EL DÍA QUE NACISTE IV

El día 3 de noviembre por la mañana felicitamos a tu abuela por sus 66 años tan estupendamente llevados y por aguantarnos durante casi 40 de ellos. Ella se limitó a decir “Gloria, salta a ver si nace hoy” a lo que tu padre contestó “Pues parece que hay movimiento”. Por fin!! Movimiento!! Había comprado un billete con bastante margen para asegurarme verte y con el pachorrismo que caracteriza a tu familia, no te dignabas a salir, así que temía volverme a la capital sin conocerte. Pero no. Te vi. Aterricé en el aeropuerto de Vigo y fui directa a coger en colo esos 3,800 kilogramos de cosa diminuta y comestible que eras. Dice tu padre que lo hiciste por mí. Si es así, sobrino, no sabes lo que te lo agradezco.

Así como con tu hermana hubo cónclave para deliberar su nombre, contigo, filliño, no hubo opción. Tus dos abuelos, tu padre y tu tío llevan el nombre del Apóstol. Así que llegas a este mundo siendo el cuarto de mis sobrinos, el tercer Santiago González, el segundo de los hermanos y compartiendo cumpleaños con tu abuela. Y a pesar de todo, cuando anunciaron tu llegada, me emocioné igual.

Esto fue a las 11:30 de la mañana. Nervios!! Como en otras ocasiones, comunicado oficial a los chats familiares y entre los “Animo!!” y “Empuja” se colaron muchos “Venga! que a lo mejor nace nace el mismo día que la abuela!” Pero claro, recordando que tu hermana tardó 23 horas en salir, ya no confiábamos. 

Todo transcurrió con caaaaalma. Se nota que no eran primerizos. El parte lo daba tu propia madre que, por si aún no te ha quedado claro, es santa. “Viva la Epidural!” era el título de la foto que nos envió tu padre. En ella se le ve a él viendo el golf en el iPad mientras tu madre lee uno de los dos libros que se llevó al hospital. Auténticos profesionales del parto. 

Eramos todos expertos “Se borró ya el cuello de útero?” que es una pregunta muy perturbante. Tu padre nos comentaba el esfuerzo de tu madre y nos decía “ufff estoy reventado!” (tendrá jeta...) “10 cm! Le rompen la bolsa!”. Y todos, créeme Santiaguito, TODOS empujamos con tu madre. Nadie se iba a dormir. Al filo de la media noche esperándote. Íbamos a contrarreloj!  

Y mientras en ese chat García se especulaba, se comentaba lo guay que es esto de retransmitan los partos en directo, se tenían nervios, se hacían coñas “Ay como salga con gafas oscuras” y hasta lemas “Santiago tercero, te quiere el mundo entero!” a las 23:59 exactamente del 3 de noviembre de 2016 apareciste en el mundo.

Por fin llego el mensaje de tu padre “Ya esta” y varios brazos sacando bola. Aún no te había ni visto y estaba cansada por el trabajo pero ese día me fui a dormir feliz sabiendo que éramos uno más. 

Pocos días después de que nacieras celebramos el aniversario de la caída del muro de Berlín y nos despertamos con la noticia de que un hombre que pretende levantar uno semejante, se convertiría en el próximo presidente de los EEUU. También dimos la bienvenida a Jacobito y nos enteramos que otro primo sería padre pronto. Con esto quiero confirmarte dos cosas:
1-  El mundo está loco y es injusto. En muchas ocasiones dejarás de encontrarle el sentido.
2- Has caído en una familia numerosa que no para de reproducirse. 

Como ya hice con tus primos, me permito, desde las tres décadas que nos distancian, darte algún que otro consejo que seguramente no escucharás y a la larga reirás al recordar. A lo mejor no llega a decírtela pero una de las frases preferidas de tu abuelo para educarnos es que "Todo fluye nada permanece”. A mí me transmite una mezcla de rabia y pena. Porque se aplica a lo bueno y también a lo malo. Así que no creas que siempre vas a quedarte siempre en los 15 años cuando tengas las hormonas disparadas y la cara llena de granos. O cuando seas becario en tu primer trabajo y tengas un jefe insoportable. O cuando tu hermana te saque de quicio. Todo pasa. Mucho más rápido de lo que crees. Cada día aprendes y creces. A la vuelta de la esquina hay más y mejor. Aprovéchalo. No hagas mal a los demás. Trata bien a las mujeres. Ríe con ganas y no tengas miedo a expresar tu opinión, a levantar la voz, sobre todo si es para denunciar una injusticia. Sé honrado. Eso te permitirá ir más seguro. Y sé fuerte. Sigue siempre adelante pero no dudes un instante en pedir ayuda. Tienes la suerte de llegar al mundo rodeado de personas que están dispuestas a apoyarte hasta el final. Aprovéchate de eso. Ah! y disfruta de ser el pequeño. Que en esta familia nunca se sabe cuándo vendrá el siguiente.

Tardé un mes en dedicarte estas palabras. Y no hay excusas. Ni el cansancio, ni la falta de tiempo. Tuve que volver a cogerte, verte los papos y comprobar lo clon que eres de tu padre para darme cuenta que para ti, sobrino, siempre hay y habrá tiempo. 

Ya estás aquí Santiaguito! Vienes a sumar. A que haya más ruido. A compartir tardes de juegos con Cosme, Roque, Martina y toda la tropa de Baiona. A reclamar atención. A recibir sobornos del abuelo en forma de huevos kinder y a que la abuela te persiga por el pasillo y te lleve a saltar en su cama. Pero por encima de todo, Santi, vienes a ser feliz. 

Solamente puedo decir…gracias por venir!

 

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EL DÍA QUE NACISTE (III)

Todo empezó, como todo en esta época que te ha tocado vivir, con un mensaje de WhatsApp:
“Mañana a las 8 de la mañana ingresan a Almudena”

Y así, después del Brexit y de un segundo intento por tener gobierno en España, después de que la Selección cayese en cuartos contra Italia y nos volviese un poco el complejo, después de 40 semanas, por fin, el niño sin nombre, el hermano de Roque, el Número 2, iba a llegar al mundo.

Y digo “Niño sin nombre” porque cuando escribí estas líneas aún no sabía cómo te llamarías.
Pero ya sabía que te querría. 

Eres el Número 2 de los González-Penela y el número 3 de mis sobrinos. El pequeño por poco tiempo. Al que yo llamé Florencio durante varios meses en honor a tu bisabuelo pero no coló.

Tu padre nos anunció la rotura de aguas con un jeroglífico de una mano diciendo adiós y un bolso. Según él “chao bolsa” Esto, lo único que demuestra, a parte de que tu padre es bastante parvo, es que esta vez estaba mucho más tranquilo. Venía aprendido y aún tardarías unas horitas…

Tuve la suerte de estar presente en los nacimientos de tu prima Martina y tu hermano Roque…y sin embargo no pude estar en el tuyo. En lugar de estar en Coruña, con mi hermano y mi familia, estaba en una reunión de trabajo en Madrid. Una de esas en las que se hablaba de proyectos. De dudas, de pasos por dar, de ilusiones y de temas que parecían muy importantes hasta que llegó ese mensaje: “Ya nació”

A mi alrededor la gente seguía hablando y opinando. Pero para mí lo único que importaba era que ya estabas aquí. Habías aparecido a 600 km y automáticamente, sin haberte visto, pasaste a formar parte de ese grupo de personas por los que luchar, reír y disfrutar. Y te convertiste en un coruñés más en mi vida. Todas las dudas y todos los problemas pasan a ser relativos. Qué alegría, coñe! Qué chute de adrenalina! Me preguntaban si era mi primer sobrino, por lo emocionaba que estaba...pero no. Eres el 3º y sigo flipando igual.

Fuiste Cosme. Cosmiño. Cosmic. Que junto a tu hermano Rocket, hacéis un dúo bastante sideral.

De él qué te voy a contar. No sé si seréis de esos hermanos que no pueden vivir sin el otro o si, por el contrario, os pareceréis a tu padre y a tu tío que eran tan macarras como para citarse en el patio de casa para darse unas bofetadas (y yo llorando detrás de ellos). Tal vez atraveséis ambas etapas, quién sabe. Lo que sí te puedo asegurar es que llegar al mundo con un hermano mayor es una ventaja. Te lo digo por experiencia. 

El día que naciste me fui a dormir pensando lo bien que sienta ser uno más. Contigo hacemos 10. Al día siguiente no pararon de llegar fotos de ti (bueno, más bien yo las exigía) y sacarte parecido con el que te lleva 20 meses fue inevitable. 

“Cosme es guay” me dijo tu tío Santi. Al ver un vídeo de Roque saludándote con la manita y diciendo que te iba a cuidar (esta prueba podrás presentarla en cualquier juicio) se me derritió un poco el corazón y no por el calor que hacía en Madrid precisamente. Como Alex Ubago, yo me moría por conocerte pero tuve que esperar exactamente 91 horas para hacerlo, retrasos de Iberia mediante.

Aunque no sé si surtirá efecto, como ya hiciera con tu hermano te susurré “Hala celta" al oído para que te quede claro de qué equipo hay que ser aunque estés en tierra hostil...

Y por fin pude cogerte. Eras como una anguililla. Tenías un pelazo y eras buenísimo. Ni un “ay!”. Te dejabas querer y reposaste tu cuerpo de renacuajo en mi colo. Te juro que no se me va a olvidar jamás ese momento de máxima felicidad. Eras una cosa como de otro planeta. Nada que ver con este tan ruidoso e ingrato. Eras la paz. 

Y ahí estábamos otra vez. Tu tío Santi, tu padre y yo. O, si lo prefieres, mis hermanos y tú tía la pequeña. Otra foto oficial con nuevo miembro. Otra vez conseguiste despertar esa ternura infinita que solo produce un recién llegado. Y otra vez me hiciste reflexionar sobre todo lo que te espera, chaval. 

Inevitablemente no puedo dejar de darte algún consejo sobre este mundo traidor en el que llevo casi 30 años. Lo primero que debes saber es que está loco. Lo estaba antes de que llegases y lo seguirá estando cuando te vayas. Ya te enseñaré a Mafalda que esto lo explica bastante bien. Pero tú, lo que tienes que hacer es tratar de aprovechar tu estancia al máximo. Esta vida es sólo tuya, Cosme. Eres el protagonista. Y tu único deber es vivirla como te de la gana. Porque sólo tienes una. 

Espero que te vaya todo bien. Que la vida no te lo ponga muy difícil (porque un poco siempre es necesario), que las amistades te la hagan más divertida y los profesionales con los que trabajes más llevadera la carga que es ganársela. Espero y deseo, por la salud de mi hermano, que no te metas en demasiados líos. Al menos ninguno muy gordo. Que saques malas notas o incluso que tu padre te pille volviendo a casa borracho, entra dentro de eso que es crecer…y a ti aún te queda mucho que sólo mides 49 centímetros. 

Pero una cosa quiero que tengas clara, Cosmiño, hagas lo que hagas, tanto si te va todo bien, como si no es así, tienes la suerte de tener a mucha gente a la que le importas. Mucha gente que va a dar la cara por ti, en la que podrás confiar siempre, que te va a ayudar en las malas y a la que se le va a caer la baba en las buenas. Empezando por tu tía la que escribe.

La misma que cogió un avión de vuelta a Madrid con esa montaña imaginaria de cosas reales por hacer rondándole la cabeza. Y aunque era lunes y volvía al horno que era la capital, el simple hecho de recordarte entre sus brazos la animó a seguir.

Gracias Cosme!
Ahora que ya te conozco, me muero de ganas por saber en quién vas a convertirte.

A veces mi hermano Santi tiene razón…yo también creo que eres un tío muy guay.

babas, babas, babas...

babas, babas, babas...

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EL DÍA QUE NACISTE (II)

Estábamos teniendo un verano tardío hasta que alguien decidió pinchar la bolsa del cielo y la tuya también. El 6 de octubre llovía y era la fecha que yo había puesto en la porra.

Como todos los nacidos en la era whatsapp (pregúntale a tu padre qué era eso) tu parto fue retransmitido al minuto y en primera persona por el mismo que te firma las notas. Informaba de cada paso. "Pastillas y luego Oxitocina" Busqué lo que era la oxitocina y creo que deberían darnos a todos un poco cada mañana. Como tenemos médicos y madres en la(s) familia(s), en sendos chats contestaban "Ah bueno, venga, ánimo!" "Vais a flipar!" "Vamooos!"

Bueno, antes de seguir hay algo que tengo que decirte. Supongo que a estas alturas, como todos esperamos que seas un chaval bastante listo (o que tu padre te tenga sobreestimulado) ya lo tendrás asimilado, pero Roque...eres coruñés. 
Esto no cambia ni un poco lo que te queremos. De verdad. Lo único por lo que no pasamos es que te hagas de Depor. Dicen que las primeras horas en los bebés marcan mucho así que yo por si acaso ya te susurré unos "Hala Celta!" al oído.

Pero para eso hubo que esperar. Tu abuela toda la mañana igual. "Que no, que esto va para laaargo" Ya no nos pillaban en otra después de lo de Martina. A ella la conoces no? Es tu prima, esa que presume de ser mayor y te mangonea un poco...pero no te dejes eh?
Si con ella aprendimos que 6 centímetros eran pocos, contigo supe que el cuello del útero se borra! Mi madriña!...esto de tener la maternidad tan cerca hace que una la vea cada vez más lejos.

Cuando llegamos tu padre estaba en el sofá cabizbajo. Y si buscases las almas de todos los que estábamos ahí, las encontrarías a ras de suelo. Tu padre es mi hermano mayor. El responsable. El que siempre me cuidó. Al que llamo si tengo dudas. A la persona que más me parezco en el mundo. Discutimos igual, nos molestan las mismas cosas y nos emocionamos igual de rápido. Nos desquicia cuando las cosas no salen como esperamos y somos puro blandiblú. Espero que en eso salgas más a tu madre que ese día fue una auténtica campeona y aguantó que durante 9 meses la llamase "el packaging de Roque". Sólo por esto y por aguantar a tu padre, tiene el cielo ganado.
Pero resulta que mi hermano no estaba en el quirófano, donde él quería. Estaba pasando un mal trago. Y es que dicen que no sabes lo que es el dolor hasta que no eres padre. También dicen que de tal palo tal astilla y así viniste al mundo igual que él. Mi teoría es que fuiste de listillo y quisiste cortar tú el cordón pero te liaste un poco. Bastante de hecho. Y nos diste una historia que contar. La de cómo sonó el teléfono en la habitación y durante unos segundos tus cuatro abuelos, Santi y yo contuvimos la respiración mientras mi hermano contestaba con un hilo de voz. Las palmadas de tu tío en la espalda de tu padre aún enfundado en pijama verde fueron la primera pista. La cara de mi hermano mayor respirando hondo con la voz aún entrecortada y los ojos que lloraban de alivio, la confirmación. Todo estaba bien. Manu es padre. O neno está aquí.

No sé cuántas lágrimas de tensión, de alivio y de alegría hubo en esa habitación. Ni sé cuántos abrazos. Tantos...Somos unos blandos de narices! Aunque luego en seguida nos fuimos a beber unas cervezas a tu salud, faltaría más! Has caído en una familia donde somos de celebrar todo, de decirnos que nos queremos y de piel. 

Y así te vi esa noche. Piel con piel con tu madre.
No había un lugar en el mundo mejor para estar.

Al día siguiente pude cogerte en colo y comprobar lo pequeño que eras. Y no me cansé de mirarte y de palpar esa piel de melocotón que sólo tenéis los recién llegados.
Pero con mucho pesar llegó el momento de poner rumbo a Vigo donde esperaba la rutina. Aunque, en realidad, en aquel 2014 todo era bastante caos.

Al acabar de un día largo, de noticias y emociones me senté a pensar en todas las cosas que aún tenía por hacer. (Algo bastante típico de los mayores, a ti también te tocará) Y entre tanto pensar al final concluí que la vida es esto, supongo. Ya sé que para ti ahora mismo sólo es comer, dormir, llorar y evacuar, pero cuando crezcas habrá días en los que quieras matar. Otros querrás gritar y mandarlo todo al carallo. Momentos en que reirás con unas cañas entre amigos y otros sufrirás porque ha perdido el Celta (sí, sí, el Celta). A ratos querrás volver a llorar desconsoladamente como haces ahora. Y otros en cambio se te saltarán las lágrimas por un chiste malo. Te agobiarás por la falta de trabajo o por tener demasiado. Por no saber a dónde vas ni de dónde vienes o porque no tienes un minuto para pensar pero deberás acordarte de comprar papel higiénico y algo de fruta para engañar. Querrás saltar a veces y esconderte otras. Porque la vida es todas esas cosas. Caer, escalar, resbalar y seguir. Y querer controlar el tiempo. A veces por bien y a veces por mal. Pero no podrás.

Y sólo en contadas ocasiones (si no sería todo demasiado intenso), la vida es darse cuenta de lo que es la vida. Reflexionar sobre todas estas cosas para acabar reparando en ese ser diminuto que eres tú, que acabas aterrizar en este circo y menuda aventura te espera.
Y entonces la vida es querer (mucho), es poder (claro!) y es, sobre todo, reír.
Y esto último, Roque, es lo que más hay que hacer. 

Así que en resumidas cuentas, querido sobrino, la vida es la leche.
No me creo la "suerte que he tenido de llegarte a conocer...porque Uhh neno, vas a ser una Roque & Roll Star"
Y yo estaré ahí para verlo.

Gracias por ser. 

PD Aunque te dije antes que lo único por lo que no paso es que te hagas del Depor...me temo que aunque así sea, te querré igual.

 

EL DÍA QUE NACISTE

El día que naciste era febrero y llovía. Llovía en general. Todo el rato.

Tu abuela me despertó con un "Martina is coming"
Qué emoción! Te íbamos a ver la cara por fin!
Claro que no sería hasta 15 horas después...

Escribí a tu padre y le dije que tratase de recordarlo todo porque iba a tener que contarte cómo fue ese día en el futuro. No sé qué versión te dará él pero esta es la mía.

Ser el primer bebé de la familia García que llega al mundo cuando existe un peligroso chat de grupo tiene como consecuencia que tu parto fuese retransmitido al minuto. Tu tío Manuel y yo nos dividíamos para mandar la información porque la gente preguntaba todo el rato por ti. Generaste mucha expectación pero como te lo tomaste con mucha calma (creo que en eso saliste a tu padre), de los "Vengaaa!!" "Ánimo!!" pasamos a los "Pero aún nada?" "Que salga ya, que el público se va!!".

Supimos que 6 centímetros eran pocos y a los 8 nos dolió un poco a todos. A estas alturas ya habrás caído en la cuenta de que tus tías abuelas están bastante mal de la cabeza y es probable que te tengan un poco frita con los "Y yo quién soy?" "Y yo cómo me llamo? Que no te acuerdas??" pero si sales la mitad de lista de lo que vaticina tu padre, seguro que las tienes a todas en el bote. Ese chat echó humo todo el día y las que son madres recordaron sus propios partos mientras la tuya esperaba que salieses.

El día que naciste tu padre pasó del  "Qué nervios!!"  al "Dicen que aún puede tardar 5 horas...PERO ESTO QUÉ ES???"
Tu abuela no paraba quieta. No sólo se le veía nerviosa sino que me lo decía con esa voz aguda que pone a veces "
"Ay qué nervios tengo Carmen, qué nerviooooos"

Te parecerá un poco exagerado todo pero qué quieres que te diga, éramos primerizos.

El más tranquilo tu abuelo. Emocionado pero tranquilo. En su línea.
Llama a mi puerta y la conversación fue tal que así:

- Tú eres una inconsciente...
- Por?
- De verdad que eres una inconsciente...
- Pero qué pasa?
- Tú no te das cuenta que de aquí a unas horas, vas a pasar a ser un cero a la izquierda? Una auténtica merda!!
- Jobá Papáaa....
- Qué quieres??...es la realidad!! Martina te quita el puesto y tú pasas a la nada!

Cuando, más tarde, tu abuela me reconoció que no tenía comida para mí para el día siguiente se limitó a recalcar "Ves?? Aún no nació y ya empieza. Piraña, estás acabada!"Así se las gasta tu abuelo. Pero lo cierto es que hace tiempo que tenía asumido el traspaso de poderes. El título de niña de la casa sería tuyo y te lo cedo encantada. 27 años son más que suficientes.

Naciste en el Xeral, donde tu abuela trabajó tantos años y donde el guarda de seguridad aún se acordaba de ella. "Una palangana para la baba te traigo!? Muchas Felicidades!"
Efectivamente era una abuela babosa y bastante lercha porque se metía en las zonas del hospital donde no podía estar pero bueno, ya la conocerás.
Tocó seguir esperando. Y es que el día fue largo aunque luego se nos olvidó a todos pero si te apetece puedes ir a darle un beso a tu madre porque fue una campeona.

Me quedé sola un rato y vi a embarazadas y padres salir de la zona protegida con cara de cansancio. Pensé en el tuyo mientras observaba a mi madre que no paraba. Pensé que al fin y al cabo eras otro niño más que llegaba al mundo y que a lo mejor no era para tanto. Hasta que te vi, claro.

Cuando la señora que calceta salió de esa zona donde no podía estar y dijo "Ya nació", todo cambió. Y el chat se colapsó.

A mi hermano le di un abrazo. Menuda cara de padre que se le había puesto de repente.
Santi tiene una hija! La leche!
"Flipas" me decía, "No, en serio, Pira, flipas cuando la ves por primera vez"
Toda la responsabilidad. Así, de golpe y con cara seria. Era Santi pero era padre.
Después de un rato dijo "Y hay que llevársela a casa!!"  Se rió y volvió a ser mi hermano.

Cuando por fin pude verte, me tapé la boca con sorpresa. Qué pequeña!! (y en realidad es mentira porque saliste grande y bien feitiña) pero para mí eras diminuta. Tenías la piel como de melocotón, unos buenos papos, un buen buzón y llorabas con ganas. Empezaron los debates sobre de qué familia eras. "Yo creo que se parece a mí" "Bueno, acaba de nacer, se parece a un gremlin"

Me tocó llamar al señor de gafas oscuras.
- Felicidades abuelo!
- Enhorabuena tía!

Increíble. Nos felicitábamos por ti! No tenías que hacer nada para que te quisiéramos. Sólo ser.

Todos tus tíos se fueron a dormir ese día más contentos porque como bien dijo Paula, "A esta niña la parimos un poco entre todos" Fue un 26 de febrero que ya nunca se me va a olvidar. Un buen día.

Salí del hospital y seguía lloviendo. Me habría gustado decirte algo tipo "Y dejo de llover un rato por ti" pero sería mentir y eso está feo. El mundo no se paralizó cuando llegaste y la vida siguió igual como dice la canción. Pero cambiaste las nuestras y te sumaste a ese grupo de personas por las que vivir y luchar...

Así que siguió lloviendo y seguimos en crisis...pero ya estabas aquí. 

El día que naciste yo vivía en Vigo y la verdad es que no tenía nada claro. Espero que para cuando leas esto, las cosas hayan cambiado y de tu inexperta tía de 27 haya evolucionado a tu madrina guay, esa que a sus trentaimuchos está estupendísima, te hace unos regalazos tremendos porque su sueldo se lo permite y te lo pasas pipa con ella. Bueno, esto último te lo puedo garantizar desde ahora.

Bienvenida a la familia Martina! Somos muchos, hablamos alto y atropelladamente pero nos lo pasamos bastante bien...sobre todo si heredaste lo que tu abuelo llama "gen Pirulí" aunque espero, por la salud de tu padre, que no sea así. Veremos en 15 años...

Como ves de gremlin nada, eras una cosa muy rica.