Hay algo que a ningún ser humano se le puede quitar, su derecho a quejarse sobre el tiempo.
Si hace malo porque hace malo, si hace calor "A ver cuanto dura que esto tampoco es el sur" Y es que en época estival el 50% de las conversaciones que se tienen giran en torno al tiempo. "Hoy a la playa" "hará frío? " "ayer una noche buenísima, no me tuve que poner la chaqueta" "pues Vigo era un horno" "me dijo mi madre que esta ola de calor iba a durar hasta el miércoles"...
Pero lejos de ser un tema supérfluo, de la típica conversación de ascensor, de rotura de hielo o simplemente de hablar por hablar, puede dar mucho más de sí de lo que en principio aparenta llegando a protagonizar auténticos debates. Porque una de las cosas que el verano resucita en nosotros (además de la culpabilidad por saltarse a la torera la operación bikini) es el meteorólogo que todos llevamos dentro "que sí, que hoy abre" "que no, que no ves que sopla sur" "que mañana llueve que lo dijeron en la uno" "pues en la gallega había un solazo encima de Vigo" (y Pemán...es mucho Pemán) La cuestión es que al final del día has escuchado unos 5 partes distintos.
Y ello contribuye a engrosar mis terribles dudas y mis "por si acasos" a la hora de hacer la bolsa para ir a Baiona. Así no se puede hombre.
Conclusión: el tiempo va a seguir haciendo lo que le de la gana por mucho que nos quejemos. Así que más nos valdría cambiar de tema y discutir sobre cosas que sí están en nuestras manos cambiar como el hambre en África, la guerra de Irak, el conflicto en Israel... (y esto lo digo desde mi nuevo ordenador, con planes para ir de compras y salir esta noche, a quién voy a engañar?)