ALGUNAS PEQUEÑAS COSAS QUE HACEN QUE LA VIDA VALGA LA PENA (VOL XXV)

Anteriores ediciones aquí (hacia abajo)
 

Volver a desayunar con los habitantes de mi antigua casa

Ese primer contacto del avión en tierra que por un lado es amargo y por otro un alivio

Pedirle un beso a Roque y que se acerque a ti y muy concentrado choque frente con frente

Pedírselo a Martina y que te eche los brazos y te lo de mojado y con onomatopeya “mmmmmmmua!”

El “ay” que se me escapa cuando escucho las primeras notas de la banda sonora de Star Wars y veo esas letras gigantes otra vez en la pantalla de un cine

Reunirse con los de verano en diciembre

Que Marta me cuente entre risas que de las mejores cosas de la maternidad es que que te da todo absolutamente igual. El sentimiento de culpa desaparece y haces sólo lo que te apetece

Cuando por delante de la luna llena pasan nubes y parece una película de terror antigua

Pesadilla antes de Navidad, que sigue siendo tan buena tantos años después

Mi bisabuela poniendo como ejemplo la calle de Vigo donde vivo porque sus aceras tienen un camelio, un naranjo, un camelio, un naranjo...

Pensar en todas las veces que volví a casa de padres por esa acera. Pensando en lo que pasó esa noche, viendo ese mismo socavón, esa misma baldosa mal colocada y bajo una medio lluvia tan viguesa

Que el camarero de la Trastienda me diga que hace mucho que no me ve. Que dónde me meto. Supongo que nadie le pide más tapas de queso por la cara

La doctora contando cómo a ella y a su novio los miraba la gente por la calle con sus jerséis navideños a juego. Las mujeres con expresión de “Qué mooooono" los hombres con un “Pobrecillo"

Cuando nos desprendemos de un grupo grande. Después de muchas horas. Y decidimos tomarnos una copa en petit comité. Y entonces empiezan las conversaciones de verdad

Que cierre la cremallera del vestido

Que la señora que calceta acierte siempre con los regalos y me ofrezca un caldito cada vez que llego a casa.

El cartel de mi portal, al que se le ha roto la N. Y el lugar de Feliz Navidad leo Feliz Vanidad

Y todas esas personas que decoran sus casas en estas fechas con tanto esmero

La gracia que le hace al jefe, cada vez que va al al baño de su cuarto y me ve tumbada en su cama viento la tele, decirme "QUEEE Piraña!!! Vives como Dios!!" Ca-da-vez. 

La sintonía de Farmacia de Guardia que me teletransporta automáticamente a mi infancia

Que Roque flipe cada vez que consigue apretar en botón del mando con su dedo rechoncho y al cambiar de canal me mira como diciendo “Mira lo que hice!"

Tradiciones como empezar el año con el Concierto de Primero de año de fondo

Y esas palmas en la marcha Radetzky que siempre motivan

Que Martina llame a su padre, a mi hermano, por su nombre de pila. Y que a él le haga tan poca gracia

Volver a coger la moto e ir a ver el mar

Escribir el discurso de la boda de Alvarez e Iru. Tan facil...

Leerlo, no tanto…

Volver a pintar. Volver a manchar. Volver a borrar. Volver a frustrar. Volver a elegir. Volver al color. Y a ese blanco salvador. Volver a firmar.

Que siempre, irremediablemente, haya la comida que haya el día uno enero, alguien diga “Pero de esto ya no queda??"

Los parches que me hace la señora que calceta en los pantalones, siempre con tela escocesa.

El cartel de led de Maracaibo que dice “Tu cafetería en la Alameda" y estar un día 1 enero pensado cuantas copas tomé ahí, en mi cafetería de la Alameda

Que David nos vea entrar en su bar y nos suba las copas sin que las pidamos y también los altavoces. Y entonces empecemos a poner y a cantar temazo tras temazo hasta que nos venimos muy arriba. Tanto como para que la gente de la calle se nos una. Tanto como para subir a una silla y que las otras tipas con las que me estoy dejando la garganta, me vayan poniendo banquetas a modo de pasarela y que milagrosamente no me caiga. Todas esas cosas hacen que la vida con mis amigas valga mucho la pena

Recordar cuando los Reyes eran verdaderamente Magos. Con aquellos niños que juraban haberlos visto y describían sus ropajes, esos otros que, ante la duda, creían firmemente pues cómo iban a tener sus padres dinero como para comprar tantísimos juguetes, o aquel que explicaba que claro que existían, porque a él le habían traído una hermanita. Esas dos copas de champán en lugar de 3 y aquellas tinas de agua para camellos. La emoción de esa noche y el canguelo de pensar que 3 señores iban a aparecer en tu casa. Y el miedo a que no hubiese absolutamente nada, como el señor de gafas oscuras aseguraba que le pasó un año. Entre todas, mi favorita es aquella compañera que me contó que Baltasar le había dado un beso porque por la mañana tenía negro en la mejilla. Se ve que el pobre hombre desteñía…

DICIEMBRE. DESPEDIDA Y CIERRE.

Aún no se acabó pero el final está tan cerca que casi ya se puede oler.

Diciembre es un mes de altos y bajos. De familia, reencuentros, cañas, amigos, fiestas, excesos, viajes…de bajones, de recapitulaciones, de balances, de reflexión, de alivio, de borrón y cuenta nueva.

El 31 marca el final. Las doce uvas el principio. Y esos nervios. Y esas miradas. Las de siempre, con más arrugas, los nuevos con una mezcla de excitación y no entender. Pero lo cierto es que nadie entiende mucho qué pasa.

Lo que pasa es que se va otro año. Nada más. Lo dejamos atrás, como el periódico del día anterior. Lo que pasó, pasó…y lo que traspasa la barrera de las campanadas, seguirá. O eso queremos creer. Llegamos al final del año con una mochila cargada de trabajo (los menos), de cambios, de experiencias vividas, de evolución y adaptación. Somos otra persona distinta al año anterior pero aquí estamos otra vez en el salón de García Barbón los de siempre con el mismo ritual.
Esas únicas 12 uvas que me tomo en el año y que me dejan un poco emocionada después de tanto abrazo. "Y que los que vienen, nazcan bien!" "Y enhorabuena a la novia!" "Por tu nuevo trabajo!" siempre hay algo por lo que celebrar…siempre hay algo por lo que empezar, por lo que ilusionarse y por lo que vivir. Aunque sólo sea por uno mismo. Cuando no tienes la responsabilidad de cuidar a otros, la tienes contigo mismo. A veces nos descuidamos un poco pero al final es lo único que hay que intentar cada día, tratar de ser felices.

Esa era la respuesta definitiva a la pregunta que colgaba en nuestro salón de Donoso Cortés. "¿Qué vas a hacer hoy?". Ahora ya está de nuevo pegada en el salón(cito) de Blanca, compañera de pupitre, de fechorías, de conversaciones infinitas en la salita verde, de manos a manos, de viajes, de quejas, de no hablar al llegar a casa o de hacerlo sin parar con una botella de vino, de risas, muchas risas, en definitiva "compañera de vida" (aunque ella me prohibiese definirla así que parece que daba lugar a malentendidos)
Blanca es mi amiga. Y punto. Y es de las cosas que más voy a echar de menos de Madrid. Vivirlo con usted. Estábamos muy bien pero siempre le digo, cuando nos da por preguntarnos cómo seremos en el futuro "Pues como ahora pero mejores", así que no dudo que estará usted muy bien aunque no haya pan en casa y no tengas que despertarme cada día. Yo te seguiré enviando mis ánimos con voz de dormida para afrontar un nuevo lunes, seguiré pensando en ti cuando haga café si me despierto de repente a las 3 de la mañana creyendo que son las 8 "pero si tú nunca haces el café idiota!" y con cada caña que me tome de más, supongo que también me acordaré de vos.

Porque somos mejores que hace un año, seremos mejores en 12 meses.

Y aunque no quería sonar tan trascendental, me temo que el espíritu del señor de gafas oscuras me ha cogido desprevenida y sueno igual que él cuando cada Noche Buena camino a Ramallosa, interrumpía los villancicos que con tanto afán cantaba al volante la señora que calceta y pasaba una mano por detrás del sillón. Entonces yo tenía que cogérsela y su discurso siempre empezaba igual "Hijos míos…cuando yo ya no esté"…Se pueden imaginar las caras de los tres que íbamos detrás sin entender muy bien por qué este señor que a veces gruñe se empeña cada año en que se nos empañen los ojos. Menos mal que alguno de mis hermanos un año se armó de valor, cogió la delantera y empezó él mismo el discurso "Hijos míos cuando yo ya no esté…" Entonces carcajada general. Menos mal!
El discurso de "hijos-míos-cuando-yo-ya-no-esté" es aplicable en cualquier tipo de ceremonia de exaltación de la vida y del amor como una boda, por ejemplo…entonces ves una mano que te llama desde las mesas del fondo y piensas "adiós, con lo bien que estaba yo bailando Raphaella Carrá" Porque aunque nuestro pobre padre se emocione un poco y simplemente quiera recordarnos que tenemos que querernos siempre y cuidar a nuestra madre, esa misma madre tiene una teoría de la vida mucho más guay, práctica y sobre todo, inteligente y es que "Hay que reírse mucho"

Y eso es lo que quiero hacer este nuevo año: reírme todo lo que pueda y más.
Lo mismo le deseo a todo el que lea esto. Bueno, y al que no lo lea también!


Feliz 2014.

PER FUMÉ

Lo de los olores es un tema importante de narices (bien, empezamos bien)

Pero es cierto. Hay olores que nos transportan a lugares y tiempos lejanos, evocan momentos agradables y reconfortantes...otros en cambio te hacen descender a los infiernos y ponen tu estómago del revés.

No nos vamos a centrar en estos. Todos hemos entrado a un baño después de que alguien despidiese un amigo del interior. Todos tenemos algún hermano cerdo que utiliza sus bombas de humo para darse a la fuga dejando al enemigo K.O. Todos hemos entrado en un cuarto con seres destilando la noche anterior. Todos hemos pasado por callejones inmundos donde solo hombres sin ningún amor por las suelas de sus zapatos pueden ir una y otra vez a responder a la llamada de la naturaleza.

Hoy me quiero centrar en esos olores que nos autoimponemos. Como si te dejasen escoger tu nombre, llega un día en que escoges tu olor.

Yo hasta hace poco era de Gotas de Oro. Y seguiré siendo toda mi vida, porque es como el Celta, el equipo de casa. Ese bote gigante de cristal indestructible (lo digo por experiencia) reina en los baños de mi hogar como en otros lo hace la clásica Álvarez Gómez (que sería como el Depor...y ya vale de símiles deportivos).
En un afán por que no me capturasen los olores de la noche...hablo de cuando se fumaba en los bares...no, ahora en serio, os acordáis cuando se fumaba en los bares? Os acordáis cuando el las fotos salía una cortina de humo? Os acordáis cuando se iba con la cámara en el bolso? Bueno pues quien compartía bolso-maleta con esta última (y con otras muchas cosas) era un pequeño frasco de colonia.
- Nenuco? me decían, y yo tenía que contestar defendiendo el cursi nombre de mi colonia-de-casa. A veces me cansaba y contestaba que sí. Pero Gotas de Oro es mejor, que quede clarito. Y siempre la defenderé. Menos cuando maldigo su nombre, o mejor dicho, el mío, al comprobar que se me ha vuelto a abrir el frasco inundando el bolso. Cosa que ocurre muchas veces. Pero muchas.

Lo que pasa es que llega un momento en que mi madre pretende que me convierta en una mujer de bien y me da a probar alguno de sus perfumes. Entonces ya entramos en palabras mayores.
Porque el perfume es cosa de mayores. No es "tu primera colonia, Chispas", es una decisión difícil. Después de varios intentos, hay una que me convence.

El problema viene cuando tras ponerme la miel en los labios, después incluso de regalarme un bote...cuando bajo del tren después de un largo viaje y me dice que qué bien huelo aún y yo le cuento lo mucho que me gusta, cuantísimo dura y lo mucho que me la pongo...me viene con que "no es una colonia de diario".
Pero vamos a ver, señora. No puede ser. Ahora qué hacemos?
- Pues yo me la pongo todos los días.
- Pero Carmen, es muy cara.
- Pero mamá qué precio tiene el oler bien. Eh? Ponle un precio!! Te lo diré: No lo tiene.

Entonces observo cómo la señora que calceta se va por el pasillo a carcajadas... soltando un último y definitivo "Pues hasta que se te acabe"

Chan chaaaannnnnnn......

Yo hago mi "Cálculo Vital" que consiste en saber cuántas copas me tengo que dejar de beber para comprarla. Confirmo que son muchas. Entonces confío en que las Navidades están cerca y que mi padre es un ser mucho más razonable que mi madre en cuanto a lo de "gastar en la niña" se refiere. Tema zanjado. Colonia de diario. Que son 5 "flishes" al día? Nada.

Hablando de copas y de olores, tengo unos amigos bastante exquisitos que ahora sólo quieren ir a lugares donde las mujeres huelan a perfume. Claro que indagando un poco más, la exigencia se acompaña con que sean despampanantes y, a poder ser, les encuentren tremendamente graciosos y atractivos. La cosa se complica.

Con la proximidad de los 30, hombres y mujeres nos distanciamos. Unos tiran hacia abajo y otras hacia arriba. Es en estos casos cuando se convierte en una labor difícil coincidir en el sitio a donde ir. Porque aunque en los suyos si me dejo de tomar una copa ahorro el doble en mi "Cálculo Vital", en los míos la gente es más normal en cuanto a peso, guapura y estatura pero la música es mejor. Cuestión de prioridades.

Oler bien es importantísimo. Que se lo digan al "güey" de mi (antiguo) trabajo. Me comenta con el acento más mexicano que existe (que sí, que hablan como les imitamos) que qué preferiría: no tener de la rodilla para abajo o que el dedo índice te oliese a (y cito textualmente) "mierda pura, que no te lo pudieses lavar, ni tapar, ni nada y que nadie se te pudiese acercar"...yo digo que lo del dedo ni de coña y me contesta que mucha gente en el metro decidió conservar su pierna.

Y es que es inevitable oler. A veces lo haces inconscientemente, como en un abrazo que siempre va acompañado de una pequeña inspiración que te dice que estás con ese alguien. Olor a madre, a padre, a casa o a hermano...a no ser que este último lo que te de sea un abrazo de oso de los que te dejan sin respiración. Ahí temes por tu vida pero no hueles nada.

Y para terminar con el tema. Quiero hacer una mención a los anuncios de colonias. Porque hace poco recordé el de "En las distancias cortas es cuando una colonia de hombre se la juega...Brumel" o el clásico "Algún día, te arrebataré tu esencia! EGOISTA!!...Egoist, platinum, para el hombre"
Hay que darles las gracias por traernos cada Navidad a esos hombres y mujeres que te cuentan que en su micromundo de gente guapa y rica no hay crisis ni nada y que si te pones su colonia serás uno de ellos y vivirás feliz y olerás bien para siempre. Muy fan.

PD: Lo de que las cosas buenas vienen en frascos pequeños no excluye que las cosas normales vengan en bolsas de Zara, de Bimba etc...Eh?Señoraquecalceta-y-que-pretende-que-las-compras-de-Noviembre-cuenten-como-de-Reyes? que nos conocemos! Bultos pequeños y grandes el día 6 de Enero. En la variedad está el gusto.




 

 

QUÉ SERÁ SERÁ...


Y se acabó la Navidad...con todo lo que tenía que decir sobre ella. Lo resumo en que la reivindico y que a mí, a pesar de todo, me sigue encantando. Porque en Navidad volvemos a ser pequeños, volvemos a reunirnos, volvemos a emocionarnos y a despotricar, volvemos a tener pereza de fiestas y cansancio acumulado, volvemos a discutir, volvemos a beber como los peces en el río, volvemos a vernos, a felicitarnos, volvemos a las tradiciones que nos hacen ver que volvemos a un sitio conocido. A casa. Y volver, aunque sólo sea unos días en los que todo pasa, aunque sólo sea una noche en la que todo puede pasar "porque es Navidad", pues está muy bien. Porque volver mola. A ver si no de qué iban a seguir con el anuncio de Almendro o le iban a dedicar un tango tan genial.

A mí me sigue haciendo falta escuchar el discurso de Juancar mientras me arreglo para ir a cenar, sigo queriendo escuchar a Rafaelito diciéndome "Carmen, que viene Papa Noël!", sigo queriendo escuchar villancicos y ver las calles abarrotadas. Sigo criticando la decoración navideña (no puede ser tan difícil poner luces blancas y ya), me siguen gustando las palmas en el Concierto de 1º de Año, la comida en Casa de la Abuela (previa llamada de la máma advirtiéndome que es en unas horas) y los saltos de ski (así que ya me los están volviendo a poner en la 1. Aunque sean repetidos)

Y de la Navidad, sobre todo, me gustan los niños. Esos enanos flipados con esas caras indescriptibles que te recuerdan que un día tú también fuiste como ellos. Esos mismos pequeños que me encontré al ir a despedirme de Sor Carmen. Los que ahora corren con su uniforme azul por las escaleras del Niño Jesús de Praga como un día hice yo.

Allí estaban los hermanos ya no tan pequeños de mis compañeras. Allí había mucha gente. De todo tipo y condición. Muchas generaciones de vigueses que estudiaron por sus apuntes de lengua y vieron la mejor caligrafía que jamás existió. Y al ir a darle un abrazo a sus hermanas, sin querer, me emocioné. Porque vi a esas monjas que me riñeron, sonrieron, enseñaron y cuidaron durante tantos años, pero también vi a unas mujeres que dedicaron su vida a nosotros cuando éramos tan pequeños que no lo valorábamos... y las vi muy tristes. Sor Dolores me vio y sólo dijo "no llores". Pero por una vez no pude obedecerle.

Será que era Navidad y que en esta época estoy algo más sensible de lo normal...será que me gusta ese sentimiento extraño y casi impuesto que nos lleva a estar bien. O a intentarlo al menos. Por los demás. Por los que te rodean.

Será que me gusta que por unos días se mande la crisis, los problemas y las dudas "al carallo" y se brinde por un año que está por empezar y que, como una página en blanco, parece estar lleno de posibilidades. Será el turrón, será el champán...qué será, será...

Pero, así, sin darnos cuenta ya han pasado los 15 días que tienes para devolver un artículo. Ahora ya nos tenemos que quedar con el 2012. Nos guste o no. Año bisiesto, año olímpico, año de Eurocopa, se acaba el mundo...no será mucho?

 

 

 

 

LAS AUTORIDADES SANITARIAS ADVIERTEN QUE:

Las Navidades perjudican seriamente la salud.

El primer síntoma aparece cuando resulta que unas inocentes cañas-reencuentro-un-martes se transforman en unas no-tan-inocentes-copas a unas todavía-menos-inocentes-horas. Será el espíritu navideño que nos empuja a las calles para compartir con el resto de las gentes la felicidá, (á, á, á á) del regreso al hogar? Será que mis amigas tienen cuerpo de J? Qué será, será? La cuestión es que estaba en casa.

A continuación descubres que la señora que calceta ya no es tu madre, sino que es tu madre-navideña. Esto supone estrés. Mucho estrés. Porque resulta que en la comida del día 25 "somos 30, y yo el 24 trabajo, y no llega con dos solomillos, y hay que ir a buscar los centollos, y no cabemos!!!, y hay que mover los sofás, y si pongo a 18 en la mesa grande?y dónde coloco a los niños? y, claro, compré bandejas de tirar que son más cómodas y después cada uno se sirve su café"...preparar, elucubrar y conspirar para que servidora llegue tranquilamente a casa el día 23 a las 20:00 horas y se encuentre la mesa de Navidad ya puesta. meu deus!!

Y si resulta que esta noche es Noche Buena, saca la bota María que me voy a emborrachar. Pero si empezamos a las 2 de la tarde, malo. Cañismo, Ostrismo y felicitaciones. Ahí estábamos familiares y parientes varios compartiendo moluscos bívalvos. Alguno pidió una docena de ostras y le dieron 10, el mismo que ante mi preocupación por las toxinas me respondió: "ya que estás tómate 15, no pruebes una y vaya a ser la mala!" En fin, que en 4 horas había una cena y no se daba un duro porque ninguno llegase en condiciones.

Pero lo conseguimos. Y aunque venía la abuela, no hubo temor de Dios. Y los de siempre, los de antes, los del fondo norte comenzamos con los vítores, los brindis, los "oé, oé, oé", las servilletas por el aire y los cánticos varios que contagiaron al fondo sur de la mesa (ese en el que se sientan los señores importantes con sus respectivas Garcías Senra). Espantada general para beber un estupendo vaso de agua aderezado con un Neobrufén 600 y ya estamos listos para más. "por favor, solo os pido que mañana estéis decentes que tenemos comida en casa" "hombre jefe!! cuándo hemos fallado?" (silencio)

Noche Buena-Buena Noche. Se cambia la letra de sonrisas y lágrimas, se juega a password, se comentan las cenas, se advierte al hermano mayor que debe irse a casa pronto (caso omiso) y se nota que cae en jueves y que si el 25 es viernes y el 26 en Sábado...no hay más que decir....TRI-PLE-TE....que somos una ciudad de pecadores donde no se respeta ni el naciemiento del niño Jesús.

Navidad, resacosa Navidad...Había tráfico en mi salón. Y camina mirando al suelo no vayas a pisar a alguno de los pequeños seres que corretean por ahí. Mucha gente. Tanta gente. Mucha comida. Tanta comida. Y mucho niño. Tanto niño. Regalos, juguetes y el hermano del medio tiene la brillante idea que abrirles el Tragabolas que no hace nada de ruido...PUG LAMUG DE DIÉ!!!

Pero qué bonito...noto que me hago mayor viéndolos a ellos, a la siguiente generación, que qué riquiños que son!! Navidad es un día al año y aunque agotador, son los vídeos que hago este día los que me emocionan cuando estoy sola y lejos. Tengo una gran familia y da gusto.

Luego toca la parte materialista de las fiestas. Qué me gusta a mi abrir regalos eh? La señora que calceta ya no espera a que vengan los tres tipos de Oriente. Poca magia queda ya en el 112 de García Barbón. Pero estoy más contenta que un niño con zapatos nuevos (y es que cayeron varios pares) además de trapitos varios. Sin embargo uno de los presentes que más estoy utilizando vino de rebote. A la tía Toya le indignó que se lo diese su señor marido, pues a éste se lo habían regalado a su vez. Parece que es una de esos que van de mano en mano y nadie quiere hasta que llego yo y digo "pero si es la bomba". A ver, es una de esas mesas para portátiles con cojín por debajo (y con asa y todo), que a mi me viene estupendamente para no quemarme las rodillas. Estoy encantada con mi regalo de rebote. GRACIAS TÍO JACOBO!!

Cuánto llevo escribiendo?? pero qué día es??para tanto han dado ya estas fiestas??pero si queda muchísimo!!!

En fin. En próximas entregas veremos si la que escribe llega al 2010 (porque me temo que a este ritmo no voy a durar mucho), si los apuntes empiezan a subrayarse solos y si mi padre me deshereda por "maricona playera".

Vivan las vacaciones!!!. Viva Vigo, su noche y sus gentes!! Viva la Navidad!

VIAJE CON NOSOTROS

Volver a casa (como el turrón) gracias a estas blancas Navidades, se está convirtiendo en una odisea.

La mía en particular comenzó a las 5 de la tarde del domingo 20 de Diciembre. Cuando logré juntar fuerzas para hacer la maleta. Cuando me engañé a mi misma y dejé la maleta naranja (de tamaño medio) a un lado, escogiendo en su lugar la maleta negra de tamaño descomunal (tanto como la azul que en teoría está vetada). Cuando por fin estaba todo dentro y yo lista para partir, me entró el canguelo por no llegar a tiempo. Taxi al canto.

Lo primero que leo sobre mi vuelo "autochecking". Mal rollo. No tengo el código. Bueno rollo, un tipo majísimo me lo da sin problema y el de facturación me pasa el muerto que arrastro con coña incluida acerca del peso. Todo marcha. Y aún por encima tengo un poco de batería en el ordenador para matar el rato hasta embarcar.

Pobre ilusa. La puerta no estaba indicada y la hora se acercaba. Y de pronto unas letras rojas (mal augurio): cambio de hora 23:50...CÓMO? .2 horas de retraso dan para comprarse el Hola, ir al McDonalds, escuchar la radio y agotar la vida del portátil.

Nueva hora!!: 23:44. Recórrete toda la T-4 a paso ligero, llega a la nueva puerta y date cuenta de que sólo te queda un trozo de la tarjeta de embarque..Observo el panorama y comprobando que hay bastante gente en mi situación por lo que será un avión entrañable, me dirijo a Atención al Cliente y consigo que me reimpriman el papelito en cuestión. Pero me entero que nos han mentido y que la hora aproximada de salida son las 00:30, con mueca de pena incluída por parte de la muchacha.

Voy al final de la cola que ya se había formado (algo que nunca me explico, parece que a la gente le gusta esperar de pie) y les informo de la buena nueva. Se disuelve la cola. Y pasan los minutos. Y ante el aburrimiento, los comentarios ajenos me entretienen. Sobre todo cuando vienen de un grupo de teenagers. Y siguen pasando los minutos. Y surge un rumor. Rumor con cierta lógica pero rumor al fin y al cabo: la posibilidad de que nos lleven a Santiago. No, no, no. Me niego. Tercera llamada del hogar. Tercer "todavía no sé cuándo embarcamos". Y un anuncio: "les informamos que el vuelo con destino, Vigo...aterrizará en Vigo"...aplausos y vítores, ante lo cual me dispongo a investigar la tropa con la que voy a compartir avión. Mucha gente. Mucha. Mucho niño de diversos tamaños...en fin...parece que ahora sí que sí...EMBARCAMOS!!

"por favor las filas de la 20 a la 30 primero"...señoras a mi lado "Loli, tenemos el 8, seguro que no nos dejan"...PUES CLARO QUE NO LE VAN A DEJAR! QUÉ ANSIA POR DIOS!! de verdad que no entiendo nada. Se supone que es por el bien de todos, pero la gente cuando viaja se transforma. Sobre todo si se hace de noche y quiere llegar a casa.

Por fin entro y me dirijo a mi fila. La última. Pero "oh sorpresa, oh dolor", había atasco. De verdad no puede ser tan difícil. No puede!! y tú, que eres de la 16 qué haces sentado!!, y usted en la 14! Sólo quiero sentarme y dormir.

Avión hasta la bandera y señora a mi vera que cuando empieza la cinta sobre la seguridad repite bien alto: "ATENCIÓN, ATENCIÓN"...bajo la vista. Mal rollo.

Disculpas del piloto y parece que despegamos: 00:50. Nunca lo paso mal en los aviones (me he tragado eso de que es el medio de transporte más seguro y además siempre pienso "fijo que nos estrellamos" y cuántas son las posibilidades de que habiéndolo pensado se haga realidad? muy pocas. muy, muy pocas), es más, siempre me duermo...pero ayer no. Porque nos sumergimos en medio de la B gigante que aparece en los mapas del tiempo. Tormenta continua y turbulencias. Muchas. Alguna con mininfarto incluido. Y el panorama que me rodeaba no era muy tranquilizador. Varios llantos, a cada movimiento brusco un "mamá" de la niña de delante, el número de gente abanicándose en aumento, señora rezando en alto a un lado y chaval francés con bigote incipiente, vomitando al otro. VIVA!!!

Veo las luces de Vigo y por fin aterrizamos. No hubo aplausos (los esperaba)...el comandante "esperamos volver a verles"..algún que otro"ja!" y la azafata: "respiren señores"...y acto seguido se pone a recordar con su compañero las peores experiencias vividas. Pug lamug de dié!!!es que nunca voy a llegar a mi casa?...no.

Porque si la gente entrando en el avión es pesada, saliendo lo es aún más. Y una madre apresurada con un bebé que no medía más de dos palmos, se empeñó en salir ella antes que los del final. Y baja la silla, y te paso a la niña, y devuélvemela, ahora la maleta, el plástico protector, espera cógela otra vez...por favooooooor!!! y todo para tener que detenerse a la salida a por la sillita...de verdad...mi ira iba en aumento, pero el final se aproximaba...o eso creía yo.

Las maletas salieron rápido (como para no, éramos el último vuelo de un aeropuerto que tenía que estar cerrado hace 2 horas), pero la gente se volvió LO-CA. Si no había hasta 3 filas de gente pegada a la cinta, no había ninguna. NO SE VEÍAN LAS MALETAS!!!NO TE DEJABAN COGERLAS!!!...vi la mía pasar ante mis ojos, con la impotencia de alargar el brazo y no llegar porque 4 personas me lo impidieron y a ninguna se le ocurrió echarme una mano. La masa quería irse y se perdieron las formas, la coherencia y el sentido común...veo hacia atrás y allí están las madres con sus niños dormidos. Muy triste.

Me voy: 2:40.Y Vigo me recibe con lluvia. Y veo a la gente correr. Claro, ni un taxi. Y nuevamente soy la última de la fila. Canto "insurrección" para mis adentros mientras llegan los primeros efectivos. Gente muy desesperada, agua cayendo de las tuberías del parking formando un riachuelo que resuena debido al silencio reinante, algún buen samaritano con cara de dormido que viene a recoger al ser querido (la novia)...siguen llegando taxis que nos advierten "ahora suben más, es que nos pilló desprevenidos"...y yo mientras, juego a expulsar vaho por la boca como cuando era pequeña.

Pero llegué. Tarde, pero llegué. 7 horas después de haber salido. Pero llegué. Vuelta al hogar y las fiestas de los villancicos por delante. bien!