Hoy el Todopoderoso (el decano de Derecho), se levantó con el pie derecho (cuando lo hace con el izquierdo deja llorando a amigas mías) y regularizó mi situación (me concedió el cambio de grupo)
Ya no soy una ilegal.
El no saber si todo lo que había hecho hasta ahora iba a servir para algo, los nervios, los "no vayas a hablar con él" Todo se esfumó con un "Muy bien, de acuerdo, pase a la derecha y ahí se lo tramitarán",. Qué fácil!
Salí tan encantada que hasta le dije a la secretaria que tenía ganas de abrazarla.
Clase de Canónico, o cómo el acto de copular pierde todo su encanto para convertirse en un puro trámite para reafirmar el matrimonio. El deber conyugal que se llama.
Y un autobusero bastante mangui, que nos amenaza con cerrar la puerta si no nos damos prisa porque claro, a nosotros nos encanta esperar la cola. Conduce como si llevase una moto, acelerando a los poquitos y frenando de golpe, con sus gafas de sol intimidantes y cuando le suena el movil, lo coge y se pone a hablar mientras conduce. Saca la cabeza por la ventana y le grita a un inmigrante que limpia parabrisas en los semáforos que se large de este nuestro país. En manos de este individuo viajamos a la ciudad universitaria.
A parte de esto, todo en orden. Qué gusto!
Constatado, la incertidumbre:el peor de los estados.
Ánimo Migui, grabada en mi retina siempre estará tu versión de Last night. Memorable. Un beso primo.