ENERO

Enero no empieza el 1. Ese día es un limbo.

En García Barbón comida tradicional casi los mismos del día anterior pero con viajes y despedidas bastante tristes. Algún año en el que fue mejor no preguntar "Dónde está fulanito?" porque la respuesta habría sido que "Ni está, ni se le espera" con el consiguiente pseudodrama que se atenúa porque "Vamos a empezar el año bien, hombre! que son jóvenes". Olimpiadas, karaoke, busca un hueco para echar la siesta y con suerte encontrarás una cama pero ¡ojo! porque donde antes había cuerpos destrozados por las miserias de esa noche que tantas veces es mejor no recordar, ahora se acumulan los carritos de bebés aparcados en batería. Nos multiplicamos y hay que ir con cuidado por el pasillo no vayas a pisar a alguno de esos pequeños seres a los que, parece que no aprendemos, NO hay que regalar juguetes que hacen ruido. Menos mal que hay cosas que no cambian y el consomé nunca falta. En fila india, sin colarse y como no te apures te va a tocar rebañar la olla.

Un reto lanzado al aire un 31 de diciembre de hace ya 5 años fue respaldado a coro por el furor de las copas y ha conseguido que el día 1 sea el más divertido de las Navidades "Mañana quedamos en el Estrella Galicia a las 7, quien falte que se atenga a las consecuencias". Y es que si no estás, te llamamos. Al fijo si hace falta. Y tu madre te preguntará a dónde vas triste de ti? Pero es que TIENES que ir aunque te estés muriendo. Rezagados, malas caras y malos pronósticos a las 21:00h. Cumplir el objetivo de superar el número de cañas del año anterior parece imposible. Cada año igual, se nos pone muy cuesta arriba y los hay que lo dan por perdido. Pero no me pregunten cómo, siempre acabamos consiguiéndolo. Es más, en esta edición se impuso una mente lúcida y cortó el grifo (y nunca mejor dicho) porque "Es que no veis que si pedimos una ronda más juega en nuestra contra?

Pero después de casi 180 cañas nadie ve ni entiende mucho. 

Vivan las nuevas tradiciones, negar la resaca y empezar el año bebiendo cervezas en buena compañía. Viva el Club del día 1! 

Entonces llegamos al otro gran evento de Enero. La cena del día de Reyes. Tradicionalmente: la cena del señor de gafas oscuras. Y digo bien, suya y de nadie más porque hace ya muchos, muchos años que la señora que calceta fue vetada de las compras por sus comentarios garciasenrísticos del estilo "Pero esto es una barbaridad! Estás loco?! que no, que no...pide menos!!" No se empeñe, señora, no se le puede pedir menos al jefe porque es un gran anfitrión y lo que más feliz le puede hacer es ver a la gente disfrutar. Él dirige y nosotros a sus órdenes. "Lleva esto" "Acerca aquello" "Más vino para tu tío". Y que si "el salmón para Álvaro porque hay que ver qué gusto da que siempre llega a la carne y me come fenomenal" (otro comentario de Garcíasenra que se repite cada 5 de enero), que si "Cómo que este año no hay naranja pelada??", que si "Carmen prepara las bandejas de golosinas" (cosa que Carmen hace encantada) que si "Yo voy a repetir"...Y otro año más cenopio con los de siempre y algunas incorporaciones que consiguen que los simpáticos de mis primos se comporten y se metan menos conmigo...o eso creía yo.

Y así, habiéndolo comido mucho y bebido más, casi agradecemos la vuelta a la rutina. Y entre conseguir una L y volver a la vida laboral se va un mes de enero que tiene forma de agenda a estrenar cargada de buenos propósitos pero que se quedan en papel mojado por esta lluvia que no ha parado de caer. 

Si no era esta excusa, sería otra porque aquí "llueve sobre mojado y cada cual por su lado" 

Pero oiga, que venga todo junto. Aquí resistiremos, evolucionaremos y hasta nos saldrán escamas porque al final uno siempre se adapta al medio y a las circunstancias. Eso sí, cuando el Sol se digne a volver, nos parecerá más intenso y brillante que nunca, así que yo voy a meter las gafas oscuras en el bolso...por lo que pueda pasar.