Es normal que los hermanos se odien a determinadas edades. Que se peguen, que se insulten.
Es natural que con el paso del tiempo lleguen a quererse de verdad y no porque tengan que hacerlo.
Es habitual que se conviertan en el mejor apoyo, más cercano, quizá, al que ofrecen los padres.
Es lógico que se conviertan en personas imprescindibles en la vida de uno.
Lo que no es ni habitual, ni normal, ni lógico, ni mucho menos natural, es que vaya a hacer 6 meses que no veo a mi hermano y tendrán que pasar otros 6 para coincidir (aunque esta vez, parece que serán algo más de 6 días) Un año sin verte si nadie lo remedia.
Confiaba en que pudieseis venir en Navidad.
Y si ya se me saltan las lágrimas ahora, no quiero ni pensar en Noche Buena, Navidad, Fin de Año, Reyes...
No va a ser lo mismo.
Tu hermana pequeña, con la que te sigues peleando al minuto de llegar. Te quiere y te echa muchísimo de menos.