. Intento de andar. Imposible. Arrastrarse hasta la cama. Tumbarse con el sonido del Skype aún de fondo. Llorar. Respirar entrecortadamente. Quejarse. Gemir. Y pensar que nadie, NADIE está ahí para consolarte. Te has dado un golpazo y no va a haber nada que lo acredite salvo un ligero bronceado morado en la articulación de la pierna izquierda. No sirve. No hace justicia al sufrimiento vivido. Es por ello que tengo que escribirlo. Para nunca olvidar este momento trágico.

SACÁDEME PRONTO DE AQUÍ!

Ayer descubrí que jugueterías como la de Solo en Casa 2 existen. He vuelto a creer en los Reyes. Magos. (trata de explicar el 6 de Enero a los ingleses, verás qué caritas hasta que descubres que no son Reyes, sino hombres y no son Magos sino sabios)

Ayer las compras debieron ser las protagonistas...pero quedaron eclipsadas porque una vieja amiga se dejó caer. Literalmente. La maldita y negruzca nieve (un sábado prenavideño en pleno Londres de blanca no tiene nada)

Yo continué mi jornada como pude hasta que mis piernas dijeron "basta, hay que regresar". Finalmente, muchas disculpas mediante, retrasos en trenes y esperas en andenes a - 2 grados, por fin estaba de vuelta a 0 grados en el interior del vagón. Seguíamos con problemas para sentir manos y pies.

Colchester tenía caspa. Mucha. Tanta, que el bus se detuvo en la parada sólo para que un gordito autobusero nos dijese "Sorry fellows, no bus service" algo así como "Lo siento compañeros, no hay servicio de autobuses" Se cierra la puerta y observo que el gordito no iba sólo, sino que le acompañaban 3 de sus compañeros, sus verdaderos "fellows"

Cara de idiota y "A mí no me fellowees eh??. Me abandonas a mi suerte y tú te vas a casa calentito? No soy tu fellow y nunca no seré mamón!!"

Algún taxi por la zona? aunque sea de los off licence timadores? Negativo.

Qué es lo que toca entonces? pues cantar bajo la lluvia, o lo que es lo mismo, caminar sobre la nieve.

Pero claro, si combinamos los bultos comprados con mi, digamos poca destreza en cualquier actividad motriz, qué obtenemos? Lo que viene siendo un andar con estilo: un paso, dos pasos, tres paso "flip" resbala un pie. Un paso, dos pasos, tres pasos, cuatro pasos "fliiip" resbala el otro. Alguna vez hubo tantos "flipes" seguidos que tuve que mirar atrás para comprobar que nadie me había visto. Pero no. Ni Perry por la calle. Bueno, como mucho uno o dos Perrys.

Primer momento crítico: resbalón hacia delante y la pierna izquierda que se desliza como la gimnasta que no soy. Rodilla al suelo con el consiguiente tirón. Estaba herida pero debía seguir adelante.

Mitad de trayecto con un ritmo bastante respetable...un dos, un, dos...dejo de temer por el futuro de mis falanges de los pies y cuando ya pensaba que la posibilidad de una carrera como esquiadora de fondo no era tan descabellada, llegó la caída total. TOTAL. Por lo menos no fue frontal, sino lateral, así lo que continué mi odisea dolida no sólo de la pierna sino también del costado y más concretamente de la zona gluteística izquierda. Buena amortiguación. Hasta yo tuve que reírme. De nuevo, nadie por la calle. Salvada.

El trayecto a la residencia parecía infinito (god save the iPod). Nieve, nieve y más nieve. De esto que pisas y todavía hay nieve debajo. Y ese ruído extraño que hace, como si se quejase (aún encima!)

Lo único bueno de la nieve es poder seguir las huellas de la gente y adivinar quién caminó a tu vera antes. Unas botas de mujer, unos tenis, un pie de niño pequeño...Me detuve a comprobar mi pisada. Bien. Impone. Me sentí un  poco como la perspicaz y embarazada policía de Fargo. Sólo que sin embarazo y sin pistola. Y si me apuras sin mucha perspicacia.

Hoy, después de leer múltiples quejas sobre los vuelos cancelados de regreso al hogar, abro la ventana  y me encuentro con este paisaje encantador, tan Navideño, tan invernal, tan bonito de ver...en una postal.

En fin...que la mierda esta blanca se la pueden meter la Reina y los lords por donde les quepa...que yo, me voy a mi casa. (aprovecho la ocasión para mandar un mensaje amenazante al señor Ryanair...el martes se vuela "fellow")

Y como siga así la cosa, ya veré si vuelvo.

APLAUSO Y MEDIO

Según Wikipedia (que es como ese amigo adelantadillo que a tu madre no le gusta un pelo y te dice que no te fíes pero tú bien sea por llevar la contraria o porque te fascina, haces caso omiso a la advertencia) el aplauso es "principalmente la expresión de aprobación mediante palmadas, para crear ruido".

Es un gesto simple pero poderoso. Algo por lo que matan los artistas. El reconocimiento a un trabajo bien hecho.

Investigando más en profundidad (un doble click) el fenómeno aplausístico, encuentro que el más largo de la historia lo recibió Luciano Pavarotti, ese hombre al que sólo por su versión de Nessun Dorma, hay que querer. Fue en 1988 en la Ópera de Berlín y estuvieron 1 hora y 7 minutos ovacionándole. Y es aquí donde surgen una serie de preguntas: Y si tenías reserva para cenar? Y si te entran ganas de ir al excusado? Se hacen turnos? "tranquilo, yo sigo" Qué se te pasa por la mente cuando llevas 37 minutos aplaudiendo? Había algún tipo de ritmo? Hubo algún momento en el que pareció decaer, pero sólo fue un espejismo? No se iba vaciando el recinto? No entraron los porteros del teatro a echar a esos tarados "por favor, señor, ¡deje de aplaudir!"? Tan bien lo hizo? y, sobre todo...Quién dio la ultima palmada?

Yo no recuerdo haber conseguido nunca un aplauso al margen de las obras de teatro del colegio, o los premios de pintura, o el discurso de final de curso. Quiero decir que nunca he recibido uno de los grandes. De los de película. Después del speech, después de una gran frase, seguida de una gran sentencia y de una gran moraleja, allí al fondo, una persona de entre el público se levanta y asintiendo, con gesto de "me has abierto los ojos" empieza a aplaudir espaciando cada palmada. Y todo el mundo se gira. Pero de pronto otro se levanta también y hace lo propio. Y otros dos más con algún "sí señor" acompañando el aplauso. Y la cámara enfoca al autor del discurso que parece haberse ido creciendo y con un gesto de orgullo pero que denota humildad (sí, este gesto es posible en Hollywood) se sienta, mientras un público entregado lo ovaciona.

De estos, no he tenido ninguno.

Sin embargo soy muy dada al aplauso irónico. Un arma afilada si se emplea en el lugar y tiempo oportuno que se torna en tu contra y ridiculiza al ridiculizador si se abusa de ella.

He recibido muchos de estos. Por qué? Pues porque soy (y me ha costado mucho tiempo asumirlo) TORPE y descoordinada, manazas y sparring a tiempo completo de pomos, esquinas de mesa y marcos de puerta. Podría considerarme una gran actriz, si no fuera porque el papel que desempeño es el de "migo misma". Después de estas actuaciones consigo arrancar de mi público todo tipo de reacciones: risotada, empatía, absoluta indiferencia o cabreo (en esto la exclusiva la tienen el jefe y mi hermano). Este último también es muy dado al "Bien, Carmen" plas, plas, plas (genial onomatopeya, he de decir) después de alguna de mis preguntas/comentarios/coñas absurdas. Ese aplauso irónico es el que más duele y el que más ansío devolver.

Todo esto viene porque el otro día mi abuela me pidió que dijese unas palabras por estar todos reunidos. Yo, ante un encargo de tal categoría de la Jefa me lancé al vacío...y cuando no supe cómo terminar, pedí un apláuso para esa señora de 93 años de la que germinamos. Recibí críticas sobre lo fácil del recurso...pero qué quieren...un aplauso siempre es un buen final.

Ovación y palmas

P.D. Nunca he sabido silbar como se hace en medio de un aplauso multitudinario, pero sí que se me escapa algún comentario del estilo: "eres grande" "te queremos" o "me inspiras".

Lo siento profundamente.

 

MATRÍCULA (II)

Se puede ser más predecible que yo? Me temo que la respuesta es no, un no rotundo.

"Crónica de una cagada anunciada" sería un buen título para esta actualización.

Estoy furiosa.

Por qué? Por qué tuvieron que ponerle "Técnicas escultóricas" a la asignatura en la que yo quería matricularme?

Por qué me tienden la trampa mortal de ponerle ESCULTURA a otra que, dicho sea de paso, consiste en estar tediosas horas delante de montañas de barro copiando el cabezón de Gongora, de Calderón o de Dalí?

Por qué cuando por fin consigo encajar horarios, que supone un agotamiento mental equiparable a que me pidan que haga una raíz cuadrada, resulta que confundo A con A'?¿

Cómo es posible que sabiendo de antemano que me iban a decir "No podemos hacer nada", tengan el valor de recochinearse declarando que el decano es el único que puede solucionarlo "PERO NO CREO QUE TE LO CONCEDA"...repetido varias veces!!! ante mis sucesivas súplicas?

Cómo es posible que siempre, SIEMPRE tenga problemas con matriculas, funcionarios y decanos?

Se puede ser más estúpida?

Se puede estar más furiosa con el sistema, con la era internáutica y con una misma?

Se cree alguien realmente que el "No podemos hacer nada" sea cierto?

Y lo que es peor, cómo voy a afrontar el hecho de que esto suponga el fin de mi teoría por la cual si piensas que algo malo va a suceder, del tipo "fijo que voy a esquiar y me rompo una pierna", ya no pasa?

Sólo me resta entregarme a la benevolencia y buen hacer del Ilustrísimo Señor Decano de Bellas Artes.

De nuevo mi curso académico depende del humor del que se levante una persona a la que nunca he visto y a la que le importo menos que un comino...CHAN CHANNN

Será este el cariz que tome mi vida en adelante? Seguro que sí (cuando una teoría es tan tuya, cuesta dejarla sin más)