ALGUNAS PEQUEÑAS COSAS QUE HACEN QUE LA VIDA VALGA LA PENA (VOL XXII)

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Hacer un ruido con la boca y que el que tienes al lado en el sofá se ría y te imite

Que a los dos minutos estemos todos los del salón haciendo una competición de silbidos

Dormir la siesta en el sofá

Llorar con una película 

Llegar al andén apurada y que desde el vagón alguien te anime a correr que seguro que llegas. Y conseguirlo 

Escuchar un villancico cuando aún no toca y venirse arribísima

Que Martina diga “Hola madrina" o al menos lo intente

Cruzar la Castellana un día de otoño con sol y sin mucho tráfico y mirar hacia los lados

Las reuniones con las niñas del Colegio Mayor con conversaciones sobre trabajos y no sobre exámenes

La teoría del taxista con acento extranjero que me lleva a Atocha y se disculpa a cada momento porque es su segundo día y no sabe ni cómo ir. Al llegar recuerda los atentados y me dice que están locos. Que quieren matar y punto. Que si fuese por hambre, es mucho más fácil coger una barra de pan que un kalashnikov

Compartir reflexiones sobre tu profesión con alguien que viene de la otra parte del mundo y comprobar que hay cosas que son iguales para todos

Descubrir que me gusta la cerveza artesana

Las personas educadas

Esas fotos en las que se ve a gente riéndose mucho, pasándolo realmente bien

O esas otras que han estado en tu casa desde siempre 

Un paseo en un coche antiguo descapotable

Un abrazo.

El contacto piel con piel

Las bombillas grandes y amarillas que cuelgan de cables rojos 

Un mensaje en un graffiti, en una pared, en una calle, en un día cualquiera

El clima de noviembre de 2015

Que te digan “Quiero estar contigo”

Una xuntanza de gallegos en Madrid para ver el Derbi. Del Depor y del Celta pero nos une la comida...y el albariño

Echar de menos a alguien 

Volver a verse

Un audio en whatsapp en un privado inesperado 

Ponerse gafas y ver todo en HD

Que te respondan “Sí quiero”

Volver a andar en bici

Pasear con música, frío y bien abrigado

Los colores del otoño

Ver cómo se relaja la expresión de alguien cuando en una discusión tiene razón y por fin se la das

Un brazo que te rodea de repente por la noche

Que tus primos hermanos te manden un vídeo a las 8 de la mañana desde tu antiguo cuarto cantándote “Carmela, loló, loló!!!”

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ANTES...

No te acuerdas, no?

Claro, fue antes de que te diese tiempo a hablar bien nuestro idioma...aunque el tuyo lo dominabas.
Antes incluso de que supieses quiénes son los Reyes Magos y mucho antes de que dejases de creer en ellos. Es decir, antes de que perdieses la inocencia aunque no la independencia. Esa te vino de serie. Antes de que nos enseñases súper orgullosa tus nuevos dientes que, como suponíamos, por la genética que corre por tus venas, eran bien grandes, y dejases los de leche al ratón Pérez. Antes de todo eso.
Antes de que fueses una niña risueña y después una preadolescente insoportable. Antes de que tu padre empezase a sufrir. No te rías, fue así. Mucho, mucho antes de que creyeses que tus amigas eran las únicas te entendían y os escribíais cosas súper fuertes y a mí me decías que sobro, que no me entero o lo que quiera que estuviese de moda decir a los adultos allá por el 2030. Antes de que te invitara a aquella copa en Baiona y antes de que te pillase fumando. De eso sí que te acuerdas, no? Pues esto fue antes.
Antes de que me contases de aquel primer novio con su consecuente primer desamor. Antes de todas las lloreras porque no tenías nada que ponerte el sábado…pero es que desde entonces, desde antes de todo esto, ya apuntabas maneras de Drama Queen.
No te acuerdas pero había ratos en los que te dejabas coger como un koala. Y aunque no tengas ninguna noción de haber sido nunca tan pequeña y achuchable, ahí estaba tu madre para captar uno de esos momentos...de los de antes de todo esto. 

Esos instantes en los que yo quería parar el tiempo.



ALGUNAS PEQUEÑAS COSAS QUE HACEN QUE LA VIDA VALGA LA PENA (VOL XXI)

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El túnel de Bouzas en moto en bajada

Los pies en la orilla y la arena que se va entre los dedos

Una primera cita que va bien

Que mi el primo de Zumosol sea padre por partida doble 

Que nos mande la primera fotos de sus hijos a las 5 de la mañana y contestemos varios

Un buen masaje de un buen fisio

Que parece que no hace nada y de repente CRACK! y un mundo nuevo de color

Los platos de Culler de Pau

Cocinar pasta con tomate y atún a las 7 de la mañana (casi al mismo nivel que lo anterior)

Que el vecino te traiga tomate en pijama y algo de picar para ir haciendo boca mientras esperáis

Que Martina se crea que si cierra los ojos se hace invisible

La abuela Nené escribiendo sus memorias

Que te paguen más de lo que esperabas

Darle la tarjeta a alguien y que te diga que ya conocía tu trabajo pero no sabías que eras tú

Que la tía Toya pinte las paredes del Prymark de la Gran Vía de Madrid

Que la tía Susana vuelva a la primera línea del Baloncesto de donde nunca debió irse

Los huevos encapotados de la señora que calceta (Huevo frito+bechamel+empanado+vuelto a freír+yema intacta = milagro de la Naturaleza)

La siesta épica de Diego los viernes

"Hemos decidido que vamos a enseñarte a jugar al FIFA" 

Que Borja traiga plantas para el salón

Esas conversaciones por la noche que surgen casi sin querer y tras las cuales todo cambia

Las nueces

Las dedicatorias en los libros que se regalan

Ensayar una conversación y que te salga redonda. JA!

Ir caminando muy rápido por la calle con los cascos y darte cuenta que llevas una niña pequeña al lado echándote una carrera

Que acaben de llegar dos bebés a la familia y otro primo anuncie que pronto llegará otro

Caer en la cuenta de que muchas de estas pequeñas cosas me las da mi familia

Que salte "Ahá han vuelto"

Encontrarse de casualidad con Vivir de Niño Bravo y no parar de cantarla...porque "Eso es viviiiir..."

Y este "Eh"

COÑAZO ES QUE EL CORRECTOR PONGA CODAZO DE CADA VEZ

La escala de lo que es un coñazo en la vida podría ser:

Esperar < Estar enfadado < Esperar enfadado a que pase algo

Qué pereza la gente enfurruñada. Qué pe-re-za!

He de reconocer que hay ciertos momentos en que la gente enfadada me puede hacer hasta gracias. El típico abuelo gruñón...el amigo que las suelta así...la amiga a la que todo le parece mal...pero en general es un rollo.  

Es un coñazo estar enfadados. Es un coñazo hacerse el digno. Es un coñazo no hablarse. Y es un coñazo esperar a que el otro se de cuenta de que te ha molestado algo. Dilo coñe! Habla! 

Luego está la gente a la que le molesta todo. Todo. Que si el tiempo, que si este plan no porque tal, que si que asco de vida, que si está fría, que sí...está bien PERO. Ni pero, ni pera! 

La gente enfadada. La gente no-contenta. Esa gente. Que no digo yo que esto tenga que ser la casa de la pradera...que la primera que se queja por las cosas soy yo! Pero una cosa es quejarse y otra amargar. Como lo negro de las tostadas. La gente enfadada es lo negro de las tostadas. Y en mi colegio mayor decían que daba cáncer. Pues la gente enfadada contagia. Igual. No se deje contagiar por esa gente. Diga NO al enfado gratuito.

Y diga SÍ a este tipo de páginas que recogen frases que se dicen el los colectivos argentinos (aunque ahora ya vale cualquier sitio) y le arrancan a uno una sonrisa.
"La gente anda diciendo" se llama. Muchas veces es gente enfadada la que habla. Y te ríes porque es absurdo. Otras muchas son niños con su particular visión del mundo.

La de hoy me venía al pelo:

Si tuviese que dar un consejo a las generaciones futuras sería: Esperad lo justo. Cambiad lo que no os guste. Pero no os enfadéis. 

Claro que este señor, que es mucho más inteligente que yo, decidió darnos este y también me gusta mucho. Porque debemos llegar a las conclusiones a través de hechos, no de opiniones. Sólo así serán la verdad y no lo que nosotros queremos que sean. Y el amor es lo único que importa. El odio es una pérdida de tiempo. Conectarte con los otros, tolerar y vivir. Ahí es nada.

Merece la pena escucharlo: "Venimos a vivir juntos no a morir juntos"
Y como decía el niño de arriba, a ser felices, no?

CONVERSACIONES DE SÁBADO POR LA MAÑANA

Estaba yo en una etapa muy zen. Muy de "empecemos septiembre bien". Pero un poco de mentira. Un poco autoconvenciéndome de que las cosas pasan y punto. De que bueno, "ya se verá". De que todo es más fácil de lo que pensamos y menos complicado de lo que lo hacemos. Y es cierto.
Hay muchas pequeñas cosas que hacen que la vida valga la pena. A diario. Hay muchas terribles cosas que nos tienen que ayudar a relativizar y a ver que estamos muy pero muy bien. Por desgracia, también a diario. Y sin embargo...

Me levanto un sábado por la mañana en esta casa donde sabes cuántos salimos pero nunca cuántos entran. En el salón me encuentro con un despojo humano que ha estado leyendo los libros que tenemos por el salón y dejándonos notas en la nevera a la espera de que su amigo se despierte. A falta de amigo, buena es una prima con la que tener una charla de mañaneo como si de las 5 de la mañana se tratase. A veces las mañanas no son tan tristes después de una noche alegre. O será que aún teníamos restos de oscuridad corriendo por las venas. O tal vez sea que al estar uno con la ropa de ayer y cara de no dormir y la otra en pijama, con un moño mal hecho y restos de rimmel en los ojos, poco había ya que nos obligase a mantener las formas.

Y de los "qué tal" "pfff pues así..." se pasa sin que te des cuenta a una conversación donde sacas una conclusión que te desmonta ese "ya se verá" al que últimamente recurres tanto. Y es que "Las cosas no pasan, las cosas hay que pelearlas" dijo con una cerveza en la mano. Y te lo argumenta. Y te lo crees. Y te unes a él rápidamente. 

Porque por lo importante, peleas. Peleas por la educación de tus hijos. Peleas, porque lo fácil sería dejarse llevar. Pero no lo haces. Peleas, dudas y vuelves a la carga con el único fin de hacerlos personas. Peleas por tu trabajo. Peleas por ti, porque se te reconozca, por estar contento con lo que haces. Peleas con los embistes laborales. Y aunque tienes la tentación de mandarlo todo a la mierda muchas veces, peleas. Y sigues. Peleas por cumplir tus metas. Por alcanzar objetivos. Por llegar. Por ser y por estar.

Peleas por las relaciones. Por todas. Peleas porque crees que merece la pena seguir con esa gente con la que has decidido compartir tu vida. Por eso les disculpas muchas cosas que no te gustan a tus amigos. Y por eso alguna vez le llamas la atención cuando ya está bien. Porque te importa. Porque una buena amistad merece la pena pelearla. Si te diese igual, no serían tus amigos.

No siempre es fácil en las relaciones. Peleas por ese alguien. Peleas porque te importa. 
Y claro que no puede ser una lucha continua. Y claro que debe estar equilibrado. Y claro que siempre hay dudas. Pero peleas por las personas que valoras. Peleas porque crees en él o en ella y porque crees en los dos juntos. A pesar de muchas cosas y gracias a muchas otras. Por eso peleas. 

Peleas por lo que quieres y lo que importa. 
Peleas por cosas y por personas. Sobre todo por las últimas. 

Y si no ganas, sales más fuerte.
Pero si merecía la pena, bien peleado está.

QUÉ IMPORTA

Qué importa un libro, un dibujo, un baño en la playa, un beso, un abrazo. Qué importa enfadarse. Qué importa frustrarse. Qué importa madrugar, trabajar, coger otro metro, cruzar una mirada, bostezar y seguir. Qué importa sentir. O dejar de hacerlo.

Qué importa el fútbol. Qué importa el 3%. Qué importa el café que quema y los políticos también. Qué importan las obras en la calle. Qué importa el dinero. En serio. Cuánto? 

Qué importa que Martina tenga un ojo pocho o que Roque pueda ser mal estudiante. Qué importa el mal cobrar. Qué importa el dolor de espalda. Qué importa una mudanza. Qué importa estar cansado. Qué importa la pantalla estallada del móvil. Qué importa pagar la luz, o dejar de verla por un momento. Qué importa un desamor. Qué importa volver a irse. Qué importa tomarse otro Neobrufén. Qué importa estar mal. Qué importa comer peor. Qué importa llorar. Qué importa discutir con Movistar por el paquete básico de canales. Qué importa que se caiga internet. Qué importa que algo no salga bien.

Qué importa el ruido. Tanto, tanto ruido.

Qué importa mi vida...con sus mínimos obstáculos, cuando veo que la de un niño de tres años se trunca a las orillas de una playa. Qué importa una fotografía cuando hay otros cientos de vidas que nunca llegarán a serlo.

Qué importa una guerra.

Importa.

Qué importa la vida de un niño.

Importa.

Qué importa nada si nos olvidamos de lo único que importa.

1 DE SEPTIEMBRE

Hoy es 1 de septiembre. Hoy empieza todo.

Decía Jorge ayer que él contaba los años de septiembre en septiembre por la tradición de forrar los libros. A mí me pasa lo mismo. La frase "A forrar los libros!" a modo de gruñido del señor de gafas oscuras la oímos desde el 5 de agosto. 

Y es que agosto es un mes donde todo se concentra: las bodas, las cenas, la familia, los amigos, las vacaciones, los planes, las horas libres, la playa(?¿)...y sin que te hayas dado cuenta todo esto se pasa y vuelves a tu escritorio. Ese en el que dejaste un pincel que se secó y varias manchas de tinta china. Lo haces con la convicción de que, este año sí, llevarás las cosas al día. Así que te compras una agenda y escribes los propósitos para el nuevo curso. Que luego no cumples. Mientras reflexionas sobre tu ser y lo que quieres hacer en los próximos 12 meses, varias moscas te dan la vara. Las moscas pesadas son la señal definitiva de que se acerca el final del verano. Que tú partirás y yo volveré a estar delante del ordenador. 

Septiembre es un mes de adaptación. Tiene una luz rara y melancólica que cada vez se apaga antes. Vas a la playa pero pasas por escaparates con abrigos. Vuelves a la rutina pero te resistes a pensar que empieza otra vez la hibernación. Te consuela pensar que la estación de las hojas en el suelo es la más bonita pero te quejas diciendo que no te importaba alargar un poco más este suplicio de no hacer nada. El problema es que este verano sí que has hecho. Y no has tenido mucha desconexión así que piensas que en septiembre, con un poco de suerte, encontrarás un par de tardes para dedicarle al libro que tienes en la mesilla. Aunque seguramente no lo consigas. Porque ya lo decías arriba, en septiembre está todo por empezar. Y las cosas se empiezan con ganas, o no se empiezan. 

Septiembre es un mes de contrastes. Es un "Otra vez tú?" mezclado con un "Bueno, la verdad es que me alegro de verte" Septiembre y los 29.  Que ahí están, saludándome. Tienen buena pinta...pero la verdad es que siempre digo lo mismo. Supongo que a mí me influye el hecho de cumplir años en una semana así que este es un mes de balance también. De ver cómo estaba hace un año y cómo estoy ahora. De pasar por delante de una portera y que me pregunte a dónde voy si puede saberse. Y contestarle "Poder se puede, pero no lo tengo muy claro aún, señora. Lo voy averiguando por el camino, le vale?" "A mí qué me cuentas niña, te vale a ti?" "Pues sí, me vale"

En fin. Que hoy es 1 de septiembre. Que hoy empieza todo.

FRUSTRACIONES CULINARIAS

No poder pinchar un tomate cherry 

Por fin conseguirlo y mancharte con sus tripas

Esperar a que hierva el agua para hacer pasta a las 6 de la mañana

Sacarla demasiado pronto y que no haya tomate 

La cerveza del tiempo

Ir al sitio súper secreto donde escondiste el chocolate y que tu padre, no sólo se lo haya acabado sino que aún encima te dejó el papel

Las espinas del pescado

No tener los utensilios necesarios para comer una nécora

La última loncha de queso que se quedó seca

La comida que pica

Que el té no se enfríe más rápido

La mantequilla dura imposible de untar (empezar el día así, mal)

Que Diego me diga si quiero cenar tortilla al volver del gimnasio (porque claro que quiero, cómo no voy a querer...)

Que se te caigan restos de cascara de huevo al ir a batirlo

Que en un bar sólo tengan Cruzcampo

Que dos onzas de chocolate nunca sean suficientes

La leche desnatada (no es leche)

Tenedores en los que se quedan los granos de arroz entre las púas (esto más que culinaria es frustración lavavajillista)

Pedir una barra de pan "blanquita" y que no te hagan caso

Que el vino tinto manche tanto

Pistachos que no se abren

Castañas que no se pelan

Pensar en cenar sushi y acabar tomando burger

La imposibilidad de comer dignamente espaguetis

Comprobar que los Special K engordan más que los crispis de la gallina de toda la vida

La tortilla de patatas salada

La ensaladilla con aceitunas

Fregar vasos con restos de Whisky

Las hamburguesas y sandwiches ante los que piensas "y ahora cómo me como esto"

Que al ir a mojar pan en la yema esté demasiado hecha

Los macarrones con tomate natural y chorizo de la señora que calceta (porque no se puede ir a la cocina sin pinchar unos cuantos de la fuente. No-se-puede)

Jarras con dos dedos de agua en la nevera (esto es de mala persona)

Que la comida eche humo en el microondas y luego al probarla esté fría

Que después de esto te pases de tiempo y te abrases la lengua

En realidad toda, TODA, la comida que quema. Porque no sabe. Sabe a caliente.

Y, cómo no...que se te caiga la tostada por el la de la mantequilla 

 

ALGUNAS PEQUEÑAS COSAS QUE HACEN QUE LA VIDA VALGA LA PENA (VOL XX)

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Duchas-sauna donde se te quedan los dedos arrugados

Las Cíes desde la carretera antigua que va a Baiona

Soñar lo que haríamos sin nos tocase la lotería

Las comidas de verano con amigos

Que te salga lo de darle la vuelta a la tortilla

Los abrazos de Martina

Que a Roque le digas "Hola" y ya se ría

Una copa de vino en el momento adecuado

Las nuevas gafas oscuras del jefe

Una sudadera guay y calentita

La película Inside Out (Del Revés)

Que me regalen papel bueno para dibujar

Que el señor de gafas oscuras me siga dando dinero "Por si acaso, para el taxi"

Que la señora que calceta me haga remiendos con hilo y cintas rojas porque "Así es más tú"

Dar algún consejo a niñas de 20 años y que se queden encantadas

Reírte al pensar que seguramente no seas la más indicada para darlos

Caminar distraídamente y ver un beso por la calle

Los pijamas de cuadros

Diego diciendo que él cree que vamos a vivir juntos muchos años

Que llegue septiembre y el señor de gafas oscuras vuelva a decir eso de "A forrar los libros"

Ese momento en que te das cuenta de que has hecho un buen trabajo

Echarse gotas en los ojos secos 

Las respuestas "tú sí que no sé qué" por ejemplo "Esta tortilla está buenísima!" "Tú sí que estás buenísima" o "Yo creo que esto no funciona" "Tú sí que no funcionas"

Que me regalen tomates caseros

La tía Pinky riñéndome por hacerle llorar

El olor del Supergen

La cara del homenajeado en una fiesta sorpresa

Los nervios y la risa floja de de todos los implicados minutos antes

Pensar que llega otra vez el otoño. Esa estación rara, bonita y algo melancólica en la que la que las cosas al final acaban saliendo

Gloria diciéndole a Santi la suerte que tiene al poder pasar los días con su mejor amigo

Darlo todo al cantar "Me parece que soy de la quinta que vio el Mundial 78" aunque no lo seas

Kevin Johansen recordándonos que soñar no cuesta más que tiempo

Este momento

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Y este...

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Y este también 

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ALGUNAS PEQUEÑAS COSAS QUE HACEN QUE LA VIDA VALGA LA PENA (VOL XIX)

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Volver a subir a un columpio

Las caracolas amarillas. Y acordarme de cogerlas con la tía Elsa

Bailar como si tuvieses otra vez 16 años y agradecer llevar tenis

Hacer las paces con alguien después de haber discutido mucho 

Los desayunos en el jardín que me prepara la señora que calceta

Conseguir cerrar la maleta

Roque y Martina recién bañados, con el biberón y cayéndose de sueño  

Volver a encontrarme año tras año a los mismos en la playa. Más viejos y con más niños, pero los mismos

El pulpo á feira

Dormir después de un fin de semana de verano de muchos planes

Volver a tomarte un Colajet

Discusiones en tu cabeza donde ganas siempre con las contestaciones más ingeniosas que nunca se te ocurren en el momento oportuno 

Las hortensias

La caña de después de la playa

Organizar algo improvisado y que contesten rápido muchos "Estoy dentro" "Cuenta conmigo"

El chupete. Ese maravilloso invento

Mis amigos que se doctoran

Mi primo doctor que se casa tomando las uvas

Pararse un momento y pensar  "Esto es estar bien"

Las pipas en la playa

El vuelco que de ta el corazón cuando ves a ese alguien

Primas recordando las Semanas Santas cuando dormíamos de 4 en 4

La orilla de la Barbeira invadida por la familia con niños jugando y mayores conversando con los pies a remojo

Los primeros baños sin manguitos. Y esa cara de concentración

Acertar con una capital que te preguntan para pillar

Despertarse por la noche y escuchar entre sueños algo interesante en la radio 

El atún en escabeche de la señora que calceta

Las historias de parejas que empiezan con un "A mí él me parecía un flipado" "Y ella a mí una borde"

El mar en verano. Y en otoño, invierno y primavera. El mar siempre.

Que Amaro y su hermano toquen Turnedo y la cantemos todos

Ver amanecer mientras sigues bailando

La puesta de Sol en agosto desde el Marítimo

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