Es una tontería y ya ves, puedo comprarme otra pero es que esa, esa en concreto era mi chaqueta alemana.
Se me escurrió del bolso, y con ella mi primera y ÚNICA incursión en el Rastro madrileño (nunca más fui capaz de levantarme un domingo) Y el subidón de encontrar el puesto, hace ya 3 años! Y pagar gustosamente los 10 € y probármela. Y toda la gente que me dijo que le quitase las banderas. Y todas las manchas de pintura, que aunque pequeñas ahí estaban, y la hacían un poco más mía. Y el rescate del baúl de los recuerdos cuando llegaba la primavera…
Y los imperdible, y la chapa de “I love Potsdam” recién llegada de Germania, directa a la solapa del bolsillo que ni me dio tiempo a lucir…
Pero se me escurrió y nunca más sabré de ella.
A lo mejor a la persona que la tiene ahora se le cae dentro de 3 años, y entonces dirá que “Es una tontería porque me la encontré en el suelo, pero…”
En fin, esta semana Santa cambio las palmas y los oficios por los libros y la biblioteque que no es lo mismo pero es mi penitencia particular.