Cuando me vienen a la mente malos momentos, cuando me acuerdo de situaciones incómodas, cuando me asaltan las dudas, inconscientemente, casi como un acto reflejo, escribo mi nombre.
No hace que se borren, no me reconforta ni me hace sentir mejor pero a menudo vuelvo a hacerlo. Y repito mi firma una y otra vez.
Luego, como si despertara de una ensoñación, veo el resultado. Y no me dice nada.
Y no es nada.
Es sólo mi nombre.
Y sin embargo sigo haciéndolo.
Y cada vez que veo esas páginas de apuntes, de libros, esas hojas de sucio con mi nombre en ellas, sé que hubo un momento de dudas. No creo que sirva de nada porque me hace recordar cuánto dudo y últimamente es mucho.
Y sin embargo sigo haciéndolo.
CARMEN
CARMEN
CARMEN
CARMEN
CARMEN
CARMEN
EGOCÉNTRICA!!
Qué negativa me pongo! También canto todo el día “somos jóvenes amor…somos jóvenes tú y yo…” y no digo nada…