WRITE. RIGHT?

Escribo sobre lo que me pasa. Pisar una baldosa en la calle y empaparme, hacer cola, ir al cine...Aunque dedico muchas entradas a la familia, porque son los que van a tener que aguantarme diga lo que diga, no suelo escribir sobre las relaciones que tengo aunque indirectamente todas las personas que me rodean me afectan y me hacen ser quien soy y reaccionar así a las cosas. 

Toda historia puede ser bonita o terrible según la cuentes. Lo mismo pasa con las personas. Nadie puede ser sólo bueno. Nadie es capaz de complacer a todo el mundo. Si es muy buena es que es demasiado riquiña. Si es un capullo es que es un egoísta. Estoy segura que hasta Gandhi dejo sin contestar algún mensaje de una pobre chiquilla enamorada. Todo se puede contar con un filtro de Instagram que oculte convenientemente las arrugas.

Las relaciones humanas son complicadas. Tanto como las personas. Y hay una persona (con sus cien mil aristas), por cada huella dactilar. Así que hagan cuentas. Y ahora explíquenme como es posible que a pesar de todo sigamos reproduciéndonos como especie. Porque hay veces que me parece imposible que surja ese "match" entre dos personas aunque ahora una aplicación de ligoteo nos diga que en realidad es muy fácil. 

Me parecen demasiados parámetros, demasiadas variables. El momento, el momento laboral y personal de cada uno. El lugar. Estoy yendo, ah, pues yo me iba ya...el coincidir en gustos, en cuánto das y cuánto cedes. El ser tú completamente y que al otro le gustes así. Y viceversa. Uf!...Fácil es empezar. Difícil es continuar. Difícil es saber dónde está el Norte en las relaciones. No hay brújula para eso. 

Pero a pesar de todo seguimos trayendo al mundo pequeños seres cabezones y risueños. Será, supongo, que lo bueno pesa más que todas esas cosas que, si te empeñas, puedes sacar de cualquier persona. "No es tan divertida, no contesta a los mensajes, es un poco mandona, en realidad no me gusta como viste o cómo trata a su perro"...  

Cosas. Pequeñas cosas. Esas son las que hacen que todo sea o nada salga. 

Cuánta importancia hay que darles? Puede que yo les de demasiada. Puede que espere demasiados pequeños detalles que en realidad no me dejan ver un todo. Un todo que es mucho más simple. Un todo que es como un cuadro del Renacimiento en el que tienes que alejarte para entender qué está pasando realmente con toda esa gente. 

Pasa que estas aquí. Tienes una buena vida. Unos buenos amigos. Una buena familia. Has viajado. Te gusta comer rico y lo consigues muy habitualmente. Tienes conversaciones interesantes. Tienes toda la información del mundo al alcance de tu mano. Tomas pan caliente por las mañanas...

Qué más quieres? Qué coño importa lo demás? Quién es ese futuro del que hablan y por qué se ha colado en mi fiesta? 

El futuro es ese amigo al que ves de vez en cuando y aún no has decidido si te cae bien o mal. Es ese amigo que te pregunta cuánto ganas? O te dice como un piropo pero que en realidad es medio insulto, que le parece "increíble que aún no tengas novio". 

Pero a lo mejor lo único que falla en esa frase es el "aun" y no deberías tomarte las cosas tan a la tremenda. No habíamos quedado en eso? En que importa el todo y no las partes. Las pequeñas partes, minúsculas e inapreciables al ojo humano?

Entonces nada importa? O todo importa?

Cuánto pesa una idea? Me preguntaba hace poco. Cuánto pesa una frase? O un beso? Cuánto pesa el momento?
Cuánto importas? Cuánto te importa? Cuánto te importas?

Espero que mucho. Al fin y al cabo vas a tener que aguantarte toda la vida. Con sus pequeñas y grandes cosas. Y con tus pequeñas y grandes aristas.

Por ahora creo que me voy a acabar este té y esta galleta con muchas calorías y voy a seguir leyendo.