PER FUMÉ

Lo de los olores es un tema importante de narices (bien, empezamos bien)

Pero es cierto. Hay olores que nos transportan a lugares y tiempos lejanos, evocan momentos agradables y reconfortantes...otros en cambio te hacen descender a los infiernos y ponen tu estómago del revés.

No nos vamos a centrar en estos. Todos hemos entrado a un baño después de que alguien despidiese un amigo del interior. Todos tenemos algún hermano cerdo que utiliza sus bombas de humo para darse a la fuga dejando al enemigo K.O. Todos hemos entrado en un cuarto con seres destilando la noche anterior. Todos hemos pasado por callejones inmundos donde solo hombres sin ningún amor por las suelas de sus zapatos pueden ir una y otra vez a responder a la llamada de la naturaleza.

Hoy me quiero centrar en esos olores que nos autoimponemos. Como si te dejasen escoger tu nombre, llega un día en que escoges tu olor.

Yo hasta hace poco era de Gotas de Oro. Y seguiré siendo toda mi vida, porque es como el Celta, el equipo de casa. Ese bote gigante de cristal indestructible (lo digo por experiencia) reina en los baños de mi hogar como en otros lo hace la clásica Álvarez Gómez (que sería como el Depor...y ya vale de símiles deportivos).
En un afán por que no me capturasen los olores de la noche...hablo de cuando se fumaba en los bares...no, ahora en serio, os acordáis cuando se fumaba en los bares? Os acordáis cuando el las fotos salía una cortina de humo? Os acordáis cuando se iba con la cámara en el bolso? Bueno pues quien compartía bolso-maleta con esta última (y con otras muchas cosas) era un pequeño frasco de colonia.
- Nenuco? me decían, y yo tenía que contestar defendiendo el cursi nombre de mi colonia-de-casa. A veces me cansaba y contestaba que sí. Pero Gotas de Oro es mejor, que quede clarito. Y siempre la defenderé. Menos cuando maldigo su nombre, o mejor dicho, el mío, al comprobar que se me ha vuelto a abrir el frasco inundando el bolso. Cosa que ocurre muchas veces. Pero muchas.

Lo que pasa es que llega un momento en que mi madre pretende que me convierta en una mujer de bien y me da a probar alguno de sus perfumes. Entonces ya entramos en palabras mayores.
Porque el perfume es cosa de mayores. No es "tu primera colonia, Chispas", es una decisión difícil. Después de varios intentos, hay una que me convence.

El problema viene cuando tras ponerme la miel en los labios, después incluso de regalarme un bote...cuando bajo del tren después de un largo viaje y me dice que qué bien huelo aún y yo le cuento lo mucho que me gusta, cuantísimo dura y lo mucho que me la pongo...me viene con que "no es una colonia de diario".
Pero vamos a ver, señora. No puede ser. Ahora qué hacemos?
- Pues yo me la pongo todos los días.
- Pero Carmen, es muy cara.
- Pero mamá qué precio tiene el oler bien. Eh? Ponle un precio!! Te lo diré: No lo tiene.

Entonces observo cómo la señora que calceta se va por el pasillo a carcajadas... soltando un último y definitivo "Pues hasta que se te acabe"

Chan chaaaannnnnnn......

Yo hago mi "Cálculo Vital" que consiste en saber cuántas copas me tengo que dejar de beber para comprarla. Confirmo que son muchas. Entonces confío en que las Navidades están cerca y que mi padre es un ser mucho más razonable que mi madre en cuanto a lo de "gastar en la niña" se refiere. Tema zanjado. Colonia de diario. Que son 5 "flishes" al día? Nada.

Hablando de copas y de olores, tengo unos amigos bastante exquisitos que ahora sólo quieren ir a lugares donde las mujeres huelan a perfume. Claro que indagando un poco más, la exigencia se acompaña con que sean despampanantes y, a poder ser, les encuentren tremendamente graciosos y atractivos. La cosa se complica.

Con la proximidad de los 30, hombres y mujeres nos distanciamos. Unos tiran hacia abajo y otras hacia arriba. Es en estos casos cuando se convierte en una labor difícil coincidir en el sitio a donde ir. Porque aunque en los suyos si me dejo de tomar una copa ahorro el doble en mi "Cálculo Vital", en los míos la gente es más normal en cuanto a peso, guapura y estatura pero la música es mejor. Cuestión de prioridades.

Oler bien es importantísimo. Que se lo digan al "güey" de mi (antiguo) trabajo. Me comenta con el acento más mexicano que existe (que sí, que hablan como les imitamos) que qué preferiría: no tener de la rodilla para abajo o que el dedo índice te oliese a (y cito textualmente) "mierda pura, que no te lo pudieses lavar, ni tapar, ni nada y que nadie se te pudiese acercar"...yo digo que lo del dedo ni de coña y me contesta que mucha gente en el metro decidió conservar su pierna.

Y es que es inevitable oler. A veces lo haces inconscientemente, como en un abrazo que siempre va acompañado de una pequeña inspiración que te dice que estás con ese alguien. Olor a madre, a padre, a casa o a hermano...a no ser que este último lo que te de sea un abrazo de oso de los que te dejan sin respiración. Ahí temes por tu vida pero no hueles nada.

Y para terminar con el tema. Quiero hacer una mención a los anuncios de colonias. Porque hace poco recordé el de "En las distancias cortas es cuando una colonia de hombre se la juega...Brumel" o el clásico "Algún día, te arrebataré tu esencia! EGOISTA!!...Egoist, platinum, para el hombre"
Hay que darles las gracias por traernos cada Navidad a esos hombres y mujeres que te cuentan que en su micromundo de gente guapa y rica no hay crisis ni nada y que si te pones su colonia serás uno de ellos y vivirás feliz y olerás bien para siempre. Muy fan.

PD: Lo de que las cosas buenas vienen en frascos pequeños no excluye que las cosas normales vengan en bolsas de Zara, de Bimba etc...Eh?Señoraquecalceta-y-que-pretende-que-las-compras-de-Noviembre-cuenten-como-de-Reyes? que nos conocemos! Bultos pequeños y grandes el día 6 de Enero. En la variedad está el gusto.