DE POR QUÉ SOY UNAPIRANHA

Mucha gente me ha preguntado de dónde viene lo de ser una Piraña. Muchas veces he tenido que explicar que sí, que yo estaba gorda pero no, no tanto como el personaje de Verano Azul.
Hoy, en el día de mi onomástica, creo que es un buen momento para explicarlo aquí.

Mi nombre completo es Carmen González García (premio al que ponga los apellidos en orden) Es un nombre con el que he aprendido a vivir, que no me convencía mucho pero que ahora me encanta. Aunque, como explico en esta entrada de hace ya 5 años (mi maaaadre) casi nadie me llama Carmen. La última variante: Carma, en catalá. 

Corría el año…91 pongamos. El jefe por aquel entonces sólo era “papá”, un cuarentón que ya llevaba gafas oscuras. A menudo me pedía que fuese al sofá con él y me tumbaba encima de los cojines del respaldo. Y ahí cabía yo. Debía ser bastante pequeña. De vez en cuando se “cegaba” y me daba un poco de miedo. Mi padre siempre ha sido, como ya lo fuera el suyo, muy de poner motes y muy de insultar. Cariñosamente, pero insultar. “Choriza” “Pirata de la peor especie” o “Maricalla” están entre sus preferidos. Mi madre es “La Garci” y yo era su “Princesita”.

Cualquiera que me conozca sabe que yo de esto tengo más bien poco. Bien, pues de pequeña mucho menos. Un día me harté. Supongo que coincidiría con la época en que quería dormir solo con la parte de abajo del pijama como mis hermanos y pedía coches teledirigidos el día de mi santo. Uno de esos días me revelé y la conversación fue tal que así:

- Papá, no quiero que me llames Princesita
- Y cómo quieres que te llame entonces?
- Nécora
- ¿Nécora? No…mejor Piraña

Y Piraña se quedó. Pira para los amigos. Piraña a gritos cuando llamaban al fijo de casa con el consecuente partimiento de risa al otro lado del hilo telefónico. Piranha con “nh” en lugar de “ñ” cuando llegó la época de hacerse 2.0 y abrirse un fotolog, que luego fue un blog, un twitter, instagram y hasta esta web.

Unapiranha es mi firma. En la del DNI hago un garabato que pone Carmen y que tengo que explicar de cada vez que voy a renovarlo. Pero unapiranha es la que escribe, dibuja y, ahora, firma trabajos de persona mayor. A veces hasta los cobra.

Pero lo de firmar los dibujos es algo que se me olvida. Hace algo más de un año, estaba en el trabajo un poco deprimida y reparé en la pobre flamenca del WhatsApp que siempre tenia que esta contenta. Y pensé que era injusto. Que seguro que ella también tiene un mal día, de esos en los que tienes que irte al baño a llorar desconsoladamente. No sé bien cómo ni por qué llegó a una presentadora del telediario y al tuitearlo tuvo una gran respuesta. 

Pero estaba sin firmar. Así que nadie sabe que lo hice yo. Lo cierto es que los dibujos, una vez los acabo, ya no los siento como míos. Yo lo que quiero es sacármelos de la cabeza cuanto antes. Porque me gusta que estén por ahí. Que los vea la gente y que les gusten. En cualquier actividad creativa como la ilustración, la pintura, la fotografía o la escritura, lo que quieres es compartir algo con los demás, expresar algo con ello y que la gente se sienta identificada. Quieres gustar. 

Ahora cada vez que me olvido de firmar algo tengo un par de comentarios sarcásticos del estilo “sin firma! qué bien, me lo copio!” Pero copiar es fácil. Con y sin firma. Todos nos inspiramos en algo anterior. Lo que hay que tener es un estilo definido y conseguir que la gente no quiera imitaciones. Es muy difícil. Pero es a lo que se debe aspirar.

A mí me gusta que guste lo que hago. Con o sin firma. Y cada vez que alguien me dice que ha visto la flamenca en algún sitio, yo me alegro. Mucho.

Aún así, procuraré firmar. Más que nada por eso de que hay que comer y pagar el alquiler. Y lo haré como unapiranha. Con una raspa de pescado debajo que ha sido la última incorporación. Después de muchos años dándole vueltas, ahora tengo hasta logo!

Mi madre siempre me recuerda que “Parece mentira que aquel mote se haya convertido en tu firma” y acto seguido el señor de gafas oscuras salta con “Pero di la verdad, Piraña, quien te dio la idea de la espina eh? La voracidad de una Piraña? Yo es que soy un monstruo. Me río de los creativos”

Pues eso. Que quise ser una Nécora pero me quedé en Piraña.

Aquellos días rebeldes...

Aquellos días rebeldes...


MI NOMBRE ES CARMEN

Así aparece en mi partida de nacimiento. Carmen. Pero pocas son las personas que me llaman así. Todas las variantes son posibles: Carmiña, Carmele, Carmenchu, Menchu, Mench, Car, Carmencita, Cars...Sin olvidarnos de los motes: Piraña, Pira, Piri, Piroño, Pirañoak...

No es que me moleste. Sé que todos son con cariño, pero mi nombre es Carmen. (Cochehombres según el traductor de Google)

Hola, me llamo Carmen González García y soy una Anónima Anónima (hola Carmen). Cuánta envidia me dan los apellidos peculiares. No sé la cantidad de personas que pueden tener mis apellidos y mi nombre pero creo que se podría fundar una ciudad con gente con mi idéntica identidad. Ya que los tengo populares, pongo los dos cuando tengo ocasión. Hasta para firmar los cuadros...que no se diga que me olvido de ninguna de las familias.

En la parte González precisamente, mi abuela nos regala siempre por los santos y no por los cumpleaños. Así que tal día como hoy desde que tengo uso de razón recibo presentes que me alegran el verano. El primer flik flak con correa roja, el coche teledirigido que llegó por Seur a Jaca...no tengo ningún mérito, fueron mis padres los que me pusieron este bendito nombrepero tampoco lo tiene el nacer un día u otro.

El problema de una familia grande es que los nombres se repiten. El problema de una familia grande y poco original es que nos pasamos 15 días felicitando santos: Cármenes, Cristinas, Martas, Santiagos, Celsos, Anas...la operación bikini se va al traste con tanta invitación a pastelitos.

Yo de santa tengo más bien poco. Pero la Virgen que me ha tocado me gusta mucho. Es la patrona de los marineros y en una villa costera como es Vigo, es un día muy celebrado. Los barcos salen en procesión y se canta la Salve Marinera que mi madre se empeña en entonar cual sirena de los mares.

La idea que tengo de esta señora Carmen, es la de la talla que hay en la Iglesia de Baiona. He de decir que las caras de los marineros medio ahogados a sus pies me daba bastante miedo. Creo que hay un poco de sadismo en estas imágenes...pero bueno...es la Virgen...se le perdona todo no? Aunque de pequeña no podía evitar pensar..."Por qué no los salvas mujer...que te lo están pidiendo!!" Luego te das cuenta de que la cosa no funciona así. Pero mi abuela le sigue rezando por nosotros (que nos debe ver algo perdidos la mujer) y yo se lo agradezco enormemente. La ayuda divina nunca está de más.

Como ya dije mi nombre no es gran cosa. No es de esos que marcan. La señora que calceta siempre me consuela con el mismo ejemplo "mira Felipe González, el nombre lo hace la persona" Yo creo que un apellido poco común tiene sus ventajas. En el colegio, por ejemplo, todos se llamaban por él, y aunque sólo éramos 4 niñas en clase, había un profesor empeñado en llamarme "González" Varias veces tenía que repetirlo hasta que me daba cuenta que se dirigía a mi.

Puede que el nombre no sea tan importante como creo. Al final contesto a todo. Hasta a todas esas personas empeñadas en llamarme María. Que no!! que noooo!! que soy Carmen "a secas" (y ahí viene el chiste, "ah! hola Carmen a Seacas") Maricarmen es la señora que calceta, mal que le pese. Se empeñó en usurparme el nombre y a mi me colocaron el correspondiente Carmencita...pero como ya dije, me da igual. Contesto a los "rata" o "zorrupia" de mi hermano, no voy a hacerlo a eso. Soy una "nameless"...pero hay cosas peores.

En fin. Que mi nombre es Carmen González, tú mataste a mi padre, prepárate a morir.