MAPAS

Decían los Siniestro Total que quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos.
Yo me pregunto dónde estamos. Dónde estamos hoy. El futuro está ahí. Pero lo malo del futuro es que cuando llega deja de serlo. 

"¿Qué vas a hacer hoy?" decían unas letras de cartón que colgaban en mi salón de Donoso Cortés y ahora siguen en San Bernardo aunque por poco tiempo. "No lo sé" no vale como respuesta. Me lo reprochó el otro día el señor de gafas oscuras. "No lo sé" no vale. Puedes no saber lo que va a venir. Pero tienes que saber qué es lo que quieres. 

Se preguntaba el protagonista de Boyhood cuando estaba próximo a su ingreso en la universidad, con todas esas dudas monumentales de esos instantes, con todo por descubrir "Estaré tomando la decisión correcta?" "Es esto lo que quiero para el resto de mi vida?" Cómo vas a saberlo chaval!? Seguramente no lo sepas nunca. Estás aquí para vivir. Y para intentar ser feliz. Para disfrutar. Para sentir. Para experimentar. Y para sufrir también...porque la vida es así. A veces muy injusta. Pero la mayor aventura que te puede suceder. Siempre recuerdo estas palabras de mi abuela Pita cuando me da por escribir sobre el tiempo y el espacio. Estamos aquí para conectarnos con otros. Y es que sólo a través del reflejo en los demás sabemos que estamos vivos. 

Conexiones. Todo se trata de eso. Como si de líneas de metro se tratase.

Me gustan los mapas de metro. Y los mapas en general. Porque suponen una representación de la realidad. Dibujarla, transformarla. En realidad no hay ninguna línea divisoria y los ríos nos son siempre azules. Dónde están las fronteras? Dónde empieza y dónde acaba un país? Dónde empiezo y dónde acabo yo? Dónde empieza y dónde acaba mi libertad de pensamiento...y de movimiento? 

Me gustan los "Usted está aquí" que contestan a mi pregunta. Ojalá los hubiera en la vida también. Gracias por enseñarme las direcciones y dónde acabaré si cojo esta ruta u otra. Me gusta la metáfora de los metros que pasan. No por eso de que pasan y si lo pierdes ya no vuelve nunca más, sino porque todos van a dar al mismo lugar. Aunque cojas otro tren y otro vagón en el que que habrá otra gente...acabas llegando a tu destino. Puede que ahí esté una de esas personas que te vayan a hacer la vida más fácil. Puede que no, que sea un jefe cabrón y quieras cambiar de vagón. Puede que en uno de esos intercambiadores en los que parece que desciendes a los infiernos como el de Cuatro Caminos, seas consciente de toda a tierra que tienes encima y el peso de ella se ponga sobre tus espaldas. O puede que salgas a la superficie y veas la luz otra vez con el metro ligero. Me encantan los mapas y en concreto los mapas de metro.

Da igual dónde estés. Lo importante es con qué te conectas. Con quién te conectas para seguir. "Usted está aquí". Ya. Pero qué es lo que me rodea y cómo puedo utilizarlo para llegar donde quiero. Cada cuánto pasa este tren? Y este vagón? Y esta gente? Y esa casualidad de encontrarse en el metro con alguien y pensar que de todos los trenes y todos los vagones y todas las horas, nos hemos encontrado. Tú y yo. Esto puede querer decir algo. 

Tomamos un café? Bueno, mejor un té y me cuentas de dónde vienes. Y yo te cuento a dónde voy. Porque ahora sé dónde estoy. Estoy contigo.