EL BINGO ES CORRECTO(R)

Ahora tengo iPhone. Ahora ya no puedo no tener iPhone.

El mundo es distinto. Los pocos ratos muertos que quedaban cuando no había un ordenador, una revista o un libro a mano, han pasado a mejor vida. No hay tiempo que perder. No queda. Compraría tiempo para perder...con lo divertido que es perder el tiempo por favor! No así perder cosas eh? que es un disgusto muy grande, que lo sé yo. Y mi padre también. Y la chica de la tienda de móviles también, así que le aconsejó que me hiciese un seguro y el señor de gafas oscuras, con buen criterio y conocimiento de su hija apreciada pero algo despistada, accedió.

El iPhone junto con el iPod y el Macbook me convierte en iPiraña y consecuentemente en iProcrastinante.

No tengo ninguna pega. Todo son maravillas en este macravilloso mundo de la modernez y la tontería. Pero tengo que decir que el corrector es una Trampa Mortal. El mundo se divide en dos clases de personas (Esto ya lo he dicho muchas veces) Bien, pues aquí tenemos a los que quitan el corrector, por lo tanto abrevian y no ponen ni una tilde y a los que lo conservan y, como yo, tardan un tiempo en volver a escribir correctamente. Porque tú qué prefieres, que te acentúe palabras acabadas de -ción o que cada vez que te rías en vez de jajaja ponga jamabais? eh? Dilema.

El corrector del iPhone es muy listo, esto no lo niego. Aprendió a poner riquiño y besiño en seguida, que son dos cosas de las que yo abuso bastante. Pero no tengo paciencia para enseñarle y así me veo metida en conversaciones de besugos y varios "???" por parte de mi interlocutor.

Si quiero preguntar si voy cenada a casa de Elena y me corrige y me dice que si voy cebada, pues claro...se malinterpretan las cosas. Si de cada vez que quiero llamar parvo a alguien primero escribe parco, pues no es lo mismo. El iPhone es muy listo, pero a veces se pasa de listo. Como también se pasa de correcto. Porque se ponga como se ponga es mucho más habitual que alguien cague o se cague a que alguien cave. Yo no cavo nunca y sin embargo me cago en muchas cosas a lo largo del día. En el corrector del iPhone varias veces sin ir más lejos. Mis amigos mexicanos se cagaban todavía en más cosas que los españoles. Se cagaban de frío, de sueño y hasta de hambre, lo cual no deja de resultar bastante incongruente.

En fin que estamos trabajando en ello...pero mientras tanto jamabais es el nuevo jajaja.