40 CASTAÑAS

Aunque nació hace hoy 40 años, yo le conozco desde hace 32.
Y aunque preguntaba cada vez que veía a alguna persona con una enfermedad grave por qué habían nacido así a La Señora que Calceta amargándole un poco el embarazo, por suerte nací con 20 dedos y dos orejas bien grandes. Y desde entonces se dedicó a cuidarme y a quererme.

A defenderme de los vaciles de Santi y Rafa. A esperar en la parada de bus para que no me quedase sola. A decirme que si se metían conmigo en el colegio no pasaba nada, que a él le había pasado lo mismo y al final todo había salido bien.

Esto me lo repitió en cada momento vital en el que creía que el mundo era muy injusto conmigo. Él escuchaba paciente mis llantos telefónicos desde Madrid y se dedicaba a reflexionar conmigo, a decirme que el Señor de Gafas Oscuras, a pesar de sus formas que nos dejan hechos una mierda, tiene parte de razón, a reírse de mí y al final reírse siempre conmigo.

Me trajo mis primeros Gazelle de Londres cuando volvió transformado en un tipo muy cool incluso a pesar de los collares. Se dejó barba hasta hoy y empezó a confiar en sí mismo. Cuando yo empecé a hacer lo propio, siguió metiéndose conmigo para que no se me subiesen los humos.

Manuel jugó a ser guay un tiempo. Sin saber que su guayez reside en ser exactamente como es. Con sus fortalezas y sus debilidades que le hacen tan humano y tan de verdad. Manuel no te la va a jugar. Es muy listo pero no de esa clase que tienen claro que lo primero es la propia supervivencia. Manuel sufre cuando algo va mal. Cuando no puede hacer nada para solucionarlo. Le molesta que no se preste atención al detalle. Cuando no se hacen las cosas bien. “Porque no cuesta nada” y no le cabe en la cabeza que la gente no lo vea tan claro como él. Todo esto lo sé porque a mí me pasa exactamente lo mismo.

Lo que más me gusta es que a pesar de que por fin es consciente de lo mucho que vale en la vida profesional y todo le sonríe en la personal (concretamente le sonríe y mucho Almudena, pequeña gran mujer) su corazón mantequilloso a veces le traiciona y se le siguen viendo las debilidades a leguas. Pero no es debilidad. Es ser persona. Y Manuel lo es de los pies a la cabeza.

Es un abogado buenísimo como ya fuera un estudiante brillante. Pero eso da igual. Manuel es un tipo íntegro, buena persona, gracioso, detallista, cariñoso y un padre que se desvive por sus hijos hasta el punto que le tienen bastante pillada la aguja de marear. Manu es un tipo total. Pero es, ante todo, mi hermano mayor.

Y aunque ya no tenga yo 10 años y necesite de su ayuda para hacer los deberes, aunque ya no tenga él 16 y me confiese tirados en el suelo de mi cuarto rodeados de la granja Playmobil que le han roto el corazón en pedazos, aunque la vida ya no nos haga coincidir tanto en los bares (básicamente porque el día que puede salir se pone tan nervioso que no mide y a las 3 está en casa), aunque el tiempo pase y siga metiéndose conmigo mucho para luego darme un abrazo de oso y dejarme sin respiración, aunque pasen 40 años más, seguirá siendo mi hermano mayor, la persona a la que más me parezco en el mundo y mi ejemplo a seguir.

Y como se me empañan los ojos y no es plan, voy a dejar de escribir ya. Porque esto es bonito hombre! y aunque suene a topicazo os aseguro que es todo cierto. Mi hermano mayor se hace mayor y lo hace además feliz de la vida con su vida. Así que bien por él. Porque siga siendo tal y como es. Porque a mí la vida me lo ha regalado y no puedo estar más agradecida. Felicidades hermanu! 40 años pueden parecer muchos...aunque en ellos no cabe lo muchísimo que te quiero.

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NO TE DEJARON SEGUIR

Ahora mismo. Hace 20 años. Justo a las 16:02 del 12 de julio de 1997, una señora con el pelo fosco teñido de rubio, una camiseta rosa chicle, las paletas separadas y un tono agudo tan típicamente bayonés gritaba “¡¡MIGUEL ÁNGEL LIBERTAD!!” Y todos aplaudimos. Lo recuerdo perfectamente.

Éramos muchos. La mayoría con el pelo aún mojado pues veníamos de la playa. De un día de verano como otro cualquiera. En familia. Pero sabiendo que a las 16:00 había que estar en la plaza del ayuntamiento. "Yo pienso ir desde luego" "Yo también" comentaban en los corros de la orilla. Llevábamos 2 días que no se hablaba de otra cosa. “Son la hostia” “No hay derecho” “Joder…qué pretenden?” “29 años…”

29 años. A Miguel lo cogieron desprevenido. Como a todos. 29 años...la leche! Quién iba a pensar que aquel concejal joven de Ermua iba a ser el siguiente? A quién se le ocurrió la idea del secuestro? Pero sobre todo...qué esperaban?

No nos callamos. Esta vez no. No fue un "otro más". Millones de personas salieron a la calle. 

Aquel 12 de julio ETA firmó su sentencia de muerte. La sociedad lo había condenado. Así no. Así no más.

Se me vienen a la cabeza mil imágenes. Las manos blancas al cielo, la agonía de la familia y todas esas personas gritando al unísono “Vascos sí, ETA no!” "ETA escucha aquí tienes mi nuca!" Las imágenes de la marea de gente manifestándose en las calles de toda España fue seleccionada por los telespectadores como las más impactantes de la Historia de la Televisión en este país. Y no me extraña. Aún es hoy el día que me sobrecoge verlas.

Y después, una frase ”Ya no saben ni matar” la pronunció mi padre en el salón de casa de la abuela Pita. Con un cigarro en la mano frente al televisor, mientras daban la noticia de que aún había esperanza.

Vaya putada te hicieron, Miguel. No te dejaron seguir. Te agarraste a la vida como pudiste pero no te dieron opción. No puedo ni pensar en la agonía que debiste pasar si tan sólo con recordar la nuestra se me llenan los ojos de lágrimas y el estómago de bilis. Tuviste que ser tú. Pudo ser otro. Tantos que fueron antes. Y los que vinieron después. Hasta hoy. Cuando pienso con una mueca en la cara que a muchos niños en este país habrá que explicarles lo que fue ETA, lo que significó, el porqué si es que existió y la sinrazón de tantísimas víctimas. Para qué? Supongo que para esto, no?. Para finalmente poder vivir en paz. Poco consuelo tras tantísimos años de sufrimiento.

Tuvo que suceder un caso tan patético, tan horrible y tan desgarrador como el de Miguel Ángel Blanco para que dijésemos basta.

Fue a las 4. A las 4 en punto de la tarde. A traición.

Aquel verano, con 10 años (para 11 como me gustaba remarcar por aquel entonces) fui consciente de lo peor del ser humano. Tuve suerte, hoy en Siria y en muchas otras partes del mundo, los hay que nacen sin conocer otra realidad que la guerra y la muerte a su alrededor. Y no buscan una explicación. Simplemente tratan de sobrevivir. Simplemente siguen. Como seguimos todos. Con las manos en alto como única arma.

Menos tú, Miguel. A ti no te dejaron seguir. 

MANIFESTACIÓN

 

 

EL DÍA QUE NACISTE IV

El día 3 de noviembre por la mañana felicitamos a tu abuela por sus 66 años tan estupendamente llevados y por aguantarnos durante casi 40 de ellos. Ella se limitó a decir “Gloria, salta a ver si nace hoy” a lo que tu padre contestó “Pues parece que hay movimiento”. Por fin!! Movimiento!! Había comprado un billete con bastante margen para asegurarme verte y con el pachorrismo que caracteriza a tu familia, no te dignabas a salir, así que temía volverme a la capital sin conocerte. Pero no. Te vi. Aterricé en el aeropuerto de Vigo y fui directa a coger en colo esos 3,800 kilogramos de cosa diminuta y comestible que eras. Dice tu padre que lo hiciste por mí. Si es así, sobrino, no sabes lo que te lo agradezco.

Así como con tu hermana hubo cónclave para deliberar su nombre, contigo, filliño, no hubo opción. Tus dos abuelos, tu padre y tu tío llevan el nombre del Apóstol. Así que llegas a este mundo siendo el cuarto de mis sobrinos, el tercer Santiago González, el segundo de los hermanos y compartiendo cumpleaños con tu abuela. Y a pesar de todo, cuando anunciaron tu llegada, me emocioné igual.

Esto fue a las 11:30 de la mañana. Nervios!! Como en otras ocasiones, comunicado oficial a los chats familiares y entre los “Animo!!” y “Empuja” se colaron muchos “Venga! que a lo mejor nace nace el mismo día que la abuela!” Pero claro, recordando que tu hermana tardó 23 horas en salir, ya no confiábamos. 

Todo transcurrió con caaaaalma. Se nota que no eran primerizos. El parte lo daba tu propia madre que, por si aún no te ha quedado claro, es santa. “Viva la Epidural!” era el título de la foto que nos envió tu padre. En ella se le ve a él viendo el golf en el iPad mientras tu madre lee uno de los dos libros que se llevó al hospital. Auténticos profesionales del parto. 

Eramos todos expertos “Se borró ya el cuello de útero?” que es una pregunta muy perturbante. Tu padre nos comentaba el esfuerzo de tu madre y nos decía “ufff estoy reventado!” (tendrá jeta...) “10 cm! Le rompen la bolsa!”. Y todos, créeme Santiaguito, TODOS empujamos con tu madre. Nadie se iba a dormir. Al filo de la media noche esperándote. Íbamos a contrarreloj!  

Y mientras en ese chat García se especulaba, se comentaba lo guay que es esto de retransmitan los partos en directo, se tenían nervios, se hacían coñas “Ay como salga con gafas oscuras” y hasta lemas “Santiago tercero, te quiere el mundo entero!” a las 23:59 exactamente del 3 de noviembre de 2016 apareciste en el mundo.

Por fin llego el mensaje de tu padre “Ya esta” y varios brazos sacando bola. Aún no te había ni visto y estaba cansada por el trabajo pero ese día me fui a dormir feliz sabiendo que éramos uno más. 

Pocos días después de que nacieras celebramos el aniversario de la caída del muro de Berlín y nos despertamos con la noticia de que un hombre que pretende levantar uno semejante, se convertiría en el próximo presidente de los EEUU. También dimos la bienvenida a Jacobito y nos enteramos que otro primo sería padre pronto. Con esto quiero confirmarte dos cosas:
1-  El mundo está loco y es injusto. En muchas ocasiones dejarás de encontrarle el sentido.
2- Has caído en una familia numerosa que no para de reproducirse. 

Como ya hice con tus primos, me permito, desde las tres décadas que nos distancian, darte algún que otro consejo que seguramente no escucharás y a la larga reirás al recordar. A lo mejor no llega a decírtela pero una de las frases preferidas de tu abuelo para educarnos es que "Todo fluye nada permanece”. A mí me transmite una mezcla de rabia y pena. Porque se aplica a lo bueno y también a lo malo. Así que no creas que siempre vas a quedarte siempre en los 15 años cuando tengas las hormonas disparadas y la cara llena de granos. O cuando seas becario en tu primer trabajo y tengas un jefe insoportable. O cuando tu hermana te saque de quicio. Todo pasa. Mucho más rápido de lo que crees. Cada día aprendes y creces. A la vuelta de la esquina hay más y mejor. Aprovéchalo. No hagas mal a los demás. Trata bien a las mujeres. Ríe con ganas y no tengas miedo a expresar tu opinión, a levantar la voz, sobre todo si es para denunciar una injusticia. Sé honrado. Eso te permitirá ir más seguro. Y sé fuerte. Sigue siempre adelante pero no dudes un instante en pedir ayuda. Tienes la suerte de llegar al mundo rodeado de personas que están dispuestas a apoyarte hasta el final. Aprovéchate de eso. Ah! y disfruta de ser el pequeño. Que en esta familia nunca se sabe cuándo vendrá el siguiente.

Tardé un mes en dedicarte estas palabras. Y no hay excusas. Ni el cansancio, ni la falta de tiempo. Tuve que volver a cogerte, verte los papos y comprobar lo clon que eres de tu padre para darme cuenta que para ti, sobrino, siempre hay y habrá tiempo. 

Ya estás aquí Santiaguito! Vienes a sumar. A que haya más ruido. A compartir tardes de juegos con Cosme, Roque, Martina y toda la tropa de Baiona. A reclamar atención. A recibir sobornos del abuelo en forma de huevos kinder y a que la abuela te persiga por el pasillo y te lleve a saltar en su cama. Pero por encima de todo, Santi, vienes a ser feliz. 

Solamente puedo decir…gracias por venir!

 

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MI TÍA ELSA

Mi tía Elsa es la cuñada de mi abuela Pita. Pero yo de pequeña creía que era su hermana. Enviudó pronto y a mí se me negó poder conocer a mi tío Tino del que tantas historias he escuchado a mi padre. También se fue pronto mi abuelo Manolo con el que Tino hacía buenas migas. Se ve que alguien con un humor patético nos quiso gastar una broma pesada y nos privaron muy pronto del humor que ambos derrochaban. 

A cambio crecí en una casa dominada por mujeres de bandera. Cada una en su estilo. Las chicas de Oro las llamábamos. Mi abuela, imponente, con tanta presencia y estilo…y esa carcajada que no se me olvida por mucho que hayan pasado ya 4 años desde aquel 21 de febrero. Mi tía Yoya, hermana menor de la primera. Guapa y discutidora. Recuerdo sus preguntas de examen y aquella chaqueta amarilla que cada verano recuperaba. Su cumpleaños siempre se celebraba la noche de los fuegos y, aunque alguno de sus sobrinos le daba disgustos con opiniones políticas más cercanas al carmín de sus labios de lo que ella podía entender, siempre se unió a las celebraciones familiares como si de una segunda abuela se tratase. Y por último Elsa. La joven, la reposada, la del acento canario y el pensamiento moderno. Para mí, mi tía abuela hippy. Siempre con una sonrisa en la cara, siempre dispuesta a todo y siempre encantada de venir cada verano desde su isla a Baiona para ver a su familia política crecer. Con los años, cuando descubrí que no era una hermana sino una cuñada, valoré aún más este gesto. Supongo que en el fondo lo pasaba bien y por eso repetía. O a lo mejor era el pulpo y los calamares en el club de yates, vaya usted a saber.

Cada año nos decía lo mucho que habíamos crecido y lo guapísimos que estábamos. La tía Elsa me preguntaba qué tal el curso y qué tal la vida en general. Yo me sentaba a su lado y hablaba. Hablaba mucho. Más bien, no callaba. Pero ella reía con mis historias y yo sentía una conexión especial con esa tía mía de gafas ovaladas, melena rubia y acento exótico.

Supongo que lo que hacía volver cada verano a Elsa a Baiona era el amor por una familia grande y ruidosa que la recibía entre achuchones, comilonas y partidas de Rammy. 

Mis padres siempre hablaron maravillas de Elsa. Tanto que es la única persona del mundo por la que el señor de gafas oscuras es capaz de coger gustosamente un avión e irse a Canarias a devolver a su tía un poco del amor que ella nos demostró durante tantos años. Es una verdadera lástima que Canarias esté tan lejos. Porque aunque no son familia directa, los Méndez canarios, son de esa clase de familia entrañable con la que te sientes como en casa desde el momento en que te dicen un “Hola Queriiiiido!!”

Aunque si lo pienso bien creo que la verdadera razón de que mi tía Elsa volviese a la Barbeira cada agosto, era para rellenar ese frasquito de cristal que cada año me decía que ponía en su baño. Un frasquito que se llevaba lleno de caracoles amarillos, de esos que ya casi no quedan. Cada verano, desde que tengo uso de razón, mi tía Elsa me decía “Carmensita, vamos a coger caracoles amarillos”. Yo, encantada, le daba la mano y nos pasábamos horas buscando en la arena. Recuerdo perfectamente estar cual ballenato varado en la orilla dejándome llevar por las olas casi inexistentes de nuestra playa y cómo con cada embiste las conchitas se revolvían. En cuanto aparecía un destello de algo amarillo, iba directa a por él, me levantaba triunfante y corría playa arriba gritando “Tía Eeeeeelsaaaaa encontré un caracol amarilloooo!!!” y de cada vez, de cada vez! ella exclamaba “Ay! pero qué alegría Carmensita!!!” Y realmente te creías que se alegraba porque mi tía Elsa es de esas personas que contagian paz y felicidad.

Me encanta esta foto. Porque veo a una tía y a un sobrino felices. Pero sobre todo porque veo que a sus 90 años, mi tía Elsa sigue tan genuina y estupenda como siempre.

PD: He cambiado la braguita por el bikini...pero sigo buscando caracoles amarillos en la orilla.

 

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EL DÍA QUE NACISTE (III)

Todo empezó, como todo en esta época que te ha tocado vivir, con un mensaje de WhatsApp:
“Mañana a las 8 de la mañana ingresan a Almudena”

Y así, después del Brexit y de un segundo intento por tener gobierno en España, después de que la Selección cayese en cuartos contra Italia y nos volviese un poco el complejo, después de 40 semanas, por fin, el niño sin nombre, el hermano de Roque, el Número 2, iba a llegar al mundo.

Y digo “Niño sin nombre” porque cuando escribí estas líneas aún no sabía cómo te llamarías.
Pero ya sabía que te querría. 

Eres el Número 2 de los González-Penela y el número 3 de mis sobrinos. El pequeño por poco tiempo. Al que yo llamé Florencio durante varios meses en honor a tu bisabuelo pero no coló.

Tu padre nos anunció la rotura de aguas con un jeroglífico de una mano diciendo adiós y un bolso. Según él “chao bolsa” Esto, lo único que demuestra, a parte de que tu padre es bastante parvo, es que esta vez estaba mucho más tranquilo. Venía aprendido y aún tardarías unas horitas…

Tuve la suerte de estar presente en los nacimientos de tu prima Martina y tu hermano Roque…y sin embargo no pude estar en el tuyo. En lugar de estar en Coruña, con mi hermano y mi familia, estaba en una reunión de trabajo en Madrid. Una de esas en las que se hablaba de proyectos. De dudas, de pasos por dar, de ilusiones y de temas que parecían muy importantes hasta que llegó ese mensaje: “Ya nació”

A mi alrededor la gente seguía hablando y opinando. Pero para mí lo único que importaba era que ya estabas aquí. Habías aparecido a 600 km y automáticamente, sin haberte visto, pasaste a formar parte de ese grupo de personas por los que luchar, reír y disfrutar. Y te convertiste en un coruñés más en mi vida. Todas las dudas y todos los problemas pasan a ser relativos. Qué alegría, coñe! Qué chute de adrenalina! Me preguntaban si era mi primer sobrino, por lo emocionaba que estaba...pero no. Eres el 3º y sigo flipando igual.

Fuiste Cosme. Cosmiño. Cosmic. Que junto a tu hermano Rocket, hacéis un dúo bastante sideral.

De él qué te voy a contar. No sé si seréis de esos hermanos que no pueden vivir sin el otro o si, por el contrario, os pareceréis a tu padre y a tu tío que eran tan macarras como para citarse en el patio de casa para darse unas bofetadas (y yo llorando detrás de ellos). Tal vez atraveséis ambas etapas, quién sabe. Lo que sí te puedo asegurar es que llegar al mundo con un hermano mayor es una ventaja. Te lo digo por experiencia. 

El día que naciste me fui a dormir pensando lo bien que sienta ser uno más. Contigo hacemos 10. Al día siguiente no pararon de llegar fotos de ti (bueno, más bien yo las exigía) y sacarte parecido con el que te lleva 20 meses fue inevitable. 

“Cosme es guay” me dijo tu tío Santi. Al ver un vídeo de Roque saludándote con la manita y diciendo que te iba a cuidar (esta prueba podrás presentarla en cualquier juicio) se me derritió un poco el corazón y no por el calor que hacía en Madrid precisamente. Como Alex Ubago, yo me moría por conocerte pero tuve que esperar exactamente 91 horas para hacerlo, retrasos de Iberia mediante.

Aunque no sé si surtirá efecto, como ya hiciera con tu hermano te susurré “Hala celta" al oído para que te quede claro de qué equipo hay que ser aunque estés en tierra hostil...

Y por fin pude cogerte. Eras como una anguililla. Tenías un pelazo y eras buenísimo. Ni un “ay!”. Te dejabas querer y reposaste tu cuerpo de renacuajo en mi colo. Te juro que no se me va a olvidar jamás ese momento de máxima felicidad. Eras una cosa como de otro planeta. Nada que ver con este tan ruidoso e ingrato. Eras la paz. 

Y ahí estábamos otra vez. Tu tío Santi, tu padre y yo. O, si lo prefieres, mis hermanos y tú tía la pequeña. Otra foto oficial con nuevo miembro. Otra vez conseguiste despertar esa ternura infinita que solo produce un recién llegado. Y otra vez me hiciste reflexionar sobre todo lo que te espera, chaval. 

Inevitablemente no puedo dejar de darte algún consejo sobre este mundo traidor en el que llevo casi 30 años. Lo primero que debes saber es que está loco. Lo estaba antes de que llegases y lo seguirá estando cuando te vayas. Ya te enseñaré a Mafalda que esto lo explica bastante bien. Pero tú, lo que tienes que hacer es tratar de aprovechar tu estancia al máximo. Esta vida es sólo tuya, Cosme. Eres el protagonista. Y tu único deber es vivirla como te de la gana. Porque sólo tienes una. 

Espero que te vaya todo bien. Que la vida no te lo ponga muy difícil (porque un poco siempre es necesario), que las amistades te la hagan más divertida y los profesionales con los que trabajes más llevadera la carga que es ganársela. Espero y deseo, por la salud de mi hermano, que no te metas en demasiados líos. Al menos ninguno muy gordo. Que saques malas notas o incluso que tu padre te pille volviendo a casa borracho, entra dentro de eso que es crecer…y a ti aún te queda mucho que sólo mides 49 centímetros. 

Pero una cosa quiero que tengas clara, Cosmiño, hagas lo que hagas, tanto si te va todo bien, como si no es así, tienes la suerte de tener a mucha gente a la que le importas. Mucha gente que va a dar la cara por ti, en la que podrás confiar siempre, que te va a ayudar en las malas y a la que se le va a caer la baba en las buenas. Empezando por tu tía la que escribe.

La misma que cogió un avión de vuelta a Madrid con esa montaña imaginaria de cosas reales por hacer rondándole la cabeza. Y aunque era lunes y volvía al horno que era la capital, el simple hecho de recordarte entre sus brazos la animó a seguir.

Gracias Cosme!
Ahora que ya te conozco, me muero de ganas por saber en quién vas a convertirte.

A veces mi hermano Santi tiene razón…yo también creo que eres un tío muy guay.

babas, babas, babas...

babas, babas, babas...

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JOSECHU CURIEL

Se nos fue Josechu. 
Y con él la mitad que quedaba de esa pareja espectacular que formaba con Mariate.

Después de un mensaje corto, que no por esperado fue menos doloroso, la conversación se inundó de fotos y recuerdos. Y es que era imposible no querer al bueno del tío Josechu. El de la sonrisa perpetua y la palmada en la espalda. 

Imponente atleta que tan pronto jugaba al balonmano o al baloncesto y lo ganaba todo como iba con la selección de lanzamiento de jabalina porque entrenando en el campo de la lado, devolvió una e hizo tan buena marca que tuvieron que ficharlo. Capitán de la selección española de rugby, aún cuelga su foto en la cafetería del Colegio Mayor Cisneros donde viví un año y algún ex colegial me contó cómo se le recordaba por su simpatía y su inigualable carisma.

Aventurero total. Decía un compañero suyo que Josechu descubrió 40 años antes que él que lo de ser economista es un coñazo. Así que optó por ser eso que ahora llaman “emprendedor”. Regentó todo tipo de negocios: inmobiliarias, hostelería, toallas…Un visionario que, mucho antes de que llegase esta ola de la nueva cocina y las flores comestibles, se comía los geranios en su restaurante Charlot. 

Josechu cocinaba paellas para 100 en su querido Bouzas y el espectáculo no era lo buena que estaba sino verle mientras la hacía. Le echo un chorro de coca cola y te imito a John Wayne. Pásame esa peluca y si no hay cenicero a mano, no pasa nada que eso al arroz también le va bien. Nunca probé una igual.

Al tío Josechu te lo encontrabas a rebolos por el suelo jugando con sus nietos y no te extrañaba. Porque muchos años antes había hecho lo mismo con nosotros. Nos dejaba alucinados cuando se “hinchaba” el bíceps, o, a petición popular, se sacaba la camisa y se quemaba los pelos del pecho ante los ojos atónitos de los pequeños y los gritos de fondo de Mariate. 

Ay Mariate…la conversadora total, tenía en este un buen compañero de aventuras. Josechu y su sinfín de anécdotas que se encargaba de aderezar y narrar con todo lujo de detalles a cualquiera que se sentase a su lado. Josechu se liaba a veces. Y se aliaba siempre con lo mejor de cada casa. Créanme que semejante cantidad de aventuras no surgen sólo de día. Mariate esperaba. Y aunque a veces desesperaba, Josechu siempre volvía con algo que contar y esa sonrisa otra vez. Entonces quién se iba a resistir?

Josechu supo, como todos, que aquí estamos de paso…pero al contrario que el resto, hizo algo al respecto. Vivió la vida como le dio la gana. Y disfrutó de ella al máximo. Un adelantado a su tiempo, él decía que había nacido 30 años antes. Pues también te marchaste antes de tiempo, tío.

Con lo que le gustaba disfrazarse…tuvo que irse en plenos carnavales. 

Todos lloramos a Josechu. Como todos lloramos a Mariate. Porque en este mundo traidor en el que vivimos, ellos son de ese tipo de personas especiales, peculiares, con una personalidad fuera de lo común, que hacen que la vida sea mucho más divertida. 

Estoy convencida de que le aparecerá a Mariate, donde quiera que esté, y ella le preguntará que dónde se había metido. Él, optimista hasta la médula, le contará que se lió un poco pero que todo bien y todos bien. Sobre todo esos 4 hijos que nos dejan como testimonio de la pareja irrepetible que fueron y a los no podemos querer más. Y sin embargo para ellos no tenemos ningún consuelo. 

Adiós tío Josechu. Gracias por ser como fuiste. Dale un besiño a Mariate de nuestra parte y miéntele diciendo que estamos todos muy bien. Aunque os echemos de menos todos los días y nos hayáis dejado un vacío tan grande.

Os queremos. 

Hay familias y FAMILIAS. Qué suerte la mía. 

Hay familias y FAMILIAS. Qué suerte la mía. 

PAULINO RAMOS

Paulino esperó a que la chica se bajase y cuando desapareció por el portal instintivamente miró hacia atrás. Es algo que la gente del sector suele hacer. Muchas cosas olvidadas muchas veces.

Se percató que había un pequeño neceser. Alzó la vista hacia el portal pero ya era demasiado tarde. La chica había desaparecido. Alargó el brazo hacia el asiendo de atrás y lo cogió “Las mujeres…todo lo que llevan, hay que ver…” Pero había más. Lo que parecía un pequeño tarjetero blanco. Observó que estaba muy gastado. Se intuía el dibujo de una bicicleta y estaba pegado varias veces a modo de remiendo con celo y cinta roja de PVC. Lo abrió. Muchas tarjetas. De visita, de crédito, sanitaria, de Multiópticas, de Iberia…Por fin encontró el DNI. Era de Vigo. “Mi madre” pensó. “Estará aquí de visita? Y si tiene que viajar?” 

Con paciencia, bajó de su coche y en el portal hizo un cartel con lo primero que vio. El folio en el que se pedía a los vecinos que cerrasen la puerta al salir le valió. Le dio la vuelta y puso el nombre de la chica despistada que de gallego tenía más bien poco acompañado de un simple mensaje: LLAMA, URGENTE.

Paulino vio la hora y continuó. Había cumplido y aún quedaba noche por delante. 
“Dormirá y me llamará” pensó. 
Y esperó.

Pero esa llamada no se producía.

El día después de salir, la actividad se reduce al mínimo. Bajar a la calle? Sólo si es estrictamente necesario. O si te ha entrado remordimiento de conciencia cuando el sol se cuela en una habitación donde se intuye que la noche anterior fue larga. El viernes te aprovisionas para el fin de semana. Compras pizza por que te conoces, pero también ensalada porque crees que, a lo mejor, de una vez por todas, lo consigues. Dos buenos tomates y un bonito del Norte de los de bote que te sale más caro que haber salido a cenar fuera. 

La chica, o más bien la tipa, porque un sábado por la mañana no es chica, es tipa, comió su ensalada y se congratuló por el buen devenir de los hechos. Incluso lo contó a sus amigas. Lo bien que estaba a pesar de las horas anteriores tan oscuras y divertidas.

Paulino siguió esperando. Hasta que, preocupado por lo que pudiera estar sufriendo la pobre chica (para él aún no era tipa, simplemente era una chica bastante despistada) al creer que se había quedado sin cartera, decidió pasar a la acción.

En este punto de la historia tiene lugar una labor de investigación por parte de Paulino, que en su tiempo libre a lo mejor es investigador privado, que la tipa no tiene ni idea de cómo se desarrolla.

Entonces la tipa recibe una llamada hostil. 

“Apunta este número de teléfono” 
Y ella, como no quería problemas, lo hace. Se pregunta por qué hace caso al señor este que le lleva 8 años y al que tanto se parece. Esto lo piensa en dos milésimas de segundo. Y luego dice “Quién es?” "Es el taxista que tiene toda tu documentación" "qié dices??" "No te habías enterado? Eres la hostia" Se ve el señor este no conoce la regla de la no salida al exterior al día siguiente.

Paulino por fin recibió esa llamada.

La tipa le dio las gracias. Muchas veces. Con esa misma voz que pone de cuando quiere pedir perdón. Le llamó su salvador y le dijo que había gente buena.

Paulino le explicó todo lo que había hecho por ella. El cartel, buscar el número. Y le señalizó su preocupación “Claro es que tienes todo aquí yo pensé a ver qué hace esta muchacha” La tipa no se sentía digna de ese título de muchacha. Era una tipa. Estaba de resaca. Y cada flashback de la noche anterior la sumergía más en su tipez.

Paulino le explicó con mucha dedicación dónde vivía. Y ante el desconcierto de la tipa porque era la primera vez que escuchaba este lugar, se ofreció a llevárselo él mismo en su coche particular pues su turno ya había acabado. La tipa, que aún tenía un poco de dignidad, le dijo que ni hablar de eso, que salía para allí.

Cogió otro taxi y le contó la historia, claro. Porque a la gente buena, hay que anunciarla.

Paulino no quiso coger el dinero de la recompensa. 
Paulino devolvió la identidad y la chapa y pintura a la tipa que volvió a confiar un poco en su suerte*

La tipa, la que escribe, hoy ya un poco más cerca de ser persona, le está enormemente agradecida a Paulino.

Por ahorrarme el disgusto. Por ser más majo que las pesetas. Por darme su tarjeta. Por mostrar verdadero interés cuando le dije que le dedicaría un blog como pago por sus buenas acciones. Y porque, además, por una carambola del destino el señor de gafas oscuras no se enteró de nada así que también me evitó varios comentarios del estilo: “E-res-un-pu-ñe-te-ro-de-sas-tre”

Gracias Paulino Ramos!
Gente como tú hace que siga confiando en que hay que seguir confiando.

*La tipa se ha convertido, pocos días después de esta historia, en la única persona que conoce a la que han multado en el Metro de Madrid habiendo pagado el viaje. Por otra parte 2 días seguidos esta semana le saltó Juan Luis Guerra al entrar en el metro así que podríamos decir que la suerte de la tipa es algo cambiante…

 

ANTES...

No te acuerdas, no?

Claro, fue antes de que te diese tiempo a hablar bien nuestro idioma...aunque el tuyo lo dominabas.
Antes incluso de que supieses quiénes son los Reyes Magos y mucho antes de que dejases de creer en ellos. Es decir, antes de que perdieses la inocencia aunque no la independencia. Esa te vino de serie. Antes de que nos enseñases súper orgullosa tus nuevos dientes que, como suponíamos, por la genética que corre por tus venas, eran bien grandes, y dejases los de leche al ratón Pérez. Antes de todo eso.
Antes de que fueses una niña risueña y después una preadolescente insoportable. Antes de que tu padre empezase a sufrir. No te rías, fue así. Mucho, mucho antes de que creyeses que tus amigas eran las únicas te entendían y os escribíais cosas súper fuertes y a mí me decías que sobro, que no me entero o lo que quiera que estuviese de moda decir a los adultos allá por el 2030. Antes de que te invitara a aquella copa en Baiona y antes de que te pillase fumando. De eso sí que te acuerdas, no? Pues esto fue antes.
Antes de que me contases de aquel primer novio con su consecuente primer desamor. Antes de todas las lloreras porque no tenías nada que ponerte el sábado…pero es que desde entonces, desde antes de todo esto, ya apuntabas maneras de Drama Queen.
No te acuerdas pero había ratos en los que te dejabas coger como un koala. Y aunque no tengas ninguna noción de haber sido nunca tan pequeña y achuchable, ahí estaba tu madre para captar uno de esos momentos...de los de antes de todo esto. 

Esos instantes en los que yo quería parar el tiempo.



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De Jaca a San Sebastián pasando por Guernica. Vivió lo que Picasso imaginó aunque según ella el que mejor lo cuenta es Pío Moa. Después una guerra, casi acabar en Rusia como otros tantos niños, ser rescatada en Burdeos y luego Valencia. Esperar un amor durante 3 años que se mantenía vivo por correo. Volvió a por ella y cambiamos los edelweiss del Pirineo por las hortensias gallegas. Primero a Ferrol, luego a Vigo. La casita de Riobó, los veraneos en Corujo. Y uno tras otro fueron llegando hasta completar la decena. Las hijas de Florencio y Nené fueron 8. Y hoy mandan, empujan, ordenan, encuentran, cocinan, solucionan, sueltan barbaridades, hablan mal, compran bien y cuentan puntos de calceta. Todas juntas y hablando a la vez. A los dos varones de vez en cuando les dejan intervenir. Y Nené entre todos ellos. Siempre bien acicalada, no vaya usted a creer. A veces quejándose, otras (cuando no están delante) presumiendo. Y rezando mucho por todos. Sobre todo por esos nietos que de vez en cuando le damos alegrías con bodas, trabajos y bisnietos.

94 años
10 hijos
24 nietos
1 vida

Y menuda vida.

Felicidades abuela! Eres la pera!

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7 DE JULIO. SAN...TI.

Mi hermano Santi decidió venir al mundo después de muchas, muchas horas dando la vara. Tantas que mi madre no quiso ni verlo de lo agotada que estaba. Un 7 de julio nada menos. La fecha le viene al pelo.

Hay dos clases de personas. Las que son felices con lo que tienen y las que con lo que tienen nunca son felices. Santi es de las primeras sin duda. Pero para llegar a ser el tipo que es hoy, al que adoro y con el que me río infinito, tuvieron que pasar bastantes años. Yo a Santi no siempre lo quise. Hala lo que ha dicho!!! A ver, lo quería pero era un pesado y no paraba de vacilarme mucho. Pero mucho. Él mismo me lo ha reconocido con los años y creo que por eso ahora es tan bueno conmigo. Debo admitir que llegué a decirle cosas muy terribles pero es que era un tocapelotas profesional. Y si existe algo de karma en este mundo, mi ahijada se las devolverá por mí, por ella y por todas las que lo sufrimos.

Porque yo sufrí al Santi chulo y flipado que pedía que por favor no invadiésemos su espacio vital...pero otras muchas sufrieron al Santi chulo y flipado que tuvo bastante éxito entre las adolescentes y rompió algún que otro corazón. Aquel no era Santi sino Zanti. Pero he aquí otra de las virtudes de mi hermano mediano: la de tener una seguridad en sí mismo aplastante. "zí, zoy zarabeto, zí, zoy azí de zimpático...¿ezto que tengo en medio del labio? Ez un lunar...¿quierez verlo mejor?" Y cual lobo feroz, ZAS!

Lo recuerdo un día en el baño dándome lecciones de belleza delante de ese armario con espejos en el que si abrías las puertas de los lados y ponías tu cara en medio, la veías infinitas veces repetida. Mucho juego me dio ese armario. Santi era enano porque aún tenía la cara redonda y no había ni rastro de esos abdominales que Ay! dónde quedaron ahora...Llevaba una cazadora que luego yo heredé y mientras se peinaba el tupé con gomina hacia arriba para luego aplastarlo levemente me decía "Carmen, ezto...ze llama "la onda" y ezte ez el truco definitivo para ligar" y acto seguido se echó dos flish flish de colonia en los hombros "Azí, cuando pazo por zu lado, me huelen" Y así se fue encantado a algún guateque de chavales de 12 años. Y seguramente conseguiría su objetivo. 

Santi es la persona que conozco que mejor cuenta las historias. Y tiene muchas! Tanto es así que Manu y yo, a veces, le pedimos que cuente anécdotas que nos ocurrieron a nosotros. Sabemos que tendrán más gracia si salen de su boca. 

Se fue con 22 años y volvíó con 27 hablando griego. Por el camino vivió lo que mucha gente no hará en una vida. Pasamos de creer que habíamos perdido a un hermano, a que ahora viva a 50 pasos de mi casa. Volvió como El Almendro y se quedó para retomar una vida que había dejado en stand by. Volvió para ser el que siempre está dispuesto a hacerte un favor. El de la eterna sonrisa. El que se conforma con poco y no pide nada. Volvió mi hermano en el que encuentro una forma diferente de ver las cosas. Volvió para consolarme y decirme "Pasa del jefe! Yo un día decidí que nadie, nunca más me iba a echar una bronca y hasta hoy! Soy mucho más feliz!" Volvió para hacer llamadas surrealistas preguntando la población de Inglaterra o cómo se hacía la salsa de tomate. 

Poco le duró la soltería. Se encontró con una bendita que lo conoce desde los 15, así que sustos, ninguno. Es más, le hace bastante gracia el chaval. Pero bueno, de chaval ya poco.

Hoy le caen 35 a Santi. Atrás queda el flipadiño que torcía la cabeza en todas las fotos. Un día me dijo que, sintiéndolo mucho, ahora ya quería más a Martina que a mí. Pero yo lo entendí. Estoy feliz por mi hermano, porque parece que por fin ha encontrado su sitio...concretamente en el campo de golf. Muchas Felicidades!!