MI AMIGO JUAN

Tengo yo a un amigo al que conocí en circunstancias extraordianarias que ahora no vienen al caso. Baste decir que con el poco, poquísimo contacto que he tenido con este ser, parece increíble que le llame así. Pero si un amigo es esa persona que sabes que está ahí, con la que puedes contar para que te de su opinión sobre lo que te pasa en la vida y se interesa por tu bienestar, Juan es un Gran amigo.

Lo que es casi más increíble es que él me considere su amiga tras los 2 años de rigor. Tiempo de duración de la amistad que establece este tipo. Después suele "partir peras" como dice él, ya que la gente deja de aportarle. Pero a mí me renovó por dos temporadas más y no sé si saldré reelegida este año.

Juan Liverpool es conocido principalmente por lo que su nombre indica. Por ser muy fan de este equipo y de esta ciudad del norte de Inglaterra. Y cuando digo muy fan es MUY fan. No son pocas las anécdotas que tiene con este equipo y que narra(ba) en este blog. A mí la que más me gusta es cuando se coló en el autobús del equipo y viajó al estadio con los jugadores. Como uno más.

El Liverpool es por lo único que Juan pierde los papeles, el raciocinio y rompe sus teorías sobre la vida, que son muchas y, desgraciadamente, en su mayoría acertadas. Y digo bien, desgraciadamente, porque si algo no es este hombre, es optimista. Dicen que la gente inteligente se rodea de personas optimistas. Este no es el caso. Por lo tanto no debo ser muy lista. El listo es este tipo de gafas y aspecto inofensivo pero que me rompe los esquemas cada vez que hablo con él. Esto suele ser de repente, casi sin venir al caso, un mensaje: "Qué Piraña, seguimos igual no?" "Ya lo sabía yo, si Fernando Alonso va así de mal, tú y yo, igual"

Y es que una de las teorías más rocambolescas de Juan, es que su vida y la mía tienen muchos paralelismos y a su vez nuestros destinos están ligados al buen o mal hacer del piloto español. Se podrán imaginar las alegrías que me llevo últimamente.

Por este tipo de cuestiones la amistad con Juan me inquieta aunque a la vez me aporta mucho. Siempre puedo esperar la verdad y nada más que la verdad de él. Y siempre me va a dar ánimos a su manera. Todavía no tengo muy claro por qué porque le caí en gracia. Un buen día hablando de trabajo/no-trabajo me dijo "Claro Piraña, por lo que cuentas tú eres como yo. Has descubierto que lo de trabajar es un fraude así que aspiramos a hacer nada en la vida. Una vez que te das cuenta de esto, ya no vuelves a ver nada igual. Tú te has dado cuenta bastante joven...pero es así. Lo mejor en la vida es no hacer nada."

En un principio yo me rebelé y dije que no, que yo aspiraba hacer cosas! Pero luego tristemente caí en la cuenta de que era tenía bastante razón. Aunque yo añado algo a esta sentencia: A mí me gustaría no hacer nada más que las cosas que me gustan y en el momento que me apetece. Claro, no te fastidia! Pero es que esta conclusión no es tan banal. Hay mucha gente que dice que no podría vivir sin trabajar "Unas horas por lo menos". No es mi caso. Hay suficientes, qué digo suficientes, demasiadas cosas en el mundo que me interesan y no tienen nada que ver con ningún trabajo. Al menos ninguno que alguien vaya a remunerarme. Podría pasarme la vida tan solo viendo todo lo que hay en internet, por ejemplo. Veo una foto de la NASA y flipo. Viajo a Tailandia en Google maps y flipo. Oigo una conferencia de TED y flipo. Veo algún tutorial de alguien con acento sudamericano que me está enseñando por amor al arte y flipo muchísimo. Ahí está. Todo esperándome. Pero yo tengo que pasar las 8 horas de rigor para verlo.

Darte cuenta que el trabajo es eso y punto y que lo de aprender y estar satisfecho es algo bastante poco común, es un trago bastante amargo al que una persona debería llegar cuando en su vida las satisfacciones le vienen por otros lados: la familia, los amigos, ayudar a los demás, el deporte o tener un hobby. Pero haber llegado a esta conclusión a estas alturas, cuando mi vida laboral no llega ni a los dos años, es un temita. Esto último, lo de que el asunto grave, me lo comentó otro buen amigo y en su momento jefe, al que conocí en circunstancias semejantes al homenajeado. Últimamente me acuerdo bastante de él porque su nombre describe a la perfección la situación actual del país: Estoesunajena. 

Pero volvamos a Juan, que me dice que Liverpool le recuerda a Vigo y yo voy en mi año británico y lo compruebo. Efectivamente, se parecen. Luego resulta que Iago Aspas se va de mi equipo al suyo pero el fútbol deja de tener importancia. Porque aunque empecemos hablando del de Moaña, como siempre, acabamos lucubrando sobre el siguiente nivel de nuestras vidas que parece estar bloqueado. Juan me recuerda el discurso de Steve Jobs, que hay que volver a ver de vez en cuando. Porque todo está conectado. 

Juan dice que cree mucho en estas cosas. Que si encestaba de pequeño significaba que iba a aprobar o que triunfaría esa noche pero de lo contrario suspendía y no ligaba. Por suerte, Juan tiene una mujer al lado que le aguanta y lo conecta a la tierra porque él vive su vida sin pegarse demasiado a nada, ni a nadie. Sobre todo sin pegarse a los objetos con los que tiene una guerra personal. Como yo. Otro paralelismo.

Juan vive en Inglaterra y hace poco le preguntaron si no estaba "estarving" (muerto de hambre) y no lo entendió. Deduzco que a Juan no le va muy bien con el inglés. Pero da igual. Es un superviviente. Así que ahora resulta que da clases de español. Allá donde vaya, con él mismo le sobra. Y aunque yo no le vea, sé que está ahí. Para decirme de vez en cuando "Qué Piraña, igual no?"

A Juan y a mí siempre nos quedará Mad men para disfrutar y Seinfeld para reír. Porque es de lo que se trata esto después de todo. Además es una serie que trata sobre nada. Muy apropiada para el caso que nos ocupa.

Juan es un buen amigo. Raro. Pero bueno.

Seguro que cuando Fernando Alonso vuelva a ganar, nosotros también.

EL PROCESO

Suena de fondo Lori Meyers y su "Alguien me preguntó, si quería estar mejor...y cómo decir que no, si ahora todo está peor" y mientras, hablo con Aleix que es uno de esos amigos que se han convertido en presencias virtuales innegables. Like a like, chat a chat, y de pronto una conversación terapéutica fuera de sitio un martes de muerte a las 10 de la mañana. 

Con Aleix todo son ideas y planes. No para conquistar el mundo sino para imaginarnos saliendo del nuestro y de paso, si se puede, hacer un poco mejor el de todos. Y es que siempre consuela ver que hay más gente como tú. Queriendo más de lo otro y menos de esto. Sin saber qué es exactamente lo otro pero reconociendo a cada paso lo que es esto. Y esto no. 

Descubrir qué quieres es muy difícil. Tal vez habrá que conformarse con ir sacando pétalos a la margarita como si de un me quiere, no me quiere se tratase. Pero en este caso es un "no lo quiero", "no lo quiero", "y esto tampoco". Entonces qué? "Nos vamos de voluntariado?"

Después de un rato de conversación, del caprichoso querer y no querer, pasamos a ser o no ser. Esa eterna cuestión. Concluimos que, en el fondo, tanto el problema como la solución está en nosotros mismos. Paremos entonces de divagar y empecemos a concretar. Reconocemos que lo que pasa es que nos gusta mucho el chispazo. El principio. Esa idea genial, ese "Podría ser eh?" "Yo lo veo". Nos encanta. Es lo motivante y lo emocionante. Pero no es nada más que el eso, el principio. Y aunque ilusionan, los principios sólo son concebidos con vistas a encontrar un final. Un fin(al) mejor. 

A mí alguien me dijo una vez que la primera fase es la mejor. Y estoy bastante de acuerdo. Aunque haya cosas que no permitan verlo y siempre queramos saber qué va a a pasar. Hay que disfrutar de esos primeros tropiezos. Esos pasos en falso. Esas caídas y despistes. Esos pequeños logros que te acercan un poco más al objetivo. O incluso aquellos que te alejan de él y te acercan a otro que sin tú saberlo era la verdadera meta. Todos y cada uno de esos pasos son necesarios. Porque aunque el subidón del principio es incomparable, luego empieza una fase muy guay que es en la que se va a basar todo lo demás. En este proceso se ponen los pilares y se plantean las incógnitas que será necesario despejar. El proceso es lo mejor. Y aunque acabo de decir que el objetivo es encontrar un final, en el mismo "proceso" de escribir esto, me voy dando cuenta que a mí concretamente se me da fatal finalizar. 

Tanto Aleix como yo somos malos finalizadores. Yo nunca pude dar un cuadro por terminado y los "Y sis" me persiguen a cada paso que doy. Él nunca podía dar ninguna discusión por concluída y esto nos llevaba a que se nos hiciese de día en el Colegio Mayor con el cuarto lleno de bolsas de pipas vacías, unas cuantas respuestas y muchísimas más preguntas que al principio de la noche.

El proceso. Ahí están todas las claves. El creativo, el de un trabajo, el de una relación o el de una amistad. El proceso es una distancia. Esa que separa el principio del final. La que separa Vigo de Holanda y que hoy pareció ser menor.

Luego sonó otra vez Lori Meyers con sus dudas que no ayudan. Pero concluyen que será  "mejor ver el presente y no pensar más en la muerte" Así que eso haré.

Y si surge la oportunidad saldré a la calle. Porque hoy hay lluvia de meteoritos. Y esto me lo ha dicho Aleix que de aviones hacia las estrellas sabe mucho. 

UNA CAÑA AL AIRE.

Haga ejercicio, coma sano y váyase de cañas al menos una vez a la semana.

Las cañas entre semana deberían ir con prescripción médica. 

La primera puede que te cueste. Unas caña? sí? Pero es tarde no? Y mañana tengo que hacer cosas. Es que nos sabes qué día...porque mi jefe...y con este qué tal?...es que todo es un asco...y el trabajo?...Y esta peña que se casa? Eh? qué pasa con esta gente? Aunque si has dado con un grupo de gente como el mío, donde el autoengaño no ha lugar, no habrá dudas a la hora de pedir: cañas para todas, puesta al día y despotrique.

Con la segunda parece que los músculos se destensan. Todo se ve mejor con dos cañas. Al igual que todo se hace peor con varias copas encima, sobre todo si hay un teléfono de por medio...Pero dos cañas? Dos inofensivas cañas? Perfecto. Hablar y relativizar. La vida no es tan horrible. Estamos mejor y nos creemos mejores. Con dos cañas todo se puede. Hasta pedir Otra no?

Y es aquí, con la tercera, cuando surgen esas idea geniales en las que crees que tienes la clave. Pero no lo veis? En serio? Es en la tercera caña cuando los decibelios empiezan a subir. Cuando te parece muy, muy factible lo de montar un bar con tus amigos. Cuando el mundo se arregla a base de "Es que no puede ser" "Así nos va" "Pero saldremos, hombre, cómo no vamos a hacerlo" "Porque la vida es mucho más, la vida es esto!" Es en la tercera caña cuando vuelven a contarse las anécdotas que todos conocemos. Y es en la tercera caña cuando se conoce a la gente del trabajo. Antes no.

Con cañas todo se puede. Todo se puede ir de las manos también. Porque a estas alturas estás rozando el límite de la caña puente. Esa caña milagrosa que te lleva a decir "Qué narices!" y te catapulta un martes cualquiera a acabar hablando con completos desconocidos en la barra de un bar. Esa caña con la que un mano a mano inofensivo se convierte en un mano a mano decisivo, clave, forjador de amistades y desenterrador de verdades. 

Mucho le debemos a las cañas.

Incluso cuando sólo son una o dos. No hace falta más para volver a casa menos defraudado con el mundo. Las cañas entre semana te hacen sentir un poco malvado. Sabes que no deberías tomarte más de una pero vas a hacerlo igual. Sabes que mañana te vas a arrepentir pero es problema de tu yo de mañana. Porque "Me la merezco", porque "La necesitaba" y como al día siguiente todo volverá a empezar, intentas alargar este momento de felicidad. Porque mañana Dios o el despertador dirá, pero hoy póngame una más. 

Las cañas con todo el mundo bien pero si son con amigos mejor. Con esos que no ves mucho y por lo tanto son "Cañas qué tal" o con esos con los que comentas cada paso de tu vida en esos chats multidisciplinares que tanto valen para planear un regalo, una despedida de soltera (la tuya no, no flipes, que ya está decidido que va a ser en La Cañiza) como para mandar fotos de Julio Iglesias. Esas son cañas "Tell me more". Porque ya lo sabemos todo pero tengo que verte y que me lo vuelvas a contar.

Hace algún tiempo, en un viaje muy divertido a Lisboa, en una noche que acabó de día (Moi Bem), se llegó a una conclusión vital y definitiva. Y es que "Siempre voy a querer una caña más". Por lo tanto cuando ves que tu interlocutora desvía la vista un momento, sabes que es porque va a la procura de más líquido dorado para ambas. No hace falta preguntar. Ves ese "Dos" en sus labios mudos que se dirigen al camarero que nos acabará odiando o queriendo mucho y comprendes que no hay vuelta atrás. 

Las cañas a una determinada edad puede que se conviertan en esos cafés que toman las madres para ponerse al día. O si se vieron ayer, para contarse cómo les fue el resto día. Pero es probable que en nuestro caso sigan siendo cañas.

Yo digo que SI a las cañas entre semana. Para dosificar. Para ir acostumbrando el cuerpo. Si no llegamos al viernes y nos atragantamos con tanto ocio que nos viene de repente. Por lo tanto:

Entre semana tomamos unas cañas

Y si no puedes, pues te apañas

El trabajo y la vida pueden no ir muy allá

Pero siempre hay algo que no fallará

Unas cervezas en buena compañía

Y volverá la sonrisa que antes no tenías

Plan a prueba de crisis, 5 euros aproximadamente

Pero no te preocupes, que invito yo a la siguiente

Y esto lo escribo después de tomarme alguna que otra así que puede que se note que todo fluye mejor aunque la coherencia sea menor y mañana todo vaya a peor.

Pero si algún consejo puedo dar en esta vida es que la próxima vez que se encuentre cansado, con ganas de matar, de morir, o simplemente de tirarse en el sofá y no hablar con nadie porque el mundo es un asco, piense en todas las cosas que se está perdiendo. Piense en lo fácil que es sentirse mejor. Y a la pregunta: ¿Una caña? responda con rotundidad: Sí. Claro!

Siempre.

DICIEMBRE. DESPEDIDA Y CIERRE.

Aún no se acabó pero el final está tan cerca que casi ya se puede oler.

Diciembre es un mes de altos y bajos. De familia, reencuentros, cañas, amigos, fiestas, excesos, viajes…de bajones, de recapitulaciones, de balances, de reflexión, de alivio, de borrón y cuenta nueva.

El 31 marca el final. Las doce uvas el principio. Y esos nervios. Y esas miradas. Las de siempre, con más arrugas, los nuevos con una mezcla de excitación y no entender. Pero lo cierto es que nadie entiende mucho qué pasa.

Lo que pasa es que se va otro año. Nada más. Lo dejamos atrás, como el periódico del día anterior. Lo que pasó, pasó…y lo que traspasa la barrera de las campanadas, seguirá. O eso queremos creer. Llegamos al final del año con una mochila cargada de trabajo (los menos), de cambios, de experiencias vividas, de evolución y adaptación. Somos otra persona distinta al año anterior pero aquí estamos otra vez en el salón de García Barbón los de siempre con el mismo ritual.
Esas únicas 12 uvas que me tomo en el año y que me dejan un poco emocionada después de tanto abrazo. "Y que los que vienen, nazcan bien!" "Y enhorabuena a la novia!" "Por tu nuevo trabajo!" siempre hay algo por lo que celebrar…siempre hay algo por lo que empezar, por lo que ilusionarse y por lo que vivir. Aunque sólo sea por uno mismo. Cuando no tienes la responsabilidad de cuidar a otros, la tienes contigo mismo. A veces nos descuidamos un poco pero al final es lo único que hay que intentar cada día, tratar de ser felices.

Esa era la respuesta definitiva a la pregunta que colgaba en nuestro salón de Donoso Cortés. "¿Qué vas a hacer hoy?". Ahora ya está de nuevo pegada en el salón(cito) de Blanca, compañera de pupitre, de fechorías, de conversaciones infinitas en la salita verde, de manos a manos, de viajes, de quejas, de no hablar al llegar a casa o de hacerlo sin parar con una botella de vino, de risas, muchas risas, en definitiva "compañera de vida" (aunque ella me prohibiese definirla así que parece que daba lugar a malentendidos)
Blanca es mi amiga. Y punto. Y es de las cosas que más voy a echar de menos de Madrid. Vivirlo con usted. Estábamos muy bien pero siempre le digo, cuando nos da por preguntarnos cómo seremos en el futuro "Pues como ahora pero mejores", así que no dudo que estará usted muy bien aunque no haya pan en casa y no tengas que despertarme cada día. Yo te seguiré enviando mis ánimos con voz de dormida para afrontar un nuevo lunes, seguiré pensando en ti cuando haga café si me despierto de repente a las 3 de la mañana creyendo que son las 8 "pero si tú nunca haces el café idiota!" y con cada caña que me tome de más, supongo que también me acordaré de vos.

Porque somos mejores que hace un año, seremos mejores en 12 meses.

Y aunque no quería sonar tan trascendental, me temo que el espíritu del señor de gafas oscuras me ha cogido desprevenida y sueno igual que él cuando cada Noche Buena camino a Ramallosa, interrumpía los villancicos que con tanto afán cantaba al volante la señora que calceta y pasaba una mano por detrás del sillón. Entonces yo tenía que cogérsela y su discurso siempre empezaba igual "Hijos míos…cuando yo ya no esté"…Se pueden imaginar las caras de los tres que íbamos detrás sin entender muy bien por qué este señor que a veces gruñe se empeña cada año en que se nos empañen los ojos. Menos mal que alguno de mis hermanos un año se armó de valor, cogió la delantera y empezó él mismo el discurso "Hijos míos cuando yo ya no esté…" Entonces carcajada general. Menos mal!
El discurso de "hijos-míos-cuando-yo-ya-no-esté" es aplicable en cualquier tipo de ceremonia de exaltación de la vida y del amor como una boda, por ejemplo…entonces ves una mano que te llama desde las mesas del fondo y piensas "adiós, con lo bien que estaba yo bailando Raphaella Carrá" Porque aunque nuestro pobre padre se emocione un poco y simplemente quiera recordarnos que tenemos que querernos siempre y cuidar a nuestra madre, esa misma madre tiene una teoría de la vida mucho más guay, práctica y sobre todo, inteligente y es que "Hay que reírse mucho"

Y eso es lo que quiero hacer este nuevo año: reírme todo lo que pueda y más.
Lo mismo le deseo a todo el que lea esto. Bueno, y al que no lo lea también!


Feliz 2014.

VOLVER CON LA FRENTE MARCHITA Y EL ALMA TAMBIEN...

Pero primero fui. En autobús. Y no un autobús cualquiera, en el auténtico Autobús de la Muerte. Y paré a las tres de la mañana en la mítica, decadente y sucia estación de servicio Los Perales. Con frío. Con lluvia. Después de haber rezado sentada en mi plaza que no fuese ese gigantón que caminaba de lado y con dificultad por el pasillo el que se sentara a mi lado, ni esta señora con pinta de querer dar conversación...en realidad recé por que nadie viniese y pudiese tumbarme a mis «anchas»...pero no fue así. Un chico normal se sentó y no me reclamó que el asiento de la ventana era en realidad el suyo (En mi defensa diré que la numeración era confusa)


Y llegé a una no menos decadente estación de autobuses viguesa a las 5 y media de una noche de Halloween en la que los whatsapps de mis amigas se fueron alejando en el tiempo y en la comprensión. Tentada de quedarme en el Mondo, me fui derechita para casa. Extrañada por no encontrar nada que rascar en la nevera (luego me enteraría que el motivo fue que la señora que calceta no me esperaba esa madrugada sino la siguiente) me conformé con un poco de pan y a la cama. A esa cama-de-casa-de-padres donde tan bien se duerme con sábanas planchadas y muelles que no se clavan.
Y dormí mucho.

Dormir es un placer. Dormir sabiendo que al despertarte no vas a tener que limpiar la casa, poner lavadoras o pensar qué hacerte de comida (no llevando a cabo la mayoría de las veces ninguna de las dos primeras cosas y mal haciendo la tercera) es un placer al cuadrado.

Porque en casa se está más que bien. Esto lo he dicho muchas veces. Pero es que además resulta que era el cumpleaños de la señora que calceta y después de varias llamadas en código enmarcadas dentro de la operación «Compra el regalo» o, como le llamamos en casa, «Quién pone la pasta», nos llevó de cena de lujo en restaurante donde, para variar, hablamos más alto que el resto de mesas. Pues muchas felicidades para ella, creo sinceramente que descumple años como nadie.

Y si pasamos por delante del Karaoke hay algo dentro de Santi que le lleva a decir «I don't want to miss a thing» y Manu se da por aludido y baja las escaleras cual estrella en el backstage, sabiendo que va a tener al público entregado. El público en este caso era escaso pero de calidad a la altura de la actuacion tantas veces vista y que nunca decepciona. Cuando me tocó subir aquí a la tercera en discordia, me encontré con un jurado con taburetes giratorios y un Santi Bisbalizado haciendo los mismos aspavientos del propio hermano que tengo. Al parecer todos me querían en su equipo.
Una cuñada que se despide con un IMPOSIBLE de seguir «Don't stop me now» y yo creo que es lo más apropiado porque «I’m having a good time» Y tanto.

Tienes unas amigas que te esperan entre paraguas, porque en esta ciudad llueve. Pero lo hace con encanto (mentira). Lo hace de una forma que no nos impide hacer vida diaria...o nocturna. Recuerdo mis 16 y salir por la puerta hacia una tempestad mientras mi padre me tachaba de loca. Concretamente me soltaba su clásico «por menos hay gente encerrada»...pero era sábado. Era "el sábado". Ese día que en la adolescencia suponía ver cómo las ilusiones de toda una semana se quedaban en eso...o se rompían en pedazos...o, simplemente ¡pasaba!...y todo era como habías esperado...o tal vez no pero tú ibas perfecta para la ocasión. Aunque lo difícil sería lo contrario después de haber estado pensando el modelito desde el lunes y haberlo cambiado 5 veces esa misma noche antes de volver a la idea original. Ah! pero que ahora no haces lo mismo? A quién quieres engañar?

Pues al tiempo...y a la distancia. Si los engaño a lo mejor resulta que en lugar de 600 son 60 los kilómetros que me separan de Vigo, de mi casa y de mis amigos. De una vida de fin de semana.

Aunque si me apuras, tengo por delante una semana de cuatro días y un pedazo de esa vida se viene a la capital para un fin de semana de pijamas, turnos para duchas, overbooking en el salón y resacas comunitarias...las mejores de su clase. Así que aunque vuelvas con el alma marchita algo sí que vas a engañar a la morriña...

 

 

 

 

BLANCA

Tengo yo un grupo de amigas que ya son amigas, "para siempre". Quiero decir que puede que vayan a más...pero dudo mucho que haya alguna baja. Muy grave tiene que ser lo que haga alguna de ellas para que dejemos de ser amigas (y de pronto me acuerdo de aquella terrible sentencia infantil: "Pos ya no soy tu amiga") A lo que me refiero es que ya somos mayores, hemos compartido mucho y nos reímos juntas, nos entendemos y nos aguantamos a pesar de todos nuestros defectos que son muchos y de sobra conocidos. Pues bien, entre estas amigas a las que yo en un alarde de ingenio bauticé como "Zorrupias" y así se quedó en ese grupo de Facebook que menos mal que es secreto porque los documentos gráficos ahí expuestos no son aptos para todos los públicos, hay una que se llama Blanca.

Y debiendo aclarar que todas esas "amigas para siempre" (du yu guont tu bi mai fren) se merecen varias líneas, resulta que le tocó a Blanca. Porque hoy he venido aquí a hablar de mi amiga. De mi amiga Blanca

En realidad dejó de llamarse así hace mucho tiempo. En el móvil fue Berenguela desde el día que descubrí (yo) que ese era su segundo nombre. Incluso pasó a ser Lourdes durante un breve espacio de tiempo cuando rondábamos los 17, porque a esa edad descubrió (ella) que ese era su tercer nombre. Cogí prestado el "Blancademierda" creo que de su hermano Gonzaga y alguna vez me referí a su persona como "El Blanquismo" como si de una enfermedad se tratase, derivando en Blaquitis, Blanquicela, Blancarro, Bláncer...pero lo que más hacemos es llamarnos por insulto. "Tú eres idiota?" "Eh!" "A ver quieres hacer esto de una vez?" "mira tú a mí no me mandas". Somos así. De insultarnos. De hacernos burla hasta el infinito sobre las cosas más absurdas. De tratarnos con hostilidad y de no demostrar el cariño a no ser que el alcohol nos haya invadido. De no tocarnos a no ser que toque abrazo, y entonces le digo..."Ay...Blanca"...y la estrujo un poco, aunque siempre le digo que no sabe recibir abrazos.

Porque Blanca es así. Come mal y decide peor. Tiene sus neuras que a veces le da vergüenza contar pero que yo entiendo muy bien...aunque con alguna le digo que no, que por ahí no paso y que eso hay que cambiarlo. Entonces se lo repito mucho y me dice que "yaa..." pero no cambia. Porque Blanca es así. Vergonzosa y come-uñas-que-son-garras. Analista de todo y de todos. Con memoria de elefante y sentimientos con efecto retardado. Disfrutona de sus costumbres y de lo conocido. Perezosa en el "por conocer". Graciosa, nerviosa y antisocial hasta el punto de hacernos pedir pitillos por ella. Entonces yo me rebelo y le digo que no, le suelto uno de esos "eres idiota?" y ella me dice "pero qué más te da?"...y entramos en uno de nuestros miles de episodios en que nos enfadamos (levemente...no recuerdo haberlo nunca en serio), yo porque me desespera cómo es y ella porque le riño y porque pongo malas caras. Luego hablamos (bueno hablo yo) hasta que ella estalla y dice "A veeer!!..." y tiene que decirme lo que le pasa. Porque yo soy de hablar. De hablarlo todo. Y Blanca no. Blanca es de callar. De callarse todo.

Menos por escrito. Blanca escribe mucho, con gracia y con ingenio. Como es ella. No sé cuántas horas habremos podido hablar a lo largo de nuestro cuarto de siglo, pero las conversaciones escritas ganan por goleada. Desde esas cartas adolescentes archivadas en carpetas hasta esos interminables chats que se perdieron en el ciberespacio. La palabra escrita es el medio que ha conseguido que a pesar de separarnos en la universidad (tú a Santiago y yo a Madrid) tengamos un diálogo constante sobre todo, como cuando compartíamos pupitre en el colegio. Y cuando digo todo es TODO. Desde esas épocas de exámenes con alternancia en el papel de animadora "pero si es lo que me decías tú el otro día, que hay que seguir, que esto no es nada", o esas conversaciones que empezando con un "qué tal?" acababan en un análisis de nosotras y del mundo...hasta esos esporádicos "hola!", "carmeeeen...buaj" en el muro de Facebook, los absurdos pero imprescindibles informes sobre el estado de la Nación (rosa) con el tema fetiche de si Lydia Lozano ha vuelto a llorar por el caso Ylenia, pasando por los "Blanca creo que me voy a tomar 2 yogures en vez de uno eh? así de colgada estoy" y sin olvidarnos de mi preferido "Teorías sobre la vida". En este apartado encontramos hits como no fiarse de la gente que no habla de caca, los beneficios del insulto continuo, la invisibilidad que otorga el llevar gafas de sol y cascos (por lo que si cantas en alto no pasa nada) o definitivos y sentenciosos "está claro que siempre voy a querer una caña más"

Después de leer algo de Blanca siempre sonrío. Después de hablar con ella siempre me quedo mejor. 

A Blanca le gusta mucho reírse de (sus) coñas muy absurdas pero no sabe sonreír en las fotos. Blanca conspira para salirse con la suya pero cede por el bien común siempre. Le gusta estar con sus amigas y olvidarse de todos los nervios que le producen los miércoles, cuando va a cantar temas a jm (así, en minúscula) y teme que la echen de la oposición. Ah! porque no lo había dicho, Blanca es una opositora. Una opositora que echa de menos la vida. "Porque a mí me gusta mucho la vida entiendes? Quiero volver a la vida Carmen!" me dirá en todas las ocasiones que la llevo por el mal camino y acabamos bebiendo cuando no se debe, preguntándonos mutuamente si queremos otra caña y contestando que "claro, que siempre voy a querer una caña más". A Blanca le gusta pensar en su futuro solucionado pero le entran unas dudas terribles con su presente. Pero Blanca sigue. Porque Blanca puede. Porque lo pasa mal pero continúa. Porque a fuerza de voluntad no le gana nadie. Y a contar historietas tampoco.

Blanca es mi amiga. Y estoy orgullosa de ello. Y de ella. Creo que nos pasa a todas. 

Tengo una amiga de la que empecé a escribir una entrada el día que me anunció que había suspendido un examen y terminé de escribirla el día que se fue de Nueva York, después de decírmelo una mañana cuando todavía no había amanecido. Que venía. Venía para alegrarme la cara y el alma, un tanto morriñenta últimamente. Venía para que comiésemos, paseásemos, riésemos, comentásemos, nos hiciésemos fotos, flipásemos, nos quisiésemos cortar los pies, comprásemos, descubriésemos, bebiésemos y nos mirásemos sabiendo lo que está pensando la otra. Venía para ver esta ciudad, para tomar pavo en Acción de Gracias y ver el Empire State desde todos los puntos posibles. Para contarme cómo está y para que volviésemos a hablar de todo y de todos. Y a callar cuando apetecía. Para que acabásemos agotadas y ya casi sin ganas de nada para luego terminar en un mano a mano surrealista. Para que tengamos "algo para recordar". Para recordarme cómo es tenerla todo el día alrededor. Para recordarme por qué me gustan tanto Vigo y mis amigas. Para decirme que no queda nada. Para que volviésemos a ser esas dos niñas de uniforme azul marino en la salita verde de su casa haciendo que hacían los deberes mientras una hablaba y la otra pintaba. Para que estuviésemos como siempre. Esas dos.

"Las mismas...pero mejores"

Paso de ti pero te hago una foto mientras tú pasas de mí

Paso de ti pero te hago una foto mientras tú pasas de mí

BACK TO EL FUTURO

Todo el mundo habla de él pero parece que no llega. Lo visten de luto o de un blanco cegador desteñido de lejía. El futuro es ese ente amorfo y extraño en el que se depositan interrogantes, miedos, incertidumbre y esperanzas. Porque no queda otro remedio que hacer eso...esperar por él.

Pero lo cierto es que no hacemos otra cosa que vivir el futuro de alguien. Alguien a quien dejamos atrás y que confiaba en nosotros. Yo, por ejemplo, estoy viviendo el de esa niñ(it)a de 3 años que llevaba lazos escoceses y pintaba a todas horas, el de esa niñ(at)a de 11 que decía que en el Fin de Año de 2000 iba a salir, el de esa adolescente que suspiraba por crecer y cuyo mundo parecía girar más lento que el del resto de la humanidad y el de esa joven que con su recién estrenada mayoría de edad se fue de casa para hoy, 7 años después, estar pensando en la vuelta...

Porque de pronto comprendí, como ya dijeran Almodovar y Macnamara en un tiempo hortera, colorista y plasticoso, que el futuro ya está aquí. Porque el futuro es el presente elevado a la enésima potencia. El futuro es el presente pero lleno de oportunidades. Entonces se filtra y tal vez sean menos, pero ahí están, rodeándonos, muchas oportunidades. Aquí. Ahora. Y decisiones. Y consecuencias. Estas últimas son el contrario a las oportunidades. Son las que recibimos del pasado. De haber o no haber hecho algo. Y las procesamos ahora.

Blanca me envía por uno de estos artefactos tan del futuro pero que hoy día tenemos al alcance de la mano, una foto directa desde el pasado. Ahí estamos 4 tipejas en un catálogo de colegio...de esos que tantísimo daba que hablar cuando todavía no salíamos en él y se lo robábamos a la hermana pequeña de uno "de los de Jesuítas" en el recreo para fichar a todos los niños que nos hacían tilín o tolón, y que después tantos quebraderos de cabeza nos dio cuando nos tocó salir retratadas en él...con la presión que ello suponía!! "qué vas a ponerte" y "hay que salir bien"...que lo va a ver todo el mundo y lo que es peor...es para siempre! Consecuencias...

Y era cierto porque aquí estoy sonriendo desde el futuro, viendo cómo éramos. Sin flequillo, con caras más redondas, expresiones que hace años dejamos de tener y el corazón con unos cuantos millones de latidos menos...aunque seguramente en el momento de la instantánea fuese a salírsenos del pecho. Y qué me creía yo entonces? Pues que el futuro iba a llegar e iba a decirme lo que tenía que hacer como hasta ahora había sucedido: 3º de Primaria...2º de ESO...Bachillerato...y así ocurrió...1º de Bellas Artes...3º de Derecho...Pero no. Lo cierto es que nadie ha tomado las decisiones por mí. Ni si quiera mi yo futuro sino mi yo de cada momento, a cada momento. Yo decidí cuando tocó lo que tocaría.

Así que nada de dejarle las cosas al que venga después, como me encanta hacer..."ya decidirá la Carmen del futuro" pienso a menudo...Pues bien, amiga...la paradoja es que la Carmen del futuro no es más que tú misma ahora. Ahora? sí, ya. Pero ya? Ahora mismo. En serio? Sí. De hecho esa que acabas de señalar, esa ya es Carmen pasada, como el agua. o es que no de acuerdas de José Ángel?"

Sí que me acuerdo. Lo recuerdo muy bien de hecho. Mi profesor de Lengua tratando de explicarnos que el presente no existe. José Ángel interpretó una coreografía de movimientos repetitivos en la tarima de aquel aula..."Porque esto que estoy haciendo ya es pasado, y esto ya es pasado y esto ya es pasado...entendéis?" decía mientras se desplazaba, no haciendo el moonwalker, pero con unos gestos que nos dejaron, a los 68 ojos que lo observábamos, bastante desconcertados. Esa coreografía triunfó bastante entre mi grupo de amigas, bastante amigas a su vez de hacer mofa de todo lo que nos rodeaba y sucedía en aquellos años de risitas y absurdeces varias.

Y aunque las intenciones de este joven eran buenas (aunque para mí fue un mayor más hasta que en una excursión de fin de curso, de colegio y de etapa nos confesó cómo era él a nuestra edad, entonces comprendí que era un joven como tantos otros...un mozuelo al fin y al cabo) porque intentaba explicarnos que tenemos que mirar hacia delante y que no hay aquí ni ahora, en realidad eso es lo único que existe creo yo.

Me estoy liando entre pasados, presentes y futuros que fueron, son y serán (o todo lo contrario) pero es que entre cambio y cambio de pañal, observando a un ser que tiene toda la vida por delante (tú también mujer! ya, bueno...yo creo que de mi vida, como mínimo el prólogo ya está escrito) pues te da por reflexionar sobre tu existencia. Bueno, eso y que tengo 25 años y nada por delante. Nada? O todo? 

Está bien, tengo un presente que se divide entre consecuencias de decisiones pasadas y dudas sobre oportunidades futuras. Vale? Queda claro? Pero a quién le estás explicando todo esto? Pues creo que a mí misma...Y qué has sacado en claro. No mucho en realidad. Ya...eso me temía. 

Bueno parece que sí que tengo una cosa clara. Y es que hay que (re)conocer quién fuiste para saber quién eres. Y que según Blanca ya es la segunda vez que cuando me pregunta "pero Carmen...cómo seremos?" yo le contesto lo mismo: "Pues como ahora. Pero mejores."

Pues eso. Que en el futuro...ese del que llevo renegando varios párrafos, seremos mejores. Y por qué estoy tan segura de esto? Pues porque habremos vivido más. Y vivir, como mi abuela le dijo a mi padre y este me repite (cuando le da por ponerse existencialista y no por echarme broncas por perder objetos que luego aparecen)...siempre será la mayor aventura que te puede ocurrir. Asi que venga lo que venga de esa cosa amorfa que es el futuro...será algo bueno.

WASHINGTON (NI SON)

Washington es una ciudad para vivir, no para turistear. Esa fue la primera advertencia así que no iba con demasiadas expectativas. Y así resultó que lo que más me gustó de esta ciudad fue la compañía.

Hace ya muchos años le dediqué una entrada a ese ser con nombre extraño, Eguiar, que como yo soy "coche-hombres", él es "huevo-oreja". Nuestras vidas se cruzaron allá por el 2004, "hace 7 años ya? qué vejez por favor!" Pues sí, mai fren…7 años de tus sentencias, discusiones acaloradas, teorías sobre la vida, acuerdos y desacuerdos y sobre todo análisis. Análisis de todo y de todos. Eso es lo que mejor se nos da. Han sido menos de 48 horas en las que volvimos a compartir piso en Madrid. Me gustó verte en tu nueva vida en el D.C. Me gustó ver que has madurado, dejando atrás piercings, rastas y etapas llenas de colorines para dar paso a otros más sobrios, a un tu versión adúltera con máster del Universo y abriéndose paso en el país de las oportunidades pero que sigue con sus dudas, como yo. Me gustó que nos riésemos y recordásemos mientras comíamos pizza al volver de salir como ya hiciéramos tantísimas veces (aunque esta era tamaño natural)…cómo suena todo esto no? pero qué somos abuelos cebolleta recordando batallitas? pues no, pero se podría decir que somos viejos amigos no? Ya hemos llegado a ese punto. Hemos compartido mucha vida. Y habrá mucha otra que no…sólo espero que me lo sigas contado.

Así que mi viejo amigo me enseña una ciudad de la que podría decirse que es como un suburbio infinito (en el sentido inglés de la palabra, lleno de zonas residenciales) salpicado con edificios donde se decide el futuro del mundo. El D.C. no te da la impresión de ser una gran ciudad a pesar de sus molotes con nombres de bancos internacionales. La casa de los Mister Presidents tiene aspecto de casa sureña donde poco más y ves al abuelo en la mecedora del porche. Y el Capitolio, aunque lo vi de lejos, sólo me trae a la mente la imagen de Independance day y ese rayo destructor. Porque, como de casi todo en Estados Unidos, de estos edificios tan emblemáticos también tienes una idea previa. Como un viejo amigo, como Eguiar, pero al que tienes que conocer…(Ah! y he de decir que quedan mucho más vistosos en las fotos)

De Washington como ciudad lo que más me gustó fue su metro. Futurista a la par que retro. Piedra, luces indirectas y trenes. Muy chulo. Y como he dicho, la compañía. Una comida con españoles contándote lo que es la vida allí, lo que es la vida en España, lo que es la vida en general. Unos jóvenes que me enseñan hacia dónde se va, o mejor dicho hacia dónde te dejan ir en estos momentos…Y sin darme cuenta, vuelta a Nueva York. Volver de noche por carretera tras unos atascos monumentales y encontrarme el Empire State Building iluminado en verde. Que me indiquen dónde está el metro sin yo preguntar, simplemente por mi cara de españolita por el mundo. Una viguesa viviendo 3 meses en Nueva York. Esa soy yo. Y remarco lo de los 3 meses porque no dejan de ser condicionantes. Porque yo estoy aquí de turista. Porque me he dado cuenta que lo de vivir en este país, es otra cosa.

Fin de semana genial. CCC: Caminatas, cafés y charlas...Grasiah!

12 A.

A veces se superan las expectativas. La fiesta de la que llevábamos hablando durante meses, por la que mi madre hizo sus listas (jabón, carnes, tortillas, papel higiénico…) y yo las mías (gente, más gente, botellas, gominolas, carteles…) fue una de esas ocasiones.

Luego lo pienso y es lógico. Reunir a tanta gente tan guay en tan reducido espacio, tiene unas consecuencias desastrosamente buenas. Traer a un tipo con su guitarra, su voz de Sabina y sus "no me importa, coged el micrófono y cantad lo que queráis" y rodearlo de gente con muy poca vergüenza (yo la primera), pues también tiene consecuencias...desastrosas, a secas.

Yo no pude pedir más. Hice alguna ronda a eso de las 12 y vi muchas risas. Hice lo mismo a eso de las 2:30 y vi esas mismas risas, mezcladas y agitadas. Un perfecto cocktail. Eso fue. Gente de un lado y de otro me resaltaron sobre todo el buenrollo que se respiraba. Y qué cursi queda esto. Qué hippy (o qué 15 M? que ya no sé cómo se dice ahora)…pero eso es lo que fue, una fiesta de buen rollo. 

Yo me emocioné. Él se rió. El otro cantó. Ella bailó. Nosotros bebimos. Vosotros vinisteis. Ellos se sorprendieron. Quiénes? el señor de gafas oscuras y la señora que calceta. Por qué? pues por lo digna que había quedado la casa. Aún por encima todos recogiendo y dirigiéndose a la salida como si de un simulacro de incendio en el colegio se tratase…sin prisa y entre risas.

Aquí una muestra de una entrada de este blog en papel a modo de "fotocol" patrocinado por los que pagan el evento, es decir, los que pagan a mis padres y colaborando mi actual "jefe":

Y entre carteles absurdos, colas en el baño, concurso de chistes y botellas que se iban vaciando, transcurrió una teórica "primera copa" que se convirtió en varias. Y antes de darme cuenta, se había terminado. Primero se apagó la voz de Ricardo, que tocó más que nunca, y cantó como nadie, como ese CD que se creyeron muchos que sonaba. Luego se agotaron las reposiciones de alcohol (el número de botellas me lo reservo, porque es denigrante) y al final llegaron las 3. Hora de partida. Hora de empezar el éxodo. Aunque la fiesta del 12 A en la que aún no se tiene muy claro qué se celebraba exactamente (pero en la que hubo un cumpleaños, que no era el mío) parecía no querer terminar. 

Me lo pasé tan bien que me da la risa. Y lloro con las dedicatorias del libro de visita que tan finamente compró Manu. Y resoplo con las gestiones intra-fiesta que hizo Santi. Y gesticulo como nunca ( y ya es decir) intentando explicar lo guay que son mi familia y mis amigos y lo genial que es que se hayan mezclado y que al día siguiente se reconozcan por las calles…por la resaca…Esa que indica que parece que la gente lo pasó bien. Y eso es lo que yo quería. Lo único que quería. 

Fue un fiestón. Y punto. Y aunque me dijo la tía Toya que podía repetir y mi madre empezó con un "ni de coñá" parece que se empieza a planear ya la de los 30!! 

Pero la fiesta de las carreras, de los 25…la fiesta del 12 A, es irrepetible. Muchas gracias a todos.

DE POR QUÉ SOY REMERA

Yo no maldigo mi suerteeee porque remera nací.

Esto es totalmente falso. Primero porque no nací remera. No nací deportista en general. Y segundo porque sí que maldigo mi suerte por estar remando. Lo hago continuamente pero nadie me cree. Qué hago remando me pregunto yo. Trataremos de responder a esta incógnita en las líneas sucesivas.

Todo comenzó el día en que todas las "sosaietis" y todos los "esports" se presentaban a los nuevos inquilinos de la Universidad con el fin de que se apunten. Jornada de captación se podría denominar. Ahí estaba yo embriagada por el ambiente festivalero, abrumada por la cantidad de gente, por el sol y el buenrollismo que se respiraba...y de pronto la vi. Una máquina de remo? una especia de reto? a ver quién puede remar más metros en un minuto? Pues venga. No fue uno, ni dos, sino hasta tres intentos. Pero lo conseguí. El "couch" me dijo que quería verme el miércoles en el lago y para allí que me fui. MEC! ERROR!  A ti que te pasa niña??...unos rayos de Sol (uo oh oh) una par de "sí está muy bien, deberías venirte y probar" y ya estás captada? Es que años de alquileres de piso no te han enseñado que hay que asegurarse de las condiciones y leer la letra pequeña antes de comprometerse? Parece que no.

Yo estaba en un barco remando, aprendiendo, que si ji ji, que si ja ja..el Sol dándome en la cara (qué pesadita con el Sol no? bueno es que parece que los elementos se aliaron contra mí y me engañaron con un par de días soleados y de temperaturas agradables sin yo poder imaginarme dónde me estaba metiendo)

Y dónde te estabas metiendo? pues en remar a temperaturas bajo cero, remar nevando, congelaciones de segundo grado en falanges, frío? no, ese concepto se queda escaso. Y eso sólo en lo meteorológico...porque en lo biológico no es mejor la cosa. DOLOR. (dolor como cuando te caes?) No hombre, un dolor del que dura días, de esas cosas que eran color de rosa...Agujetas? sí, eso. Espalda queriendo hacer crack! todo el rato...cansancio...(creo que estás siendo una maulas como cuando llorabas para que riñesen a tu hermano mediano) No. Estoy siendo totalmente objetiva. Una persona que nunca había hecho ningún deporte y mucho menos pisado un gimnasio pues no está acostumbrada a estos menesteres. Mi body sufre años de apatismo.

Pues déjalo!! No. Ya no puedo. Me engañaron. Los rogüers me engañaron. (quién?? los remeros) Y ahora les he cogido cierto aprecio. Y me ponen caritas y se ríen cuando les digo que "AI JEIT YU" porque me hacen pasar penurias y levantarme cuando no están puestas las calles un sábado (con lo que yo he sido, por favor...a horas de estar desayunando en el Iberia voy por caminos sin alma y sin haber salido el día anterior) Les odio. Me siento estafada. Y ellos como si nada. Me sueltan un "Oh Carmen!" o mejor dicho un "Oh! Cormen" y yo me quedo con mi cara de indignación, con lo ojos muy abiertos, con mis protestas acaloradas por esta vida miserable en la que me han atrapado sin yo darme cuenta. Qué listos los puñeteros rogüers.

Luego está el tema del gimnasio.

Un mensajito del estilo "Hola mis queridas leidis, no os olvidéis que hoy tenéis que completar vuestros 10 km en la máquina de remo, os quiere con mucho lof, vuestra capitana". Y tú piensas...va a hacer 10 km su p...su qué? TÚ idiota. Tú eres la que acaba haciéndolo. Y los 5 Km eh? venga...cuenta lo que te pasó con los 5 km!! no..no...ese es un episodio para olvidar. (que lo cuente!, que lo cuentee!!) Bueno pues resulta que acababa yo de comer un sandwichdemierda cuando dije...bah, creo que me da tiempo a hacer los 5 km en estos minutitos muertos. ERROR. Postcomida, por muy mierda que sea, no hacer deporte.

Qué pasó entonces? pues que cuando me quedaban todavía 3 Km me dio lo que en términos deportivos se viene denominando una "páhara". Yo, que sentí morir con el sandwichdemierda atravesándome la tráquea, quería parar...pero hete aquí que los rogüers esto no lo permiten. (asesinos!) hombre, no tanto, pero vienen 3 de ellos a animarme como si estuviese remando por mi vida ( y en realidad lo que estaba era perdiéndola) "CAM ON CORMEN!! YU CAN!!! CAM ON!! DU IT FOR ESPEIN!!" Y yo que pienso que voy a morir de aquí a pocos instantes reflexiono el porqué no me habré metido en tiro con arco. Y creo morir. Pero lo creo de verdad. Veo luces blancas. De vez en cuando miro al espejo de enfrente y veo un espectro pálido que se supone que soy yo. Y luego a los numeritos de las narices...me queda una jartá!!! No bajan. Que no. Que yo muero aquí y ahora. "CAM ON!!" "LAIK RAFA" Qué triste muerte en una maldita máquina de remo en un maldito gimnaso. Me hacían chantaje diciéndome que me imaginase que eso me pasa en una carrera...que tengo que seguir por el equipo que no se qué...y yo mientras viendo mi vida en imágenes. Y los números que no bajan...De repente las tres cifras. El sandwichdemierda parece empezar a bajar. Los rogüers a lo suyo "Yu ar duin it ol rait" y yo que me alejo de la luz y empiezo a odiar. Odio que se convierte en fuerza y acabo el ejercicio. Odio que creo que se me va a salir por la boca en forma de sandwichdemierda regurgitado. Falsa alarma, aunque la carrera hacia el baño impedida por la valla de seguridad y seguida por todos los ojos del gimnasio no me la quitó nadie. Doble visión durante un tiempo. Replamiento existencial. De verdad merece la pena??. "casi muero tudei y vosotros como si nada!!" "Oh, Cormen!" y se van.

No voy a seguir porque me estoy indignando. Tengo algún apunte más sobre cómo el "couch" me vacila y me pone en el lado que menos me gusta y cómo pasa de mis protestas, es más, se parte de risa...de cómo salto del barco antes de tiempo porque no conseguimos "aparcar" bien y consecuentemente me mojo pies, pantalón, calcetín uno, dos y tres en un lago a temperatura ambiente (ambiente bajo cero), de cómo Tom me tiene fichada y me pregunta que tal la noche de ayer y yo le repito que no sé de qué me habla a pesar de habernos visto mutuamente y estar disimulando la resaca...de cómo...de cómo me lo paso de bien cuando salimos juntos (disfrazados malquemepese), de la buena gentuza que me he encontrado, de lo bien que sienta la ducha después de hacer ejercicio, de lo que se ríen de mi acento y de mis continuas quejas pero luego me dicen "güel don" y yo me "fil fain"..de la sensación increíble que es sentir que ese barco avanza porque los 8 vamos al tiempo, porque el ritmo es infernal y estamos haciéndolo bien porque te duele todo pero se mueve!! SE MUEVEE!!!...

En fin. Que la señora que calceta me ha dicho que mis análisis están muy bien. Que estoy sanísima. Y debido a que es imposible que sea por mis buenos hábitos alimenticios me temo que el rogüin tiene algo que ver.

La verdad es que no sé qué hago yo remando. Pero lo cierto es que lo hago. Y trato de hacerlo bien. Porque es un deporte de equipo. Y formar parte de un conjunto mola. Mola mucho. Así que ya no es tanto por mí (que también) sino por ellos.