FINALES (II)

Primera edición aquí

"El anciano siguió cantándola cada Navidad hasta su muerte. Nadie supo nunca de dónde había sacado aquella canción el pequeño Robert Wilson pero yo vi como nada más llegar al cielo, se dirigió a él como “Señor Dios”"

"- No parece que nada vaya a cambiar. 
- Tiene gracia, yo creo que todo está por empezar."

"- Este es el momento de la historia en que coges y me plantas un beso de película
- Pero si me lo dices ya no tiene gracia
- Bueno pues no lo hagas, imbécil
- ¿No ves? ¿Cómo quieres que empecemos algo si ya estamos peleando?
- Porque me da igual que seas imbécil. Porque algo dentro de mí hace que te quiera incluso aunque seas un imbécil
- No puedes decirme algo bonito sin insultarme?
- Porque eres el único con el que puedo ser completamente yo sin que se asuste
- A veces me asusto
- Bueno, pues sin que me lo haga notar
- Así que vas a estar conmigo el resto de tu vida porque no te tengo miedo
- Es un motivo poderoso
- Es un motivo a secas
- Vamos a estar juntos porque no nos vamos a aburrir
- Ese sí que es un motivo poderoso
- Aunque ello conlleve bastante de discutir
- Te voy a decir que te calles ya
- Vale
- Y te voy a dar ese beso
- De acuerdo
- Cállate
…"

"- ¿Otra vez tú? 
- Es curiosa la forma que tiene el karma de comportarse
- No me puedo creer que seas otra vez tú
- Y sin embargo aquí estoy. Otra vez. Para solucionar el lío que tú has creado
- Esta vez no fue culpa mía
- Me importa un carajo
- No vengas de héroe ahora. Estoy hasta los cojones de que te comportes como si los demás oliéramos a mierda y tú a rosas
- Y yo estoy hasta los cojones de tu actitud, de tu cara, de tus formas y de tus intenciones
- ¿Has venido aquí sólo para decirme esto o vas a hacer lo que te corresponde?
- (ríe) No me corresponde hacer nada. Ya no. Ni a mí ni a nadie.
- ¿Qué coño quiere decir eso?
- Que se acabó. Quedas relegado. Eres libre. Coge tu sarcasmo, tu chulería y tus traumas infantiles y lárgate muy, muy lejos. Ya no te necesitamos.
- ¿Cómo? ¿Qué coño es esto?
- Deberías estar feliz, es la última vez que nos vemos las caras.
- Yo…no. Es imposible, ¡tengo un contrato firmado!
- Ya no es efectivo. Se ve que en Huchima no os enseñan a leer la letra pequeña. No te sorprendas ¿acaso creías que nunca lo íbamos a descubrir? Por otra parte es normal todo esto…de allí no sale más que escoria
- ¡Cállate imbécil!
- No, gilipollas. El que se va a callar eres tú. Y para siempre.
- No…espera, ¡espera!
- ¿Sabes lo peor de todo? Hubo un tiempo en que te admiré, te respeté y creí en todo lo que hacías y decías. Pero resulta que no eres más que otra enorme decepción. Como lo fue tu padre. 
- ¿Qué sabes tú de mi padre?
- Sé que no tuvo los huevos de quedarse. Y que murió solo en Hakonbert. Comiendo Tugurs y malvendiendo Glots. Mas o menos como vas a a acabar tú, me temo. La historia siempre se repite. 
- No, espera…¡no puedes hacerme esto!
- Suerte, Teniente. La vas a necesitar."

"Apagó el ordenador. Se reclinó en la silla y rezó. Rezó porque fuese un error. Rezó porque sabía que no lo era. Rezó siendo ateo. Rezó porque se sentía solo. Y así, muerto de miedo, en aquella oficina que apestaba a tubería, murió."

"- Pero acaso hay algo fijo?
- No…es todo más bien borroso
- Bueno, en nuestro caso…discontinuoJaja. Eso. Fijos discontinuos es lo que somos.
- No sé qué va a pasar.
- Ya, ni yo…
- Ni te puedo prometer que vaya a ser siempre así.
- Lo sé.
- Pero ahora mismo no hay ningún otro lugar en el mundo en el que quiera estar
- Esa es una frase de película de después de comer
- Pero es verdad
- Es verdad ahora. Mañana dejará de serlo
- Mañana no existe, siempre es hoy
- Pero qué eres Paulo Coelho?
- Estás un poco amargada, no?
- Ja, estabas tardando…cuando te digo algo que no te gusta es que estoy amargada, o no te entiendo…
- Bueno, me voy a casa…cuando se te pase el síndrome premenstrual me avisas
- Tú eres gilipollas…
- Tienes un cigarro? 
- Lárgate de mi casa, anda..."

"Desde aquel momento nada volvió a parecerle muy importante o interesante. Pero su madre le había enseñado, continuó con su vida sin pretensiones. Llegando siempre a las 8 al trabajo, comiendo los tuppers que su mujer le preparaba, yendo a misa los domingos y jugando al ajedrez en el parque los miércoles. Nunca nadie tuvo la más mínima sospecha de que aquel tipo había salvado la vida de miles"

"- Pero señorita, usted no puede sola
- Ya…¿Podría ayudarme por favor?
- Vaya! eso es nuevo. Lo de pedir ayuda, digo.
- ¿Qué haces aquí?
- Bonita forma de recibirme mi amor.
- No soy tu amor y explícame qué haces en este avión
- Mejor explícame qué haces tú así de cargada yendo a Sidney
- Si te lo cuento no te lo crees
- Bueno…tienes 16 horas de viaje para convencerme
- Pero, en serio, ¿qué haces aquí?
- Me llamó tu madre
- ¿Cómo? ¿Mi madre? ¿Para qué?
- No se fía de ti
- ¿Por qué has venido Miguel?
- Porque no me fío de ti
- Estoy hecha un lío
- Ya lo sé 
- ¿Has venido a reírte?
- Sí. Bueno, en parte. También he venido a decirte que ese tío no es una buena idea
- Qué sabrás tú…
- Bueno soy tu ex. Algo sé…¿Cuál es tu plan exactamente? Recorrer medio mundo para decirle ¿qué? ¿Que le perdonas y que le quieres?
- Algo así…supongo…
- No es una buena idea
- ¿Entonces según tú debo aterrizar en Sidney y mandarlo a la mierda por capullo?
- Justo
- ¿Como hice contigo quieres decir?
- Algo parecido, sí. Pero después quiero que me escuches atentamente cuando te diga que siento mucho haber sido tan capullo. Siento haberme comportado así. Siento haberte hecho creer que no me importabas porque me importas. Sé que me porté mal. Pero si me dejas, estoy dispuesto a demostrarte que te quiero y que voy a hacer todo lo que está en mi mando por hacerte feliz. Y después quiero que me me digas que me perdonas y me quieres. A mí.
- Pero…Miguel…

- ¡¡¡No. No y no!!! Eso no pasa. Eres una peliculera.
- A ver, ¡te estoy diciendo lo que soñé!
- Miguel fue un capullo y punto. Olvídate. Y que sueñes que vas a buscar a un tío al otro lado del mundo que resulta que también es un capullo pues me preocupa bastante, Merche…¿Eres idiota o qué? 
- Jaja ¡ya! ¡pero imagínate!
-No me lo quiero ni imaginar…
- ¿Pedimos otra?
- Sí…será lo mejor…"

"Estaba a punto de descubrir que el contenido de aquella caja era una simple fotografía. En ella su padre saludaba a la cámara y su madre lo sostenía en brazos mientras el pequeño Juan sonreía con su único diente de leche. Una fotografía, nada más. Por ella fue capaz de cruzar un océano y recorrer un continente. Subir a las alturas y descender a los infiernos de la sociedad chilena. A lo mejor resulta que el viaje era la verdadera recompensa."

"No hubo una sonrisa de vuelta a ese comentario. No hizo falta. De repente volvían a ser los de quince años atrás."