SUB.RE.VIVIR

Siempre que oigo "Piraña!!! Ven!!" resoplo porque tengo que ir al salón y oír al señor de gafas oscuras decirme alguna barbaridad, insultarme un poco o escuchar cómo se caga en todo aquel que salga por la televisión, cómo manda a tomar por saco a los creativos de los anuncios de seguros o a los jugadores del Barça. Si lo que sale por la caja tonta son jóvenes, me la cargo yo por extensión.

Muchas veces discutimos porque este es un señor bastante dado a increpar aunque yo no tenga ninguna culpa. Porque "Somos así o asá" "Mire señor, será usted, y su generación, que ya está bien!" Entonces comienza la fase de retroalimentación en la que la indignación va en aumento. Y enciende otro pitillo. Y cierra el zippo con fuerza. Y entre sentencia y sentencia se autoafirma con varios "Claaaaaaro! Así es muy fácil! Dónde estaban estos cuando?...CLAAAARO, CLAAAAARO!" La cuestión es que acaba echándonos un sermón como si las corruptas fuésemos nosotras. "Pero es que todos somos iguales, cojones!" A veces opto por irme porque entró en barrena y ya no hay solución posible. Otras la señora que calceta dice que ya está bien, que no nos riña. "Pero si no riño! Digo verdades!"

Últimamente como es una noticia de corrupción detrás de otra pues no nos queda más remedio que estar de acuerdo y reír (por no llorar) juntos. Siempre acaba diciendo que había que gasear a unos cuantos. Que es la única solución posible a este país.

Pero a veces. Muy de vez en cuando, se pone serio. Como hoy. Y me dice "Atenta a esto".
Y me enseña cosas que me hacen quedarme unos segundos sin poder moverme, pensar en todo en general y en este niño sirio de 8 años en particular. Y el los 11.000 que ya no están.

A veces mi padre se pone serio. Y se lo agradezco.
Pero lo prefiero cuando se caga en todo.