Hay cosas que te llenan. Como cuando Luis Aragonés decía que estaba “lleno” después de ganar la Eurocopa, aunque no se le notase. Pues igual. Lo que pasa es que a mí se me nota.
Se me nota que estoy realmente impresionada con la cantidad de gente que se acordó de que hace unos cuantos años, exactamente 22, llegaba yo a este mundo con ayuda de mi madre y a los ojos de mi tía María Teresa.
Si bien es cierto que inventos pasa-horas-en-el-trabajo-o-de-exámenes como Facebook o Tuenti ayudaron, no le quitan ni un poco de ilusión a todos y cada uno de los mensajes y llamadas recibidas.
Comes con la familia y pides una tarta de chocolate de tal densidad y consistencia que no puedes terminar.
Vuelves a casa, lees una novela que te está rechiflando y sigues viendo la serie que te tiene enganchada y de la que tienes un montón de capítulos. Y sigues recibiendo llamadas y mensajes de gentes que no esperas. Y más llamadas.
Y una de ellas es para decirte “Unas cañas para celebrarlo no?”…claro!
Y te tomas una caña, te ríes un rato y piensas en los 22. En los dichosos 2 patitos. Y los consideras una edad estupenda para empezar a ser mayor, pero mayor de verdad.
Entonces “Por qué no vamos a casa de Rebe que está sola?”…se me olvidó el móvil en casa, ahora os salgo ahí!
Alóó!! Guirnalda de feliz cumpleaños, matasuegras y una atropellada versión del cumpleaaaaaños feeeliz…jajajaja
"Niiiiiiiiiiiñassss, no me lo creeeeooo, pero qué riquiiiiñasss"…risas, risas, "ohhh pero quéee guayyy….graaaaacias!!"
Que si globos con mensajes , que si corona de cumpleañera, que si regalo, que si tarjeta con poesía, que si vino, que si champán, que si brindis, que si Feliz 2009!!...risas, risas y más risas…
GRACIAS, GRACIAS Y MÁS GRACIAS. Si esto es hacerse mayor, empezamos con muy buen pie.