Cuántas veces habré pensado que "ese niño tan mono y riquiño" vendría y diría justo lo que quiero oír. Y resultaría ser (mira tú por donde) el hombre de mi vida.
Y cuánta rabia me da pero es que no puedo evitarlo, pero he llegado a una conclusión:
La culpa no es mía, la culpa, en realidad, la tiene el gobierno! No, pero sí que la tiene el que toda mi vida haya escuchado la misma historia.
Porque desde el cine a la televisión, siempre pasa lo mismo. Y ya sé que lo que pasa en las películas no es real pero qué pretenden? que me trague "Los amantes del círculo polar" o "Oficial y caballero" y ni por un instante se me pase por la imaginación que un tío pueda venir en uniforme, cogerme en volandas y llevarme con él? Soy consciente de que eso no va a pasar pero es inevitable pensarlo.
Y más aún si nos remontamos a la más tierna infancia. Cuando nos lavaron la cabeza con todas esas películas de Disney. Porque acaso Felipe (el príncipe de la Bella Durmiente, no el de Letizia) al ver lo dificilísimo que se lo estaba poniendo la bruja esa para llegar a despertar a una tía de la que se enamoró con tan sólo oírla cantar, tiro la toalla? O acaso el otro príncipe (porque todos eran príncipes, qué casualidad) pasó de la tipa que se fue a las 12 y acabó con otra? O acaso el otro, al ver a una tía muerta en un ataúd rodeada por siete enanos, pasó de largo? NO. Aunque tampoco es que yo quiera príncipes perfectos que seguro que son aburridísimos.
Pero cómo pretenden que no piense que es posible? Si hasta la bestia resultó ser un tío guapísimo y majísimo.
A pesar de todo, seguiré teniendo mis enormes expectativas acompañadas de sus proporcionales chascos porque prefiero seguir soñando. Uno porque es gratis y dos porque consuela saber que aunque sólo sea en mi imaginación existe "ese tío".
Fin del topicazo.