Resulta raro estar escribiendo esto contigo todavía presente.
Y es que son ya tantas noches las que hemos pasado juntos y tantas que nos quedan por pasar...
En cierto modo te odio. Por lo que digo, por lo que hago en tu presencia y de lo que luego reniego. Porque te encanta dejarme en ridículo, disfrutas oyéndome hablar sin parar. Diciendo cosas sin mucho sentido. No te rías, es cierto! Te defiendes diciendo que sin ti no me atrevería a hacer o decir la mayoría de las cosas y no lo niego. Pero a qué precio?
Al día siguiente tu solo recuerdo me repugna.
No eres un buen amigo aunque te empeñes. Aunque me lo hagas pasar como una enana, un buen amigo no me haría sentir así.
Pero soy fácil de convencer y mi perdón es demasiado precipitado.
Soy débil. Estoy escribiendo esto sin que hayas desaparecido con el sueño y ya te estoy odiando. Y a la vez recordando todo lo que me has hecho pasar con una inevitable sonrisa.
Cómo lo harás?
Después de engullir un Only pollo, me voy a la cama despidiéndome de ti. Sabiendo que mañana te recordaré.
Y tanto que te recordaré
Tus trastadas, tus enredos que se convierten en el blanco de todas las miradas, de todos los problemas, de todas las anécdotas.
Desayunaré con Neobrufen, que es uno de esos que no te fallan.
Pero querido, de sobra sabemos que tú no quieres ser uno de los buenos.
Tú y yo sabemos que por mucho tiempo seguiremos siendo enemigos íntimos.
6 y pico a.m. (y mi padre pululando por la casa…)
Y aunque sólo sea por el mérito que tiene ponerse a escribir al llegar, se lo debo a mi yo de ayer. Auque me haya dejado en estado vegetativo después de pasar la noche con él y a riesgo de parecer una alcohólica que no es el caso.
Y como no quiero poner una de las muchísimas fotos que constatan que sacar una cámara por la noche no es buena idea, pongo a Britney, al más puro estilo hit me baby one more time…cuando no era calva, ni madre.