MAURO CUMPLE 40

Me encantaría que pudieses celebrar una fiesta como mereces por llegar a esta cifra redonda aunque bien sé que tú con cervezas y amigos te das por satisfecho. 

Eres un tipo difícil de regalar pues tienes pocos caprichos y los que tienes, qué quieres que te diga chico, son tan caros que sólo llegamos a cubrir un porcentaje de los mismos...sin embargo yo sé que el mejor regalo que podría hacerte hoy sería que por un momento te vieses con mis ojos, como yo te veo. Tal vez así desaparecerían esas dudas que sé que te asaltan a veces. 

Yo tengo plena confianza en ti. En tus capacidades y en tu fortaleza. Mucha más que tú mismo. Y me rompe no poder hacer que lo veas tan claro como yo lo tengo. Admiro que a mitad de camino sigas peleando por ser mejor y alucino con que aguantes mis charlas estoicamente para al cabo de un tiempo decirme que te vinieron bien. 

Yo, que me considero bastante práctica aunque a veces me líe con tonterías como que se haya estallado el agua en el cesto del carrito, tengo como objetivo último el ser feliz. Hago todo lo que está en mi manos por serlo. Puedes creerme cuando te digo que eres uno de los responsables de que lo consiga.

Pienso en este año, en todas estas horas que llevamos compartiendo teletrabajo en el salón, confinamientos y sofá con una niña mediante y otra en camino. Ha sido la prueba que no necesitaba para confirmarme que estoy con la persona correcta.

Con el irónico perpetuo de cabeza grande, sienes despejadas y voz profunda que se vuelve de pito cuando quiere conseguir algo. El compañero de pizzas culpables y ensaladas penitentes. El cervecero total. El que toca la guitarra, se parece a Marhuenda y tiene un umbral del dolor bajísimo. El que canta, baila y actúa sin vergüenza pero le cuestan terriblemente los cambios. El que tenía claro que quería ser padre. Y el que aparece por el salón con su tercera taza de café y me hace cualquier gesto absurdo mientras estoy en una reunión sólo para recordarme que sigue ahí, como lo ha estado toda esa mañana, y toda la anterior...incluso por las noches cuando hago de mis sonambulismos sus desvelos.

Ha estado ahí continuamente desde hace 5 años e intermitentemente desde hace 17, cuando yo contaba con los mismos y supe que ese chico me gustaba.

A sus 40 añazos lo conozco mejor que nunca. Tanto que ya vaticino una vejez bastante cascarrabias pero con total complicidad. Yo no me quedo corta...sé que a veces no le va a gustar lo que le voy a decir pero lo hago igual porque hemos llegado a ese punto de entendernos hasta en el desentendimiento. Cuando pintan bastos, ahí es donde más hemos crecido. 

Nadie tenía que convencerme de que el resto del tiempo iba a reír mucho e iba a ser feliz con muy poco. Con un desayuno rico, una película, alguna conversación intensa sobre la bondad del ser humano o cómo lo estamos haciendo como padres y otras muchas banales relatando entre carcajadas el cuento surrealista que le acaba de contar a Lola o contando anécdotas de un compañero de su clase que a mí me importa bien poco. Es un tipo con el que se puede hablar de todo y yo de hablar soy mucho. 

Todo esto, no me pregunten por qué pero yo lo deduje desde que lo vi en Maracaibo en el 2003. Y cuando al cabo de los años tocó empezar a hablar de lo que queríamos se lo planteé muy claro. El aceptó los términos y aquí estamos.

Siempre le digo que como primer marido no está nada mal. No sé si es el mejor pero no tengo ninguna duda de que es el más adecuado para mí. 

Vaya suerte habernos reencontrado en aquel Gijón de tus amores. Aunque estoy convencida de que si no lo hubiésemos hecho aquel día, habría sido otro. No creo en el destino pero tú y yo sabíamos que nos debíamos un baile. Ahora más que un baile es una obra de teatro, una tragicomedia realista con nosotros de protagonistas tratando de que haya muchas más risas que llantos. Creo que lo vamos consiguiendo.

Felices 40 Mauro Picatoste. Eres, como ya te dije aquel 28 de diciembre delante de toda la gente que queremos, un auténtico planazo. 

IMG_5606.jpg