Qué triste que sea un anuncio de Coca-cola el que me haga reflexionar (reconociendo que son de los mejores pero todavía no han conseguido convencer a mis papilas gustativas por lo que sigue sin gustarme)
Y es que pillé a medias el último, en el que unos tipos recuerdan cosas que marcaron su generación. Y me hace pensar en la mía, en los nacidos en los 80. En medio de mucha movida, mucho cambio, mucha ropa rota, mucho cardado de pelo y sobre todo, mucha buena música española. Porque sí, me llamo Carmen y me gusta la música española de los 80 (hola Carmen)
Y aunque en un principio pensaba enumerar todo tipo de series, programas, personajes, juguetes y frases que marcaron mi generación (que algún día haré) en un giro inesperado de los acontecimientos, me voy a centrar en la música porque ella se lo merece.
Pero es que no puedo parar de pensar cuánto habría disfrutado en aquella época y nada menos que en Vigo! que no es que me queje del Vigo actual, que me encanta, pero por aquel entonces todo era nuevo, se tenía la ilusión de cuando lo mejor está por llegar, la ilusión de estar viendo empezar algo grande y se experimentaba. La ciudad vivía, salía y crecía al son de Os resentidos, Golpes Bajos, Aerolíneas Federales o Siniestro Total.
Se respiraba diversión, ingenuidad y optimismo. El color desbordante después de un largo periodo en blanco y negro se le atragantó a toda una generación, para la cual el tiempo en el que ves ir cayendo uno a uno a los de tu alrededor, se adelantó muchos años.
Pero nos dejaron su música que va desde el absurdo a la canción protesta, pasando por esos ritmos a los que sólo se les puede denominar “ochentenos”. No puedo evitar escuchar “Maquillaje” o “No me beses en los labios” sin hacer el tonto delante del espejo o decir casi involuntariamente en voz alta “A matanza do porco, Galicia caníbal” o bailar por la calle asintiendo con la cabeza al ritmo de “Bailaré sobre tu tumba”, reírme con “Opera tu fimosis” y tener morriña con “Miña terra galega” como tampoco podré evitar emocionarme cada vez que escuche “Ni tú ni nadie”convencida de que es un himno para esta generación.
Porque es lo que nos dejaron, el recuerdo de una época en la que se vivió mucho y muy deprisa y un mensaje de ilusión, vitalidad y creer que se puede. Y dado que soy joven y todavía se me permite soñar un poco antes de que los años me den una buena ración de realismo, me apetece creérmelo.
En la foto, mi tío Manu, un Beatlemaníaco convencido que a sus 60 años sigue en los escenarios. Y a mí me encanta fardar tío con grupo: La Comisaría, muy grandes.