DOS DE JULIO. LOS PRINCIPIOS

Los principios son la releche. Todo por descubrir, todo por hacer.

La mejor parte de cualquier trabajo que haya hecho ha sido siempre el dar con la idea. Luego se distorsiona hasta hacerse real. En tu cabeza todo suena mejor. En tu cabeza todo va bien. Todo encaja. Todo funciona. Luego llega ese cabrón del tiempo que se junta con el espacio y hace que tu principio, tu idea, se muera y se convierta en un desarrollo, en una realidad. 

En las relaciones pasa un poco lo mismo. Todo explosión, todo jugoso, todo por ver y descubrir del otro. Nada que entender, sólo seguir. Todo es nuevo. Flash! Flash! Puede durar esta sensación de emoción mucho tiempo? No. Pero tú estas loco o qué? Nadie puede vivir permanentemente en el vagón justo antes de descender por una montaña rusa. Qué incertidumbre! Tírate! y te sorprenderá comprobar que también disfrutas del viaje. 

Hablando de viajes, tengo la sensación de que el mejor día es el anterior a empezarlo. Cuando aún no se ha perdido ni un minuto de vacaciones. Cuando está todo por ver y todo son expectativas. Al principio. Esos chats previos a despedidas y reuniones echando humo y todo el mundo con "unas gaaaaanas" tremendas de verse. Pura adrenalina.

Pero los principios son, a la vez que un subidón, un canguelo tremendo. Empezar algo es cagarse de miedo. Al menos para mí. Llegan todos esos millones de "Y sis?" que te hacen ir andando como en un campo de minas. Pero no es así, coñe. Qué es lo peor que te puede pasar? No vas a salir por los aires. Como mucho te estampas, te hundes un poquito y luego te levantas. Y lo haces, ojo!, siendo mejor que antes.

Entonces en qué quedamos, niña? Los principios te gustan o te asustan?

Pues qué se yo. Todo tiene su parte buena. Pero a mí las segundas fases, cuando las cosas marchan y ya tienes un poco más de seguridad en ti y en lo que estás haciendo, creo que me gustarían bastante. Y digo creo porque el señor de gafas oscuras, con ese aura metafísica con la que adorna todas su charlas, me dice que no estoy ni en el primer capítulo de mi vida. Yo lo que pienso es que este señor no es consciente de que en mis primeros años en Madrid viví por mí y por todos mis compañeros...pero quiero creer que algo de razón sí que tiene, más que nada porque me apetece bastante lo siguiente. Y el no saber, también.

Y aquí llega el final de una entrada sobre principios. Sobre esos que no tengo nada claros. Los otros, los de "eso va contra mis principios" creo que más o menos sí. O no. 

En fin, se acabó. Ya estamos en marcha con esto de escribir una entrada al día. Ahora sí que empieza lo bueno...lo malo y lo regular. Empieza todo. Aquí. Ahora. Día dos. Adiós!